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Charles Taylor: criminal y millonario

Para llegar a la presidencia en 1997 utilizó lemas como: "Mejor el diablo conocido, que el ángel por conocer"

Charles Taylor llegó a la presidencia de Liberia en 1997 utilizando lemas descabellados como "Mató a mi mamá, mató a mi papá, pero voy a votarle de todas maneras". Ahora dimite de su cargo para, según sus palabras, frenar el baño de sangre en este país africano.

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Charles Ghankay Taylor ha tenido hasta ahora una vida muy agitada. Ha sido guerrillero, convicto en EE UU, fanático religioso y está acusado de criminal de guerra. Nació el 29 de enero de 1948 en Arthington, 25 kilómetros al noreste de Monrovia, tercero de una familia de quince hijos y descendiente por parte materna de la tribu gola y por su padre de los primeros esclavos libertos estadounidenses, que en 1847 fundaron Liberia.

A principios de los 70, Taylor estudiaba economía en el Bentley College de Boston y hacía sus incursiones religiosas entre los fieles bautistas y como agitador contra el régimen liberiano entre los exiliados en EE UU, cuando el entonces presidente, William Tolbert, le animó a regresar a Monrovia y encabezar un movimiento juvenil.

Su llegada casi coincidió con el sangriento golpe de Estado de Samuel Doe, un joven sargento medio analfabeto, que le coloca al frente de la intendencia del Estado y como viceministro de Comercio, cargos en los que duraría hasta 1983, lo justo para apropiarse de unos 900.000 dólares de fondos públicos con los que huyó a EE UU.

Huida con soga de sábanas

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Un año después es detenido e internado en un centro de alta seguridad de EE UU, en espera de ser extraditado a Liberia, algo que nunca ocurrió, porque Taylor en una maniobra mafioso-cinematográfica sobornó a los funcionarios, limó los barrotes de su celda y se descolgó por una soga hecha con sábanas.

Su huida le llevó a Ghana, vía México, previas escalas en España y Francia, para desaparecer hasta la Nochebuena de 1989, cuando al frente de 200 hombres, entrenados militarmente como él en Libia, intenta sin éxito atacar un puesto fronterizo con Costa de Marfil. Acaba de nacer el guerrillero Taylor, jefe del Frente Patriótico Nacional de Liberia (NPFL) y dispuesto a derrocar al dictador Doe.

Llegó hasta Monrovia y sus hombres entraron a saco contra propiedades y vidas de civiles, abriendo el doloroso comienzo de una guerra de exterminio étnico entre los gios y manos de Taylor y los krahns y mandingas de Doe. Es 1990, la terrible época de las masacres, de los niños soldados y de las mutilaciones de las que no se libró ni Doe, torturado hasta la muerte por Prince Yormie Johnson, antiguo lugarteniente de Taylor que se escindió con gran parte de las tropas de éste.

Doe fue capturado cuando salía de su residencia para acogerse a la protección de los 4.000 soldados de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) que acudían a poner orden. El alejamiento de Johnson y el caos entre su Ejército de más de 25.000 hombres impidió a Charles Taylor su victoria.

Inmensamente rico

Tuvo que esperar aún siete años para ser presidente de la República de Liberia. En ese tiempo de confusión con las fuerzas de paz (CEDEAO) y el gobierno interino de Amos Sawyer, Taylor hizo de todo, incluso oficiar misa, revestido de blanco angelical mostrándose como víctima de la adversa opinión internacional. Fue jefe del Gobierno provisional, se hizo llamar presidente de la Gran Liberia y se refugió en una hábil tregua para afianzarse en los vastos territorios bajo su influencia y, sobre todo, para hacerse inmensamente rico, comerciando con diamantes, oro, caucho, armas y todo lo que se le puso por delante.

Su fortuna, su ambición y sus contactos religiosos bautistas y con políticos liberales en Estados Unidos, como el reverendo Jesse Jackson o el ex presidente Jimmy Carter, le permitieron pasar de la guerra a la negociación, de la purga a la conciliación nacional. En los seis años de guerra civil desatada por Taylor murieron más de 200.000 personas y otras 800.000 tuvieron que salir de un país cuya población no alcanzaba los tres millones de habitantes.

En 1997, Taylor con su Partido Patriótico Nacional (NPP) y otro de sus lemas: "Mejor el diablo conocido, que el ángel por conocer", es nombrado presidente de Liberia para un mandato de seis años. Le vota el 75,3% de los liberianos, temerosos de que de no ser así, podría encender otra guerra civil. Hoy el populista Charles Taylor está repudiado por la comunidad internacional y pesa sobre él una orden de búsqueda y captura del Tribunal Especial de Sierra Leona por sus crímenes de guerra.

Y es que Taylor también contribuyó a la lucha del Frente Revolucionario Unido (FRU) de Sierra Leona, tristemente conocido por sus crueles mutilaciones, a cambio de sus diamantes y riquezas.

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