Bush insta a la generosidad con las víctimas de los atentados

Una semana después de los atentados terroristas de Nueva York y Washington, el presidente de EE UU, George W. Bush, ha animado a sus conciudadanos a continuar con las donaciones en favor de las víctimas, los afectados y sus familias.

El presidente ha asegurado que la importante solidaridad mostrada en los últimos días "ha mantenido y reforzado el frente interno".

Bush ha reconocido que la pasada semana "fue horrible" para el país, pero "también vimos lo mejor", en forma de la generosidad de los estadounidenses.

Por ello, ha urgido a los ciudadanos a seguir con las donaciones de dinero, alimentos, ropa, sangre o simplemente apoyo a las numerosas organizaciones de ayuda y caridad.

Muchas empresas han realizado donativos económicos, y otras están participando activamente para recaudar el material necesario en la zona, transportarlo o distribuirlo por las zonas más afectadas, mientras que decenas de miles de voluntarios se han puesto a trabajar en ese esfuerzo.

"Hay muchas formas de contribuir", ha recalcado el presidente, quien ha señalado que los familiares de las víctimas y los miembros de los grupos de rescate y desescombro, sobre todo en Nueva York, necesitan esa ayuda.

"Los grupos de rescate nos han enorgullecido a todos... A pesar de su agotamiento total siguen luchando por sus compañeros caídos", ha dicho Bush en una intervención en la Rosaleda de la Casa Blanca.

El cuerpo de bomberos de Nueva York ha sufrido más de 300 muertos, entre ellos todas sus unidades de rescate de élite, y la magnitud del trabajo ha movilizado a bomberos de zonas alejadas de la costa este del país, que han acudido tanto a Nueva York como a las labores de desescombro del Pentágono, en Washington.

El presidente y sus asesores estudian hoy las consecuencias económicas de los atentados de hace una semana, especialmente el caso de las aerolíneas, ya que este sector ha sufrido como ningún otro el impacto económico de los atentados del pasado martes.

Además, Bush se reúne por la tarde con el presidente francés, Jacques Chirac, en el comienzo de una serie de consultas personales con dirigentes extranjeros para analizar la nueva situación internacional creada por la magnitud de los atentados.