Sharon pide a EE UU que no le presione porque tiene que "acabar el trabajo"
El ministro Levy confirma que Israel trasladará a Powell su intención de proseguir con su ofensiva militar en Cisjordania
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, no sólo hace caso omiso a las advertencias del Gobierno de George W. Bush, sino que se ha permitido llamarle la atención al asegurar que su "gran amigo EE UU debe comprender que es una guerra de supervivencia", por lo que no debería "presionar" a Israel para que ponga fin a su ofensiva.
"Tenemos el derecho a defendernos y no debería presionarnos para que no lo hagamos", ha señalado Sharon en Jenín, al tiempo que ha asegurado que el Ejército israelí está haciendo su labor en Cisjordania "lo más rápido posible, pero hay que acabar el trabajo".
El primer ministro israelí ha indicado que se puede "hablar todo lo que se quiera de paz, pero la paz no se puede lograr mientras exista el terror". Tras una reunión con altos mandos militares que operan en el campo de refugiados de Jenín, Sharon ha pedido a sus tropas que "se muevan lo más rápido posible para acabar su misión" en las ciudades de Cisjordania.
El cónsul general de Israel en Nueva York, Alon Pinkas, ha añadido ante las cámaras de la CNN que la decisión de una retirada completa se tomará cuando se haya hecho el mayor daño posible a la "infraestructura terrorista".
EE UU no sancionará a Israel
Ante la indisciplina de su gran aliado en la zona, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, ha rechazado la posibilidad de que EE UU suspenda la ayuda económica que recibe Israel -unos 3.000 millones de dólares anuales- si el Gobierno de ese país mantiene su presencia sobre los territorios palestinos.
Fleischer también ha negado la posibilidad de que la insistencia israelí en no replegar sus tropas haya constituido un golpe para el prestigio del presidente Bush, quien desde hace casi una semana viene pidiendo el alto el fuego y el repliegue con escaso éxito.
Pese a las dificultades de la iniciativa diplomática, el portavoz ha señalado que "no impedirá que el presidente haga todo lo posible por encontrar la forma de juntar a las partes" en conflicto. Estos esfuerzos diplomáticos estadounidenses están en manos del secretario de Estado, Collin Powell, cuyo viaje por varios países le ha llevado hoy a Jordania, desde donde saldrá este misma noche para Jerusalén, donde no le espera una bienvenida cordial.
El ministro israelí sin cartera, Isaac Levy, ha adelantado esta mañana que Israel trasladará a Powell su intención de proseguir con su ofensiva militar en Cisjordania.
"Vamos a decir al secretario de Estado que nuestra ofensiva militar en Cisjordania debe ser llevada hasta el fin, ya que si posteriormente debemos intervenir de nuevo en la región nos costará mucho más", según ha declarado a la radio pública israelí Levy, uno de los dirigentes del Partido Nacional Religioso (PNR, extrema derecha).
El secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, se ha llegado esta noche a Jerusalén desde la capital jordana de Amán, donde se ha entrevistado con el rey Abdala II. En Israel intentará conseguir de israelíes y palestinos un compromiso de alto el fuego, pese a que Powell es poco optimista al respecto.
Además, Powell pretende entrevistarse con Sharon y con el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Yasir Arafat, sitiado por el Ejército israelí en su cuartel general de Ramala (Cisjordania).
Preguntado sobre su esperada entrevista con Arafat, Powell ha negado que su misión esté "en jaque" por la oposición israelí. El secretario de estado ha explicado que los líderes árabes con los que se ha entrevistado consideran al rais "el socio" con el que "Israel tendrá que tratar".
Sin embargo, fuentes oficiales de la AP han señalado que Arafat no tiene nada que decirle excepto que cumpla la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y la Declaración de Madrid, que insta al Ejército israelí a retirarse de Cisjordania.
"No hablaremos de nada, no nos comprometeremos a nada hasta que la retirada se produzca, y así podemos estar durante cien años", han reiterado, tajantes, al tiempo que han mostrado su escepticismo sobre la visita de Powell.
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