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SUCESIÓN

Japón descarta cambiar su legislación tras el nacimiento de la primera hija de los príncipes

La ley sobre la Casa Imperial, adoptada tras la rendición nipona, retomó la prohibición de que el trono de Japón sea ocupado por una mujer

El pueblo japonés ha acogido con regocijo y satisfacción la noticia del nacimiento de la primera hija de los príncipes de Japón, Naruhito y Masako, a pesar de que no podrá en principio ocupar el trono, reservado para los descendientes varones. De haber nacido varón, se habría convertido en el futuro emperador de Japón, detrás de su padre, ya que la Ley de la Casa Imperial promulgada en 1947 establece que sólo los varones pueden ocupar el Trono.

No ha nacido un varón en el seno de la familia imperial desde hace 36 años, cuando la emperatriz Michiko dio a luz en 1965 al príncipe Akishino, hermano menor de Naruhito, el actual príncipe heredero y marido de Masako.

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El feliz alumbramiento de la tercera nieta de los actuales Emperadores se ha producido ocho años y medio después de que Naruhito se casara con la plebeya Masako, una diplomática que abandonó su carrera al convertirse en Princesa en 1993.

Poco después del nacimiento, ocurrido a las 14.43 horas (6.43 en España), el Gran Chambelán de Palacio ha comunicado a los emperadores la noticia, lo que les ha causado una enorme satisfacción, según ha informado Hirofumi Oka, director de la División de Asuntos Generales de la Casa Imperial.

El primer regalo: una espada

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La princesa Masako y su hija, que pesó 3,1 kilos, están bien, ha añadido el portavoz oficial. Horas más tarde, un mensajero del emperador ha enviado el primer regalo a la recién nacida, una espada con la que su abuelo le desea larga vida y salud.

Dentro de seis días, el propio Akihito escribirá el nombre de la niña y se lo enviará con otro mensajero al príncipe Naruhito, que lo pondrá en la cabecera de la cuna de su hija. "El alumbramiento de la princesa es un símbolo de la prosperidad de la familia imperial, y es un placer para todos poder presenciar este día tan feliz. Les deseo salud y prosperidad a la Princesa y a su familia", ha señalado el primer ministro, Junichiro Koizumi, en su mensaje de felicitación.

Tras proclamarse la noticia, cientos de personas han empezado a desfilar por la puerta de Sakashita, una de las de Palacio, para escribir su enhorabuena en un libro. Pese a la enorme expectación que había ante la posibilidad de que el nacimiento cambiara la línea de sucesión imperial, nada se alterará, pues las leyes prohíben a las mujeres ocupar el Trono.

En los últimos meses, se ha reabierto el debate sobre la conveniencia de revisarlas, y en una reciente encuesta, el 71% de los ciudadanos se mostró a favor que el trono lo ocupe de nuevo una emperatriz, un porcentaje superior al 53% de diciembre de 1999.

Naruhito, el primogénito del emperador Akihito, es el primero en la línea sucesoria directa, seguido por su hermano menor, el príncipe Akishimo, que tiene también dos hijas, Mako y Kako, de diez y seis años, respectivamente.

Aunque Japón no tiene problemas con la sucesión, ni con el marco legal que la regula, éstos podrían presentarse en la siguiente generación si los dos hijos varones de los monarcas no les dan un nieto, porque el derecho pasaría al hermano del emperador, el príncipe Hitachi, un sexagenario sin hijos, o a sus primos, Mikasa y Takamado.

No habrá crisis constitucional

Hasta el siglo XVIII, Japón permitió a las mujeres ocupar el trono. Sin embargo, la ley sobre la Casa Imperial, adoptada tras la rendición nipona en 1947, retomó la prohibición de que el trono sea ocupado por una mujer, contrariamente a lo establecido por las revolucionarias de la era Meiji (1868).

La monarquía japonesa es la estirpe reinante más antigua de todas las casas reales que hay en el mundo, pues se remonta a la diosa mitológica Amaterasu, a la que se venera en el santuario de Ise, en el centro del país.

Poco después del final de la II Guerra Mundial, en 1945, el emperador perdió su carácter "divino" y pasó a ser un "símbolo del Estado y de la unidad del pueblo" por mandato constitucional, situación que lo mantiene hoy apartado de la política.

En este sentido, el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, ha excluido hoy un cambio inmediato de la legislación que prohíbe a las mujeres el acceso al trono del Crisantemo.

"Tenemos que reflexionar, pero es demasiado pronto para llegara a conclusiones inmediatas", ha declarado Koizumi, considerado a favor de una modificación de la legislación.

Políticos y universitarios no creen que la cuestión de la sucesión provoque una crisis constitucional, ya que la princesa Masako puede tener más hijos, pero muchos expertos opinan que la legislación tendrá que ser modificada antes o después.

Decenas de personas han acudido al palacio Togu de Tokio con lamparitas de papel y banderas para desear larga vida a la recién nacida.
Decenas de personas han acudido al palacio Togu de Tokio con lamparitas de papel y banderas para desear larga vida a la recién nacida.REUTERS
El príncipe Naruhito, junto a su esposa Masako, durante un concierto en Tokio el pasado marzo.
El príncipe Naruhito, junto a su esposa Masako, durante un concierto en Tokio el pasado marzo.AP

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