Matilde Mas: “En España no sabemos usar la tecnología”
La economista advierte de que las carencias formativas en España resultan, en último término, en menor productividad
La economista Matilde Mas (Valencia, 1951) advierte de que las carencias formativas en España resultan, en último término, en menor productividad. “Tenemos las máquinas, pero no sabemos aprovechar todo su potencial”, resume la catedrática de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, que también es directora de Proyectos Internacionales del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y del proyecto Data for European ICT Industries Analysis del Joint Research Centre de la UE.
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Pregunta. ¿Cómo calificaría la penetración digital de España con respecto a otros países de nuestro entorno?
Respuesta. Estamos mejor de lo que se puede pensar, pero con matices. La Unión Europea elabora el Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI), que clasifica a los países según cinco parámetros: la conectividad (es decir, las infraestructuras tecnológicas), el capital humano, la penetración de Internet, la integración de las tecnologías en las empresas y la penetración de las nuevas tecnologías en los servicios públicos. Los mejor posicionados son los nórdicos, con Italia en la cola. España está por encima de la media europea gracias a la digitalización de los servicios públicos y las infraestructuras, especialmente las de banda ancha.
P. ¿Y cuál es el problema entonces?
R. Pues que fallamos en la formación y en la utilización de nuevas tecnologías. Estamos por debajo de la media europea en capital humano y en penetración de las nuevas tecnologías en empresas. En resumen: en España no sabemos utilizarlas. Podemos montar muchas redes, pero si no tienes gente formada, este esfuerzo va a servir para poco. Tenemos las máquinas, pero no sabemos usarlas.
P. ¿Es una cuestión de educación?
R. Sí. En este país la educación está dejada de la mano de dios, es un problema general. Somos los amos en ahorrar e invertir en capital tangible como carreteras o líneas de AVE, pero no sabemos sacarle punta.
Aquí, como en Francia, Italia o Reino Unido, sufrimos como en ningún otro sitio el llamado rompecabezas de la productividad. ¿Cómo es posible que en un contexto de progreso técnico acelerado esta no solo no avance, sino que se esté desacelerando? Una posible explicación puede ser que es difícil medir cosas que no tienen precio, como sucede con los bienes que se intercambian en la industria digital. La otra -que además está documentada en todas las revoluciones tecnológicas- es que el desarrollo de los productos y procesos necesita ir acompañado de un proceso formativo para hacerlo rentable.
Con las cotas de temporalidad que tenemos en España, un empresario no va a gastar recursos en formar a trabajadores que va a mandar a la calle".
P. ¿Cómo es la situación en las grandes empresas?
R. Hay de todo. En las grandes empresas se invierte en tecnología y en formación. Nuestro tejido productivo, sin embargo, no es ese. Puntuamos muy mal en lo que destinan las empresas a mejorar su organización para adaptarla a un mundo diferente: más tecnológico, más intensivo en conocimiento y en trabajo cualificado. Con las cotas de temporalidad que tenemos en España, un empresario no va a gastar recursos en formar a trabajadores que va a mandar a la calle. Y el trabajador tampoco se va a tomar el esfuerzo de formarse si al final lo van a despedir. Así, no solamente es problema de mejorar el sistema educativo: también hay que mejorar la eficiencia del sistema. Ojalá nos convirtiéramos en una potencia tecnológica, pero, al menos por ahora, me conformo con menos, con que al menos usemos de forma más eficiente los recursos que tenemos.
P. ¿Cómo habría que gastar el dinero para lograr lo que propone?
R. Estoy bastante de acuerdo con el contenido de la Agenda Digital 2025 y con los objetivos de la UE. El problema con el que nos encontramos es que siempre se tiende a llevar a cabo grandes proyectos que requieren muchos fondos. Las medidas de mejora de formación son mucho más difíciles y presentan una capacidad mucho menor de absorberlos. Pero tenemos que ser conscientes de que si no sabemos aprovechar la situación que se nos brinda estaríamos perdiendo una oportunidad de oro para cambiar este país. Este es el momento de ponerse en serio.
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