El primer ministro serbio admite la posibilidad de suspender la prisión preventiva a Milosevic
El ex presidente yugoslavo ha sido trasladado a la prisión de Belgrado tras permanecer dos días en el hospital
Djindjic ha restado importancia a si Milosevic se defenderá en régimen de libertad o en la cárcel, tras hablar con unos senadores de EEUU interesados en que las autoridades yugoslavas entreguen al ex presidente al tribunal de La Haya de crímenes de guerra.
Ante la insistencia estadounidense y, también, europea en que Milosevic sea llevado a La Haya, los políticos serbios explican que antes habrá que enmendar la cláusula de la Constitución que prohíbe la extradición de yugoslavos.
El ministro de Justicia yugoslavo, Momcilo Grubac, declara en la edición de hoy del diario belgradense Glas que, al ser el Tribunal de La Haya parte del mecanismo legislativo de la ONU, la entrega de Milosevic a su jurisdicción no sería "extradición", sino ejercicio de las obligaciones jurídicas internacionales de Yugoslavia.
Milosevic fue puesto a disposición de un juez de instrucción por supuesto delito de abuso de poder e irregularidades financieras, que le impuso un mes de prisión preventiva prorrogable hasta 180 días mientras se instruya la causa.
El ex presidente sintió el pasado miércoles un fuerte dolor torácico tras lo que su esposa dio la alarma y fue llevado al hospital militar.
Tras dos días de convalecencia el ex presidente yugoslavo ha regresado a la Cárcel Central de Belgrado donde está detenido preventivamente desde el pasado 1 de abril.
"Milosevic ha regresado a la prisión central poco después de las cinco de la tarde (misma hora en España)", ha declarado Vasic, uno de sus abogados. "Los médicos concluyeron, después del examen, que el estado de salud de Milosevic requería un tratamiento médico por hipertensión, pero que podría recibirlo en la enfermería de la prisión", ha añadido
"Lo que importa es que la instrucción será llevada hasta sus últimas consecuencias. La Justicia obtendrá satisfacción al margen de que el posible reo se encuentra en libertad, en la clínica de la cárcel o en cualquier otro hospital. Eso son detalles que nada hacen a la dinámica del proceso de instrucción", ha declarado Djindjic.
En un programa de televisión, un televidente preguntó al abogado de Milosevic, Toma Fila, si su cliente iba a ser sometido a un examen psiquiátrico como posible demente.
"No sé por qué se va a someter a mi cliente a ese examen si fue elegido dos veces presidente de Serbia y una de la Federación yugoslava; lo que podríamos plantearnos es la eventual necesidad de someter a examen psiquiátrico a los millones de serbios que le dieron su confianza", respondió el letrado.
Reunión entre Powell y su homólogo yugoslavo
La puesta a disposición del Tribunal de La Haya de Milosevic fue uno de los asuntos principales que ayer trataron el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y su colega yugoslavo, Goran Svilanovic, durante la reunión de ministros balcánicos celebrada en Skopje, Macedonia.
A raíz de su entrevista con Powell, Svilanovic, un serbio kosovar partidario del entendimiento entre eslavos y albaneses, advirtió contra el peligro de reducir toda la problemática del crimen de guerra y el tribunal de La Haya a Milosevic.
"Es difícil que Milosevic pueda ser respuesta a todas las cuestiones, él es sólo parte del proceso de colaboración con el Tribunal de La Haya", puntualizó Svilanovic.
Desde que Milosevic reconoció el pasado octubre haber perdido las elecciones presidenciales contra Vojislav Kostunica hasta el infarto benigno o amago de infarto que sufrió el miércoles, ha pasado por una cadena de humillaciones que han doblegado su altanería.
La familia Milosevic-Markovic, endiosada por millones de nacionalistas serbios a partir de 1987, se ha quedado reducida al apoyo de unos miles de simpatizantes que se atreven a pedir en público la libertad de su líder.
Kostunica, el enemigo histórico más firme de Milosevic y quien menos leña hace de ese árbol caído, se declara partidario de que su antecesor sea juzgado por tribunales yugoslavos y se resiste a que sea entregado a La Haya, foro en el que ve un instrumento político de presión estadounidense.
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