Nueva matanza de civiles en Bagdad

Horas después de la incursión de carros de combate estadounidenses en el centro de Bagdad, un misil ha alcanzado una de las calles por las que Sadam Husein se paseó el pasado sábado. Al menos 14 civiles han muerto y otros cinco se encuentran bajo los escombros, según informa la enviada de EL PAIS a Bagdad Ángeles Espinosa.

La reportera ha comprobado como el artefacto, que produjo un cráter de 15 metros de ancho y ocho de profundidad, ha destrozado tres casas de la calle 14 Ramadán, justo detrás del restaurante El Reloj, el mismo lugar en el que apareció hace días el presidente iraquí dándose un baño de multitudes.

Esta misma mañana, el Ejército de Estados Unidos ha lanzado un intenso ataque contra Bagdad por la orilla occidental del río Tigris tras dos días de breves incursiones, según informan los enviados especiales de EL PAIS Ángeles Espinosa y Francisco Peregil. Una columna de tanques y blindados de la Tercera División de Infantería Mecanizada y otra de la 101 Aerotransportada han alcanzado el centro de Bagdad, donde han librado duros combates con artillería y han tomado tres palacios de Sadam y rodeado otros edificios clave. Sin embargo, los soldados han abandonado la ciudad unas dos horas después, como corroboran ambos resporteros. El Pentágono define la operación no como el comienzo de "la batalla por Bagdad" sino como un "contundente mensaje" al régimen para que claudique.

"Un ataque hasta el corazón de Bagdad"

El teniente coronel Peter Bayer ha precisado que la incursión, "un ataque hasta el corazón de la ciudad", ha comenzado a las 7.00 hora local (las 6.00 hora española) y, según el mando aliado, en ella han participado 70 carros de combate Abrams y 40 blindados Bradley. Los reporteros de este diario han confirmado en una crónica de urgencia que a esa hora se han empezado a escuchar bombas, cañones y ametralladoras y que, una hora después, han contemplado desde el hotel Palestine el despliegue de las tropas. Sobre las 9.30 hora local, el régimen ha organizado una visita en autobús por el margen oeste del Tigris (llamada Karg), donde no quedaba ya rastro alguno de la presencia estadounidense ni en los palacios ni en las calles.

A estas horas, Bagdad se encontra ya prácticamente vacía, aunque se escucha todavía la artillería y las armas ligeras en una ciudad envuelta en una espesa capa de arena, niebla y humo de los pozos quemados. Este hecho, según relata Ángeles Espinosa, ha servido al ministro de Información, Mohamed Said el Sahaf, para subrayar el mensaje victorioso que había lanzado ya en pleno ataque. A las puertas del hotel de los periodistas, El Sahaf les había reconocido que "los atacantes han hecho una incursión con tanques" pero, inasequible al desaliento, aseguraba que habían logrado repelerla y que sus "héroes controlan completamente la ciudad, que está a salvo y segura". Sin embargo, no parece que hayan sido los iraquíes los que han detenido el ataque.

La toma del Palacio de la República

De hecho, el Pentágono ya había matizado nada más lanzar el ataque que no se trataba de "la batalla de Bagdad" sino de "una demostración de fuerza, un contundente mensaje" enviado al régimen iraquí para que se rinda y evite la toma a sangre y fuego de una ciudad de más de cinco millones y medio de habitantes.

Según ha explicado el teniente coronel Bayer, durante el ataque relámpago sus fuerzas han asaltado el principal palacio de Sadam, otro del centro de la capital y un tercero cerca del aeropuerto, al suroeste de Bagdad. Este último ha sido brevemente tomado por la Primera Brigada de la división sin hallar resistencia.

Según corrobora Francisco Peregil, el asalto al Palacio de la República ha comenzado con el impacto de unos obuses dentro de su perímetro, que ocupa dos kilómetros y medio. Espinosa ha añadido que, momentos después, sobre las 8.30 hora local, dos carros Bradley han tomado posiciones entre el recinto y el río y, de dos taxis de guerra, han descendido unos 30 marines, a los que se les han rendido cinco miembros de la Guardia Republicana.

Antes de asaltar este palacio, de cuyo interior han ofrecido imágenes las cadenas de EE UU, las tropas aliadas han tomado una sede de este cuerpo de élite, según ha narrado Espinosa, que ha visto cómo una veintena de sus miembros, algunos en ropa interior, han huido del edificio a través de túneles y respiraderos para aparecer en una zona de juncos junto al río, desde donde han escapado dirección norte por la orilla. Además de estos recintos, los soldados han llegado a rodear el Ministerio de Información y el de Exteriores.