Holanda aprueba una ley que permite la expulsión de 26.000 solicitantes de asilo

El Parlamento de Holanda ha aprobado hoy una ley que permitirá la expulsión de hasta 26.000 extranjeros en busca de asilo. La norma, sin precedentes en toda Europa, ha sido impulsada por el gobierno de centro derecha holandés y en la práctica supondrá la expulsión, en un periodo de tres años, de aquellos inmigrantes que no cumplan con los requisitos para permanecer en el país, aunque lleven viviendo en Holanda varios años.

La nueva política de inmigración ha desatado fuertes críticas de los sectores más tolerantes de Holanda, un país que siempre se ha caracterizado por ser punta de lanza en este tema. La ley, que todavía tiene que pasar la aprobación del Senado, ha recibido el apoyo de 83 parlamentarios y el rechazo de 57. Además, durante su tramitación, se han rechazado sucesivas mociones para ablandar su contenido. En concreto, la Cámara Baja ha tumbado dos mociones que solicitaban el indulto para aquellas familias de refugiados con hijos menores de edad que viven en Holanda desde hace más de cinco años, así como para los refugiados que han agotado los recursos judiciales para solicitar sus papeles de residencia.

La amenaza de expulsión pesa desde hoy sobre todos aquellos extranjeros que hayan entrado en Holanda antes del 1 de abril de 2001, fecha en la que entró en vigor una nueva ley más restrictiva. En ese periodo fue en el que se produjo una entrada masiva de refugiados yugoslavos, iraquíes y afganos. En los años que han pasado desde esa fecha, muchos de ellos han logrado trabajo y han formado una familia. No obstante, los diputados han accedido a permitir que unos 2.300 solicitantes de asilo, cuyo caso se ha considerado especialmente grave, permanezcan en el país.

La medida ha recibido el rechazo inmediato de ONG y grupos de defensa de los Derechos Humanos, entre ellos Human Rights Watch. Esta organización, con sede en Nueva York, ha lamentado que el Gobierno de La Haya esté dispuesto a reenviar a hombres, mujeres y niños a lugares como Afganistán, Somalia o Chechenia. También el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, el holandés Ruud Lubbers, ha pedido prudencia a las autoridades.