Un muerto y varios heridos en un ataque racista en Francia

Dos jóvenes de origen norteafricano han muerto y otras tres personas han resultado heridas hoy en Francia en sendos ataques de tinte racista en Dunkerke y París. Los crímenes han desatado una ola de indignación en todo el país y han provocado las encendidas declaraciones del primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, que ha calificado el racismo como "un cáncer que tenemos que eliminar de nuestra sociedad".

El primero de los ataques ha tenido lugar en Dunkerke, donde un hombre la ha emprendido a tiros desde un coche contra dos café frecuentados por jóvenes magrebíes y subsaharianos. Al grito de "¡Cuidado, os voy a matar a todos!, un hombre encapuchado ha disparado contra el escaparate de un bar y contra los muchachos que huían aterrorizados, hiriendo a tres personas, dos de ellas inmigrantes. A continuación, el agresor, armado con un rifle, ha disparado contra otro local, matando a un joven de 17 años en un ataque que ha sido definido como "un premeditado acto racista" por el subprefecto de Dunkerke. Unos 200 agentes de policía han sido asignados a la búsqueda del agresor.

El crimen ha desatado una indignada respuesta por parte del Gobierno francés. El jefe del Gobierno, Jean-Pierre Raffarin, ha declarado que se trata de "un asesinato inspirado por el racismo y la intolerancia. Francia no puede convivir con esto". Por su parte, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, durante una visita a la Gran Mezquita de París, ha declarado, después de guardar un minuto de silencio, que "el racismo es un cáncer que debemos eliminar de nuestra sociedad". Además, ha llamado a luchar contra el racismo "con toda nuestra energía, castigando severamente a los racistas y sacándoles de la circulación, porque el racismo es el enemigo de la República".