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Corea del Norte tacha de "declaración de guerra" las sanciones económicas de EE UU

Bush decreta un embargo de petróleo como preludio de otras medidas para obligar al país asiático a congelar su programa nuclear civil

Corea del Norte ha respondido hoy a las amenazas de Estados Unidos de decretar sanciones económicas contra el país asiático por haber reactivado su programa de energía nuclear, y su postura no permite prever que se vaya a relajar la tensión en la zona: cualquier castigo financiero representaría una declaración de guerra para el régimen de Pyongyang, que aboga sin embargo por sentarse a negociar con Estados Unidos más que por levantarse en armas.

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La agencia de noticias oficial ha informado de que la actitud de Washington en este sentido prueba "su política ilegal, hostil e inhumana con respecto a Corea del Norte" y su unilateralismo. "Las sanciones son una declaración de guerra, una guerra sin piedad. EE UU debería optar por la vía del diálogo y no por la guerra, puesto que si no tendrá que pagar un alto precio", añade el comunicado oficial.

Ceder antes de negociar

Estados Unidos ya ha afirmado que está abierto a sentarse a negociar con Pyongyang, pero exige antes que el país asiático congele su programa de energía nuclear y readmita a los inspectores internacionales.

A finales de diciembre, el Gobierno norcoreano expulsó del país a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), puesto que, en su opinión, su presencia no tiene sentido después de que se hayan reactivado las centrales nucleares. Pyongyang tomó la decisión de reiniciar "de forma inmediata" su programa nuclear civil después de que el Gobierno de George W. Bush congelase las exportaciones de petróleo al país asiático. Fue entonces cuando desmanteló además todos los equipos de control de la ONU en sus instalaciones nucleares.

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La bomba atómica

El programa estaba parado desde 1994, tras llegar a un acuerdo con EE UU, que temía que pudiera ser usado con fines militares, pero ahora Corea del Norte clama que, sin petróleo, no tiene otra forma de garantizar el suministro eléctrico del país.

El inicio de esta crisis hay que buscarlo en el anuncio realizado por fuentes oficiales estadounidenses en octubre de que Corea del Norte tiene la bomba atómica, extremo confirmado días después por Pyongyang.

Listo para la guerra

Desde entonces, el intercambio de declaraciones y actos cada vez más desafiantes entre Pyongyang y Washington no han cesado. Corea del Norte ha advertido de que EE UU se está precipitando "en un peligroso enfrentamiento", y le ha acusado de "querer lanzar un ataque sorpresa para destruir su sistema político". Además, ha afirmado que, pese a ser uno de los países más pobres del mundo, está preparada para librar una guerra moderna incluso con armas nucleares, para responder a las "fuerzas imperialistas" y a sus aliados, ya que han sometido al país a un "estado de sitio".

El Gobierno de Bush, por su parte, se ha apresurado a advertir de que puede declarar y llevar a buen término dos guerras a la vez, en referencia a los posibles enfrentamientos con Irak y con el país asiático. Además, ha anunciado un programa de sanciones económicas, las que ahora despiertan la indignación norcoreana, para obligar al país asiático a dar un paso atrás.

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