Operación retorno a una ciudad destruida
Miles de personas vuelven temporalmente a la ciudad para recoger lo que quda de sus casas
Una semana después de que el huracán azotara Nueva Orleans y cuando los equipos de rescate se afanan en la búsqueda de cadáveres en las calles anegadas de la ciudad miles de ciudadanos han sido autorizados a entrar temporalmente en la ciudad para recoger lo que queda en pie de sus casas. Al caos imperante se ha sumado las colas de automóviles en la entrada a Nueva Orleans.
La policía de Nueva Orleans ha autorizado este lunes a miles de residentes del barrio de Jefferson Parish a que regresen temporalmente a sus casas para comprobar el estado de sus bienes y permitir que puedan recoger lo que ha quedado de sus hogares. Sin embargo, las autoridades han sido muy firmes y han advertido a estos vecinos de que "no hay ninguna razón para que permanezcan en la ciudad", ya que Nueva Oleans está "completamente destruida".
Buscar entre las ruinas
Nueva Orleans se ha convertido en una contradicción. Unos luchan por salir a toda costa de una ciudad que se ha convertido en una trampa mortal que ha condenado a miles de personas a aguardar sin agua y con escasez de víveres. Otros, como es el caso del distrito de Jefferson Parish, quieren ver qué es lo que ha quedado en las ruinas de sus casas.
El tránsito de vehículos que retornaban a la ciudad comenzó a las seis de la madrugada, hora local. Los vecinos del barrio residencial guardaban desesperantes colas para lograr entrar en Nueva Orleans antes del toque de queda impuesto, que entra en vigor a las seis de la tarde. Todos estos residentes, sin embargo, han sido advertidos de que su estancia no podrá prolongarse más allá del miércoles.
"Pagaré para ir hasta allí"
Entre quienes retornaban se encontraba una teniente coronel retirada del ejército, Diane Dempsey, de 59 años de edad, quien se detuvo a un kilómetro de la vivienda donde creció y donde viven sus tías. "Pagaré a alguien para que me lleve hasta allí, pagaré lo que sea necesario", murmuraba llorando mientras observaba el panorama desolador. "Gran cantidad de personas construyeron sus viviendas anticipándose a la posibilidad de que hubiera inundaciones, pero nadie imaginó nada como esto", se lamentaba.
La mayoría de las residencias unifamiliares de esta urbanización tenían agua casi hasta el techo. Las casas en el vecindario más adinerado del condado, Old Metaire, tenían pocos daños estructurales, pero experimentaban las peores inundaciones.
El condado de Jefferson, que contaba con unos 500.000 habitantes, ha estado cerrado desde que se ordenó la evacuación poco antes de la llegada de Katrina a tierra firme. Amplias zonas sufrieron fuertes inundaciones y las autoridades comunicaron que miles de viviendas han sido dañadas.
Texas, destino de los evacuados
El éxodo de damnificados por el huracán Katrina continúa hoy con cientos de miles de desplazados de Luisiana y Misisipi trasladados a Estados vecinos y a algunos tan lejanos como California, Oregón y Pensilvania. Unos 225.000 damnificados ya han llegado a Texas y las autoridades se preparan para alojar a otras 85.000 personas procedentes de Luisiana. En la capital de Estados Unidos se espera también a un millar de damnificados que serán alojados en la Armería de la Guardia Nacional, cerca del estadio de fútbol Robert F. Kennedy. Hoy se espera la llegada de más desplazados en Oregón, Minesota, Utah, Carolina del Norte y Michigan.
El éxodo mayor se ha producido hacia Texas, donde la ciudad de Houston ha acogido a 30.000 damnificados en albergues -de ellos 16.000 en el estadio Astrodome- y más de 100.000 personas están alojadas en hoteles. Dallas ha alojado a 14.000 personas en diferentes albergues, y el Centro de Convenciones está ocupado por unos 7.000 desplazados, en su mayoría procedentes de Luisiana. De los 10.400 desplazados que llegaron a San Antonio, 9.500 fueron transportados por vía aérea desde Luisiana, y las autoridades de la ciudad han advertido de que pueden atender a un máximo de 14.000 evacuados.
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