Los atractivos del emigrante mexicano
El cambio constitucional aprobado por la Cámara de Diputados mexicana, mediante el cual unos cuatro millones de los mexicanos que viven y trabajan en el extranjero, mayoritariamente en EE UU, podrán votar en las elecciones presidenciales de 2006, ha creado un apetitoso pastel electoral para los partidos políticos, que ya calientan sus motores de cara a la campaña que se avecina.
En Estados Unidos viven —legal o ilegalmente— unos 30 millones de personas de origen mexicano, de las cuales cerca de 10 millones podrían llegar a sumarse al padrón electoral. En los comicios del año entrante podrán votar los emigrantes que tengan credencial de elector, requisito indispensable para todos los ciudadanos mexicanos dentro y fuera del país.
El consejero electoral Arturo Sánchez asegura que el Instituto Federal Electoral (IFE, órgano ciudadano encargado de la organización de procesos electorales) cuenta con datos que permiten estimar que los mexicanos que disponen de la documentación necesaria para sufragar serán unos cuatro millones. Pero el diputado Juan José García Ochoa, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), cree que sólo ejercerán el derecho a voto entre un 10% y un 20% de esa población emigrada, es decir, entre 400.000 y 800.000 mexicanos.
Las nuevas disposiciones señalan que pueden ejercer su derecho al voto más de cuatro millones de mexicanos que residen en EE UU y cuentan con credencial de elector y un domicilio registrado fuera del país. Los que viven en otras naciones también podrán solicitar el derecho a ejercer el sufragio para las presidenciales de 2006.
Los consejeros electorales Arturo Sánchez y Rodrigo Morales indican que el IFE está preparado para recibir el voto de los mexicanos en el extranjero a través del servicio postal. La operación tendrá un coste de unos 118 millones de dólares.
El derecho al voto de los emigrantes mexicanos se aprobó tras meses de debates sobre su conveniencia. Desde hace años, los partidos políticos hacen campañas en EE UU en busca de las simpatías y respaldo económico y moral de los trabajadores en el extranjero.
Las remesas de los emigrantes constituyen uno de los pilares de la economía mexicana, ya que el año pasado rebasaron los 16.000 millones de dólares, y en buena medida se han convertido en la financiación que mantiene con vida pueblos enteros. Su importancia ha sido tomada en cuenta en Estados como el de Zacatecas, que tienen ya una plaza en el Congreso local para un diputado emigrante. Y es que, por ejemplo, en ese Estado del centro norte de México, casi un tercio de la población vive en EE UU y representa un atractivo económico, político y social.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.