Detenido en la selva de Colombia el mayor narcotraficante de Brasil

Según versiones procedentes de Bogotá, Beira Mar se internó en la selva herido y sin alimentos el jueves pasado, después de que la avioneta en la que viajaba con rumbo a Brasil fuese obligada por tropas colombianas a aterrizar bajo la amenaza de ser derribada.

El piloto ha relatado que el capo brasileño tiene un brazo roto y ha sufrido la pérdida de dos dedos durante un enfrentamiento registrado hace pocas semanas, en una zona próxima a la que fue detenido.

Para el Gobierno de Río de Janeiro el detenido es responsable del 75% de la cocaína que circula en ese estado del litoral brasileño y al menos de la mitad de la comercializada en los vecinos estados de Minas Gerais y Sao Paulo, con lo cual se le atribuye ser el responsable del 60% de esa droga distribuida en Brasil.

Sobre Beira Mar pesan cuatro órdenes de captura, tres de las cuales son tramitadas ante la Interpol por las autoridades brasileñas y una por la Fiscalía General de Colombia.

En su país está acusado de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y homicidio, mientras en territorio colombiano se le acusa como presunto responsable de los delitos de narcotráfico y concierto para delinquir. Allí tiene pendientes una condena de 12 años de prisión por parte de la Sala Criminal de Belo Horizonte, y otra de 33 años por asesinato.

El capo brasileño está acusado de ser el autor intelectual del asesinato de su compatriota Michael Anderson, a quien ordenó descuartizar por supuestas relaciones amorosas con Jackeline Alcántara de Morais, una de sus compañeras sentimentales.

Recompensa por su captura

Con esa fama, las autoridades regionales han elevado periódicamente la recompensa que ofrecen por su captura, que en la actualidad rondaba los 50.000 dólares (unos 9,4 millones de pesetas), aunque las autoridades brasileñas no han aclarado si corresponde pagarla en este caso.

Beira Mar se fugó hace tres años de una cárcel del estado de Minas Gerais, donde cumplía una condena de 15 años por narcotráfico, y tras ello fue perseguido sin tregua.

No obstante, se dio tiempo para conceder entrevistas, incluso una telefónica, hace un año, a las autoridades parlamentarias que investigan los tentáculos en Brasil del narcotráfico internacional.

En esa oportunidad, haciendo gala de un discurso de connotaciones sociales, aseguró que financia a políticos, jueces y policías de su país y de Paraguay, algunos de los cuales también lo chantajean económicamente, según denunció.

'Amigo' de intelectuales

También se ha jactado de ser amigo de algunos intelectuales, y de que "todo ello marca la diferencia" con otros narcotraficantes.

Beira Mar nunca ha llegado a admitir que tiene afinidades ideológicas con la guerrilla de Colombia, con la cual le une además una relación de negocios, principalmente de abastecimiento de armas, uniformes y equipos de comunicación, a cambio de protección y droga.

En los últimos meses, se informó en varias ocasiones de que había muerto en la selva colombiana, y de que era "un protegido especial" de uno de los comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Su detención sigue a la de miembros principales de su grupo, que según la Justicia incluye a sus dos hermanas, Alessandra y Débora, condenadas en diciembre pasado a cuatro años y medio de prisión por lavado de dinero procedente del narcotráfico.

Beira Mar, que comenzó vendiendo droga en una favela de Río de Janeiro a la que debe su apodo, perdió además a dos de sus lugartenientes, apresados recientemente en Paraguay y que ya fueron entregados a las autoridades brasileñas.