Cada país de la UE diseñará su propio programa de reformas para lograr el pleno empleo en 2010

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han acordado hoy revisar y relanzar el proceso de reformas económicas de la llamada agenda de Lisboa, según ha informado el primer ministro luxemburgués y presidente del Consejo Europeo, Jean Claude Juncker. Según el acuerdo, cada estado presentará un "programa nacional de reforma a tres años vista", consensuado con los agentes sociales y económicos nacionales y, en paralelo, "habrá también un plan comunitario" para promover reformas a nivel europeo.

El fin del Consejo Europeo de Primavera era relanzar la llamada agenda de Lisboa, que se marcó como objetivos la consecución del pleno empleo y convertir a Europa en la economía más competitiva del mundo en 2010. Vista la inacción de los Gobiernos respecto a las directrices marcadas por la UE desde la adopción, en 2000, de la agenda de Lisboa, los Veinticinco se han puesto de acuerdo en que cada Estado miembro elabore un "programa de reformas" a nivel nacional acorde con las directrices europeas y que deberá ser presentado a la Comisión en otoño.

Según ha dicho Juncker, "cada estado miembro deberá adoptar un programa nacional de reforma a tres años vista, tras consultar con los actores sociales y los cuerpos locales y nacionales y que será presentado a su Parlamento" para su aprobación, según ha informado el dirigente luxemburgués. En paralelo, "habrá también un plan comunitario" para promover las reformas pertinentes a escala europea.

El objetivo de fondo será promover "el crecimiento y el empleo" en respuesta, según Juncker, a los "intereses reales" de la ciudadanía europea, esto es, la "Europa social y el medio ambiente", como ya adelantó ayer.

De la Unión a cada país

Así, los veinticinco Estados miembros deberán presentar en otoño sus programas nacionales de reforma económica para el periodo 2005-2008, para que la comisión presente una primera evaluación de esos programas. La principal novedad de la revisión es que la planificación de las reformas económicas, dirigida hasta ahora a escala comunitaria, pasará a ser asumida por cada gobierno de manera individual, con la participación de sus parlamentos o instancias regionales.

El punto de partida será sin embargo "un informe estratégico" elaborado por la Comisión Europea (CE) que definirá las "orientaciones políticas" globales de la estrategia de reformas a tres años vista en su triple dimensión económica, social y medioambiental. En paralelo, el Consejo adoptará, a propuesta de la CE, un conjunto de "directrices integradas" fruto de la fusión de los instrumentos actuales para la coordinación económica a nivel comunitario: las orientaciones generales de las políticas económicas y las directrices para el empleo. Estas primeras "directrices integradas" deberán adoptarse el próximo mes de abril.

A partir de ahí, "los estados miembros establecerán, bajo su propia responsabilidad, programas nacionales de reforma que respondan a sus necesidades y situación específica", rezan las conclusiones del Consejo Europeo. Estos programas "serán objeto de consulta" con todas las partes involucradas a nivel regional y nacional, incluidas las instancias parlamentarias y de acuerdo a los procedimientos internos de cada país. Además, "tendrán en cuenta los ciclos políticos nacionales y podrán revisarse en caso de cambios de la situación". Para reforzar la gestión interna de los programas, los estados nombrarán "llegado el caso, un coordinador nacional de Lisboa".

En paralelo, la Comisión definirá, como réplica a los programas nacionales, "un programa comunitario de Lisboa" que cubra el conjunto de actuaciones "en el plano comunitario" en favor del crecimiento y del empleo. La planificación de las reformas económicas se ajustará a ciclos temporales de tres años.

No obstante, los Estados presentarán anualmente a la CE un informe de seguimiento, que el Ejecutivo comunitario agrupará en un documento único para comparar los avances en cada país, el primero de los cuales estará listo en otoño de 2006. Al término del tercer año de cada ciclo, la Comisión preparará una evaluación global de los progresos realizados, que servirá como base para la renovación de las "directrices integradas", los respectivos programas nacionales y del programa comunitario de reformas económicas.