Raniero de Mónaco se mantiene estable pero su estado de salud sigue siendo "preocupante"

El príncipe Raniero de Mónaco está "consciente pero sedado", y si bien se han "estabilizado" sus funciones cardiaca, pulmonar y renal, su pronóstico se mantiene "muy reservado" y su estado sigue siendo "preocupante", según un nuevo parte médico divulgado hoy por su gabinete.

La sedación permite a Raniero "soportar la asistencia respiratoria absolutamente indispensable", recalca la nota. El parte emitido por los tres médicos que le atienden precisa que "están estabilizadas las funciones cardiaca, pulmonar y renal, que no dejaban de degradarse".

Internado el pasado día 7 en el Centro Cardio-torácico del Principado a raíz de una infección broncopulmonar, el soberano sufrió un brusco agravamiento de su salud el pasado martes, que obligó a llevarlo a la unidad de reanimación, donde desde el miércoles está sometido a respiración mecánica asistida.

Ayer, los médicos calificaron de "extremadamente reservado" el pronóstico del decano de los soberanos de Europa, con más de 55 años en el poder, después de haber anunciado, por primera vez el viernes, que ese pronóstico era "reservado". Aquello disparó los temores más alarmistas entre los monegascos sobre la inminencia de un desenlace fatal.

Es la primera vez que en los escuetos partes médicos emitidos desde el pasado martes se afirma que Raniero está consciente. Esta precisión quizás busque acallar la proliferación de rumores periodísticos, que tienden a coincidir en el inminente anuncio de la muerte de Raniero, y sólo difieren sobre el momento en el que se hará.

Los tres hijos y los cuatro nietos del príncipe, hijos de Carolina, se suceden al pie de la cama del hospital. El viernes, por primera vez en muchos años, Raniero no presidió desde el balcón de su palacio la procesión religiosa llamada de los "penitentes negros", ocupando su puesto el príncipe Alberto, que le ha de suceder en el trono, y su hija Carolina y su esposo, Ernesto de Hannover. No hubo ningún comentario oficial sobre la ausencia de la otra hija, Estefanía.

Raniero III, viudo de Grace Kelly, que hace ya años -en 1994- fue operado del corazón y luego -en 2000- sufrió la ablación parcial de un pulmón, ha sido hospitalizado a menudo en el transcurso de los últimos cinco años, pero sólo ahora es compartida por todos la convicción de que esta crisis parece condenada a un desenlace mortal.