George Tenet dimite como director de la CIA por "motivos personales"
Bush acepta su decisión y asegura: "Siento que se marche. Ha hecho un trabajo estupendo"
El director de la CIA, George Tenet, ha presentado su dimisión "por razones personales", según ha informado hoy el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. "Siento que se marche. Ha hecho un trabajo estupendo", ha declarado el mandatario, que ha hecho el anuncio justo antes de coger el avión de camino a Italia para iniciar una ronda por Europa.
Bush ha aceptado la dimisión de Tenet, que seguirá en el cargo hasta mediados de julio, aunque será su hasta ahora número dos el que dirija de hecho la agencia de inteligencia hasta que sea designado un sustituto. Según ha aclarado el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, el presidente no exigió la renuncia de Tenet.
Tenet, de 51 años, fue designado para el cargo por el anterior presidente, Bill Clinton en julio de 1997. Pese a que durante tiempo se especuló sobre su posible retirada, precisamente por haber sido nombrado por un demócrata para el cargo, Tenet supo torear los embates de la política de Washington, aguantando en su puesto gracias a su extrema fidelidad a la nueva Administración republicana.
Sin embargo, en los últimos meses su posición se había debilitado notablemente, al acumular a las críticas por no haber previsto los atentados del 11-S, los escándalos sobre fallos relacionados con la guerra de Irak.
El pasado mes de abril, Tenet tuvo que comparecer ante la comisión parlamentaria que investiga los atentados terroristas, y reconoció que, "si bien Estados Unidos estaba bien preparado para la guerra convencional, no tenía los mecanismos necesarios para detectar un ataque terrorista ni una estructura de inteligencia unificada". El ya ex director de la CIA afirmó entonces que los responsables políticos —es decir, el Gobierno de Bush— habían sido informados sobre la amenaza de Al Qaeda, pero no sobre "sus tiempos ni sus métodos de ataque".
Ésta fue precisamente la excusa esgrimida por la Casa Blanca para eludir la responsabilidad de no haber previsto la posibilidad de un ataque: sabían que Al Qaeda quería atentar, pero no se disponían datos que permitieran evitar el 11-S.
"Entendimos el intento de Bin Laden de atacarnos aquí, pero nunca convertimos este conocimiento en una defensa eficaz del país", reconoció Tenet, que continúa su duro ejercicio de autocrítica: "Carecíamos de capacidad intergubernamental para integrar información interior y exterior, datos, operaciones y análisis".
Un mes antes, en marzo, Tenet había estado también en el disparadero por los informes de los servicios de inteligencia que supuestamente sirvieron para que la Casa Blanca decidiera lanzar de forma perentoria el ataque contra Sadam Husein. En octubre de 2002, la CIA llegó a la conclusión de que Irak tenía, o trataba de tener, armas de destrucción masiva, pero según Tenet, "jamás se dijo que había una amenaza inminente".
Apenas una semana antes, el jefe del equipo que había buscado esas armas sobre el terreno, David Kay, aseguraba: "Casi todos nos hemos equivocado, y esto es lo inquietante". La Casa Blanca trató de eludir cualquier responsabilidad por la falta de indicios sobre los supuestos arsenales agarrándose precisamente a los informes recibidos de la CIA, que al parecer no dejaban lugar a duda sobre su existencia.
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