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JUSTICIA | EE UU

Declaran culpable a la madre que ahogó a sus cinco hijos en Tejas

El jurado rechaza así los argumentos de la defensa, que alegaba que la acusada padecía una depresión posparto

Los 12 miembros de un jurado de Tejas han declarado culpable de asesinato a Andrea Yates, la mujer que ahogó a sus cinco hijos en una bañera, por lo que puede ser condenada a la pena de muerte. El jurado ha emitido su veredicto sólo unas horas después de escuchar los argumentos finales de la defensa y la fiscalía.

Esta decisión supone que el jurado no ha tenido en cuenta los argumentos de la defensa que se basaron en que la acusada padecía una enfermedad mental que la llevó a asesinar a sus hijos, con edades comprendidas entre los seis meses y siete años.

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Yates, de 37 años, había intentado suicidarse en dos ocasiones y había sido internada en un hospital reiteradamente por sufrir lo que técnicamente se conoce como depresión posparto. El proceso entra ahora en la fase de sentencia en la que se decidirá si Yates es condenada a cadena perpetua o si se le aplicará la pena capital, que es lo que pide la Fiscalía.

El jurado estaba compuesto por ocho mujeres y cuatro hombres que deliberaron sobre si la acusada era consciente o no de sus actos en el momento de los crímenes, y si estaba cometiendo un acto "incorrecto", independientemente de que estuviera enferma mentalmente.

Distinguir entre el bien y el mal

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Yates se declaró no culpable por razones de demencia y, durante las tres semanas que ha durado el juicio, su defensa se ha concentrado en convencer al jurado de su incapacidad para distinguir entre el bien y el mal, y por padecer una fuerte depresión posparto complicada con padecimientos de psicosis.

Sin embargo, para la ley de Tejas, los acusados son considerados por principio sanos, y para probar lo contrario la defensa tiene que convencer al jurado de que una enfermedad impide al acusado diferenciar entre el bien y el mal.

En Tejas han fracasado tradicionalmente las estrategias de defensa que se centran en probar la inocencia por esta razón. El caso de Andrea Yates, cuyo crimen está considerado como el más horrendo que haya acometido una mujer contra sus hijos en este Estado, ha despertado gran conmoción nacional e internacional.

A pesar de haber ahogado el mismo día, el 20 de junio de 2001, a sus cinco hijos, en el juicio Yates estaba acusada sólo por cargos de asesinato capital por la muerte de sus hijos Noah, de siete años, John, de cinco, y Mary, de seis meses. En el futuro, se la puede juzgar por la muerte de Luke, de dos años, y Paul, de tres.

El sufrimiento de los niños

Durante los 17 días del juicio la fiscalía intentó mostrar un patrón de "frialdad" y "organización" por la manera cómo Yates acabó con la vida de sus hijos, a quienes asesinó uno tras otro, después de que su esposo saliera a trabajar, y los fue colocando encima de la cama de su dormitorio.

Con esta estrategia, junto con la declaración de especialistas en enfermedades mentales, la Fiscalía intentó demostrar que la acusada sabía que lo que estaba haciendo era incorrecto, y que se trató de actos deliberados.

La fiscalía presentó testigos para demostrar el sufrimiento de los niños, que se supone que podían haber sido reanimados, pues presuntamente murieron minutos después de haber sido colocados por su madre en el dormitorio, y presentaban señales en el cuerpo de haber luchado por conservar la vida.

Por su parte, la defensa presentó numerosos especialistas que diagnosticaron que Yates padece alucinaciones psicóticas, en las que supuestamente una voz la impulsaba a que matara a sus hijos para salvarlos de Satanás. Yates -ahora más recuperada con el tratamiento que ha recibido en prisión y quien lloró en más de una ocasión durante el juicio- declaró que consideraba que su horrendo comportamiento había causados daños irrecuperables a sus hijos.

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