Medio centenar de policías resultan heridos durante un motín en un barrio aborigen de Sydney
Los enfrentamientos callejeros estallaron tras la muerte de un adolescente, cuya familia culpa a la policía
Unos 50 policías australianos han resultado heridos en las últimas horas por el lanzamiento de piedras y cócteles mólotov durante unos motines que se desataron ayer domingo en un suburbio de Sydney, mayoritariamente poblado por aborígenes. Los enfrentamientos callejeros estallaron tras la muerte de un adolescente, cuya familia culpa a la policía.
Más de un centenar de jóvenes encolerizados, de los que al menos cuatro han sido detenidos, han sembrado el caos en la barriada de Redfern. Además de calcinar varios vehículos en los alrededores de la estación del barrio, donde la mayoría de sus habitantes son de etnia aborigen australiana, se han enfrentado de forma violenta con la Policía.
De los agentes heridos, un total de ocho agentes de Policía sufren heridas graves y han tenido que ser hospitalizados. Varios de ellos sufren fracturas y pérdida de conocimiento tras recibir golpes de objetos contundentes lanzados por los jóvenes como ladrillos, piedras y tejas de los edicificos cercanos.
Estos incidentes entre grupos juveniles violentos y la Policía se producen tras la muerte el sábado de un joven de 17 años, Thomas Hickey, que perdió la vida al empotrarse con su bicicleta en un cierre metálico. Al parecer, la policía le perseguía por montar en bicicleta sin casco protector. Por esta razón, la familia y los amigos del fallecido culpan a la Policía de provocar el accidente. Por su parte, la policía cree que el joven se habría asustado al pensar que le perseguían por alguna otra razón, pero los aborígenes de Redfern han entendido el suceso como una prueba del acoso al que son sometidos por las fuerzas de seguridad.
El jefe del Gobierno del Estado de Nueva Gales del Sur, Bob Carr, ha transmitido hoy sus condolencias a la familia de la víctima y ha asegurado que los agentes no perseguían a Hickey, sino a un ladrón. Las autoridades australianas han pedido esta mañana calma a la población aborigen mientras la violencia continúa. El barrio de Redfern ha amanecido hoy, lunes, con enormes banderas aborigen pintadas en las paredes, símbolo de los derechos de los indígenas australianos, y algunos viandantes han apedreado a los taxis y vehículos de la "gente blanca".
En este sentido, un portavoz de la Comisión de Aborígenes e Isleños del Estrecho de Torres, Denis Maher, ha declarado: "La situación es extremadamente tensa y la confusión reina en el barrio. Aún no hemos aclarado lo ocurrido este fin de semana".
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