Filipinas abandonará Irak "cuanto antes" para evitar el asesinato de un rehén

La secretaria de Asuntos Exteriores de Filipinas, Delia Albert, ha confirmado hoy que el pequeño contingente filipino en Irak abandonará el país árabe "tan pronto como sea posible", aunque ha rechazado dar una fecha exacta. La confusión en torno a la salida de los soldados filipinos de Irak ha reinado en las últimas horas después de que un alto funcionario negara el repliegue anunciado horas antes por el viceministro de Asuntos Exteriores para evitar el asesinato de un rehén filipino secuestrado por rebeldes iraquíes.

"Mantenemos nuestra posición", declaraba el citado funcionario filipino unas horas después de que el viceministro de Asuntos Exteriores, Rafael Siguis, dijera lo contrario a la televisión qatarí Al Yazira.

"En respuesta a la exigencia del grupo Jaled ibn al Walid (Ejército Islámico en Irak), el Gobierno filipino, de conformidad con sus compromisos, va a retirar sus fuerzas humanitarias de Irak rápidamente, en cuanto concluyan los preparativos necesarios para su regreso a Filipinas", señaló Siguis a Al Yazira sin precisar fecha.

El denominado Ejército Islámico de Irak secuestró la semana pasada a Angelo de la Cruz, un civil filipino de 46 años y padre de ocho hijos, cuando conducía un camión cargado de combustible hacia Arabia Saudí.

Los secuestradores dieron como ultimátum para asesinar a este trabajador la madrugada del domingo, pero extendieron el límite otras 48 horas, sin que por el momento se tengan noticias del paradero del rehén.

Rechazo unánime a la permanencia de las tropas

El Gobierno de Manila anunció el pasado fin de semana que tiene previsto retirar sus tropas el próximo 20 de agosto, cuando expira el compromiso adquirido con la Coalición que lidera Estados Unidos; pero la resistencia iraquí exige que el repliegue de soldados y policías se produzca antes del 20 de julio si quieren que su rehén conserve la vida.

En medio del cruce de mensajes entre emisarios del Gobierno filipino y los secuestradores, el sábado pasado la ministra filipina de Trabajo, Patricia Santo Tomás, anunció erróneamente la liberación de Angelo de la Cruz, lo que creó una gran expectación entre la familia del secuestrado y la totalidad de la sociedad filipina, que pide la retirada inmediata de los soldados de Irak. Además de los 51 efectivos desplegados, más de 3.000 civiles filipinos trabajan en el país árabe, en su mayoría en las bases militares de la Coalición.

El propio Angelo de la Cruz ha apelado al Gobierno de Manila a retirar las tropas en un vídeo difundido por sus captores, en el que también pidió que si es asesinado su cuerpo vuelva a su localidad natal, México, en la provincia de Pampanga (isla de Luzón).