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La conferencia para revisar el Tratado de No Proliferación Nuclear concluye sin acuerdos

El presidente de la reunión se lamenta por la falta de consenso en todas las áreas examinadas

La conferencia para revisar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) ha terminado hoy sin acuerdo, como avanzó por la tarde su presidente, el diplomático brasileño Sergio Duarte. Los representantes de 189 países que discutían desde el pasado 2 de mayo en Nueva York no han logrado consenso en ninguno de los tres pilares que conforman en tratado: desarme, empleo pacífico de la energía nuclear, y garantías sobre los programas atómicos de cada país.

El tratado se revisa cada cinco años; en 2000, las conclusiones llamaban a un desarme que nunca se produjo. Un año después tuvo lugar el atentado en Nueva York y Washington, al que siguió la ofensiva estadounidense contra el terrorismo y las guerras de Afganistán e Irak. En la actualidad, algunos de los principales focos de tensión internacional tienen que ver con las armas nucleares (la carrera atómica de Corea del Norte, las ambiciones declaradas de Irán, el temor que bombas de este tipo caigan en manos de grupos terroristas), y la falta de consenso amenaza al tratado que ha garantizado la seguridad nuclear del mundo desde 1970.

Corea del Norte ha fabricado suficiente plutonio para construir varias armas atómicas; Irán, que durante casi 20 años ocultó su programa nuclear, mantiene desde hace año y medio una partida de póquer con Europa sobre la suspensión definitiva de sus planes; la red mundial de contrabando de tecnología tejida por Abdul Qadeer Jan, el padre de la bomba atómica paquistaní, durante los años ochenta aún existe y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el guardián de la ONU en la materia, ha confirmado 540 incidentes de tráfico ilegal de productos nucleares o radiactivos desde 1993. Además, 15 años después del fin de la guerra fría, Estados Unidos y Rusia aún conservan unas 30.000 armas nucleares, según informa Luis Prados.

La pelea ha sido la de siempre: los que pedían que se luche contra la proliferación (liderados por EE UU, quieren evitar que nuevos países desarrollen armamento nuclear), y los que exigían que las grandes potencias se desarmen. Washington quería modificar el Artículo IV del tratado, que declara el "derecho inalienable" de todos los países "a desarrollar la investigación, la producción y la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos" por considerar que es una puerta abierta para que algunos (Irán) desarrollen secretamente armas nucleares.

El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Mohamed el Baradei, ha propuesto algunas ideas para revisar el tratado, entre ellas la de imponer una moratoria mundial de cinco años en la construcción de nuevas instalaciones para el enriquecimiento de uranio y reprocesamiento de plutonio, medida rechazada por EE UU, Francia o Japón, que temen que ponga en peligro el futuro de su industria nuclear civil.

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