EE UU sitúa a Sadam Husein en Irak y se plantea que esté al frente de la resistencia
Tres soldados estadounidenses mueren en un ataque en Mosul el día en el que se cumplen seis meses desde el fin de los combates
El día ha sido bautizado por los insurgentes iraquíes que combaten la ocupación anglo-estadounidense como el de la resistencia. Se cumplen seis meses del anuncio del fin de los grandes combates en el país, de forma que, sea o no cierto el rumor sobre la celebración con sangre de esta fecha, Washington ha querido tomar la iniciativa. Y lo ha hecho con una medida política, anunciar que agilizará el traspaso del poder al Gobierno provisional iraquí, y un aviso chocante: Sadam Husein sigue vivo y está en Irak.
El diario estadounidense The New York Times avanzaba ayer citando fuentes oficiales las sospechas de Washington en este sentido. Al parecer, cobra fuerza en los círculos presidenciales la idea de que el ex presidente iraquí, desaparecido tras el colapso de su régimen el pasado mes de abril y la entrada de las tropas extranjeras en Bagdad, es el responsable de galvanizar y quizá incluso dirigir la resistencia armada contra la ocupación. Esta sospecha se asienta en informes de los servicios secretos que le sitúan en su ciudad natal, Tikrit, uno de los ejes del bautizado como triángulo suní.
Tres muertos en Mosul
Hasta ahora Washington había remado en la dirección contraria: no consideraba que Sadam pudiera estar al frente de la resistencia, y además trataba de minimizar su papel hasta convertirlo en irrelevante. La afirmación de hoy, realizada ni más ni menos por Paul Bremer, la máxima autoridad en Irak, pone frente a los focos de nuevo al ex presidente, cuya caza es de nuevo "la máxima prioridad" de Washington; aunque no le acusa eso sí de ser el líder de la resistencia, Bremer sí admite que no puede descartarlo porque desconoce su papel real en el conflicto.
Una bomba ha estallado hoy al paso de un convoy en Mosul, en el norte del país. Tres soldados estadounidenses han muerto en este ataque, con lo que son ya al menos 121 los militares de este país caídos en combate desde el 1 de mayo; antes, durante el periodo de guerra abierta, habían fallecido 114, según el Pentágono.
"Una llamarada insignificante"
Pese a ello, la resistencia armada no es para el Pentágono, al menos de cara al público, nada más que "una llamarada de violencia insignificante desde el punto de vista estratégico y operativo", según ha afirmado el general Ricardo Sánchez, el militar de más rango en Irak. Así, las octavillas distribuidas con mucha discreción en algunas mezquitas y barrios de Bagdad pidiendo a la población que no acudiera hoy al trabajo para marcar los seis meses de resistencia al ocupante no deberían haber sido acogidas con excesiva preocupación.
Sin embargo, lo que inicialmente parecía un rumor macabro en una semana teñida de sangre por los atentados del lunes, adquirió ayer categoría de amenaza seria ante las advertencias de EE UU a sus ciudadanos y a las embajadas acreditadas en Bagdad.
"Hay una serie de rumores sobre un día de resistencia en Bagdad el sábado 1 y el domingo 2 de noviembre", constata un comunicado de la oficina consular norteamericana en la capital iraquí. El texto, dirigido a todos los ciudadanos estadounidenses en Irak, les conmina a seguir "manteniendo un alto nivel de vigilancia y a tomar las medidas necesarias para incrementar su conciencia de seguridad". No resulta exagerado. El pasado lunes, una serie de atentados suicidas costaron 43 vidas e hirieron a dos centenares de personas. Los objetivos han dejado de ser patrullas militares o iraquíes que colaboran con los ocupantes. Vale cualquier objetivo fácil.
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