El Likud da la espalda a Sharon tras votar contra un Estado palestino
Israel considera "alentadores" los esfuerzos de la minicumbre de Charm el Cheij
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha sufrido una grave derrota política después de que su propio partido, el Likud, votara, esta noche, en contra de la creación de un Estado palestino, a pesar de que Sharon había pedido que la decisión se aplazara para no complicar la posición internacional de Israel.
"Respeto cualquier decisión democrática del comité central, pero yo continuaré dirigiendo el país según los principios que he tenido siempre: seguridad para los israelíes y aspiración a la paz", ha dicho Sharon antes de abandonar la sala entre los silbidos de los presentes.
De esta forma, el comité central, reunido en Tel Aviv, deja a Sharon en minoría tras haber obtenido el 59% de los votos. El primer ministro ha perdido un importante pulso en el seno de su partido frente al ex mandatario, Benjamin Netanyahu, que había exigido un voto "neto" contra la idea del Estado palestino. Esta ha sido la postura del partido desde siempre, pero no la del Gobierno israelí.
Minicumbre en Egipto
El Gobierno israelí de Ariel Sharon ha calificado esta tarde de "alentadora" la reunión mantenida en el balneario egipcio de Charm el Cheij por los dirigentes de Egipto, Hosni Mubarak, de Siria, Bachar el Asad, y de Arabia Saudí, el príncipe Abdulá.
Los tres países han expresado su "deseo sincero" de una paz con Israel y han rechazado la violencia en todas sus formas. Además, han mostrado su respaldo al plan saudí de paz en la región, que establece el reconocimiento árabe del estado de Israel a cambio de la retirada del Ejército hebreo de los territorios palestinos de acuerdo a las fronteras de 1967.
El rechazo a la violencia en la cumbre de Charm el Cheij se produjo tras los repetidos llamamientos de Estados Unidos a los dirigentes árabes para que condenen los atentados suicidas anti-israelíes.
Misa en la basílica de Belén
Mientras se producen estos avances en el plano diplomático, la normalidad vuelve poco a poco a la basílica de la Natividad en Belén, asediada durante 39 por el ejército israelí. Tras la salida de los milicianos palestinos que se habían refugiado en su interior, esta mañana se ha celebrado el primer oficio religioso público en la basílica.
El oficio, que ha sido celebrado por el patricarca griego ortodoxo Ereneos I, se ha dedicado a la reconsagración del templo, debido a la profanación de la que fue objeto en las últimas semanas, según ha explicado el padre Speridon, que dirige la parroquia griega ortodoxa de Belén.
Simultáneamente, y durante una misa celebrada en la iglesia franciscana de Santa Catalina, que se encuentra en el mismo recinto, el patriara católico latino de Jerusalén, monseñor Michel Sabbah, ha declarado que "la raíz del mal [en Oriente Próximo] es la ocupación israelí de los territorios palestinos", por lo que "mientras la raíz del mal siga ahí, la violencia persistirá".
El enviado del Papa, el cardenal Roger Etchegaray, ha presidido esta misa, que ha congregado a cerca de mil personas en agradecimiento "al Señor y a la Virgen" por la liberación de la Basílica. Etchegaray, que viajó a Tierra Santa la semana pasada para mediar en la crisis, ha subrayado "la importancia de la paz y reconciliación de todos los pueblos.
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