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“Se movían y parecían la misma persona”: la prodigiosa historia del esquiador invidente y su guía

El documental ‘Sin límite’ explora la relación entre el esquiador paralímpico, Jon Santacana, y su guía, Miguel Galindo. Un relato inédito del alto coste de sus triunfos y de la intensidad de su vínculo

Joan Santacana y Miguel Galindo recogiendo la plata en los paralímpicos de Corea, 2018.

En febrero de 2015 la redacción de ICON Sport, la edición deportiva de esta revista, buscó entre sus colaboradores alguno que supiera esquiar. “Yo levanté la mano, porque mi padre es un gran enamorado de la montaña y yo también lo soy”, explica hoy el entonces periodista Daniel Fernández-Cañadas. La revista lo envió a pasar un fin de semana en Candanchú, una estación del Pirineo aragonés, con el esquiador paralímpico invidente Jon Santacana, con el oro y la plata que había logrado en Sochi recién colgados en el cuello, y su guía Miguel Galindo. Nada más poner un pie en Aísa, un pueblo oscense de 84 habitantes, Daniel sintió una fascinación hacia esos dos hombres que no era capaz de explicar.

“No había visto nada igual en mi vida. Se movían y parecían la misma persona. Yo me sentaba todo el rato junto a ellos y les hacía preguntas, más de las que necesitaba para el reportaje”, recuerda. La historia de esa pareja de atletas es una de esas que si apareciera en una película de Hollywood casi resultaría un cliché: un chaval (Jon) pierde el 95% de su visión, pero se niega a renunciar a su pasión de esquiar, conoce a otro chaval (Miguel) que formaba parte del equipo olímpico hasta que una lesión le retiró de la competición. Miguel se incorpora como guía de Jon y juntos revolucionan el esquí paralímpico desarrollando un aparato de comunicación por Bluetooth que todos los esquiadores con ceguera del mundo acaban adoptando, poniendo así fin al sistema de gritos. Esa simbiosis sobrenatural les reporta cinco medallas paralímpicas y 17 podios en campeonatos mundiales. “La historia estaba ahí, esperando que alguien la contara”, señala Fernández-Cañadas. Al despedirse en la estación el domingo por la tarde, les dijo que quería contarla en un documental.

“Yo tenía experiencia en el género porque trabajé en la productora de Julio Medem durante la universidad”, recuerda. “En realidad me mudé a Madrid con la tierna idea de hacer cine, pero cuando me di cuenta de que eso no iba a ser posible me cambié a Periodismo para escribir, coger experiencias y, de otra manera, también contar historias. Un par de años después les escribí y les dije: ‘Lo he conseguido, he encontrado una productora, va a pasar’. Y fliparon un poco, porque no habíamos tenido contacto en dos años”.

Sin límite narra los preparativos de la última temporada de Jon y Miguel, que culminaría con una plata en los paralímpicos de Corea 2018, y transmite al espectador todo lo que Daniel sintió al conocerlos aquel fin de semana en Candanchú. “La locura de Jon me sedujo mucho: con cinco años le dijeron que no podía seguir esquiando y él decidió seguir descendiendo por la nieve a 120 kilómetros por hora. Se ha roto la cadera, se ha roto la tibia y el peroné, se ha roto el tendón de Aquiles, sabe que puede morir. Si él es un Quijote, Miguel es sin duda el Sancho Panza que sigue las andanzas del loco, que lo cuida, que va con él haga lo que haga, que le aconseja y que nunca le deja”, analiza el ahora cineasta.

Más allá de los arquetipos narrativos, Fernández-Cañadas encontró además una oportunidad para explorar nuevos modelos de intimidad entre hombres. “Desde el principio los vi como una pareja. Hay muchos tipos de parejas en el mundo y ellos lo son, o lo eran. Me pareció que representan una masculinidad nueva, una manera distinta de gestionar las emociones y un ejemplo de cómo se ha avanzado en 15 años más que en miles anteriores”.

Según se adentraba en el mundo de esa pareja, Fernández-Cañadas experimentó su propio viaje. Comprendió que las limitaciones físicas que sufre Jon Santacana funcionaban, en muchos aspectos, igual que las que él sufría por dentro. “Él se esfuerza muchísimo en no aparentar que tiene una limitación objetiva, el 50% de sus energías las emplea en eso y llega a la noche muy cansado, lo cual se nota en su estado de ánimo y va forjando su manera de ser. Yo tenía muchas limitaciones también, pero afectivas, de esas que no se ven pero frenan una barbaridad y de muchas maneras”, confiesa.

El esquiador paralímpico Jon Santacana, a la izquierda, y Miguel Galindo, su guía.
El esquiador paralímpico Jon Santacana, a la izquierda, y Miguel Galindo, su guía.Vicens Giménez

Desde aquel 2018, Daniel Sánchez-Cañadas ha cambiado definitivamente el periodismo por el cine (ha escrito su primer largometraje de ficción), el arte (ha escrito libros sobre los pintores Verónica Civera y Antoni Muntadas) y los negocios: regenta el restaurante El Imparcial, sito en la antigua Redacción del periódico de los Gasset, y la Sala Equis, un espacio para el cine de autor donde hace unas semanas se estrenó Sin límite. “Estaba muy nervioso” recuerda, “pero Jon y Miguel vinieron al preestreno y en cuanto aparecieron me calmé. Ellos tienen ese efecto”.

El documental aspira a contar la historia de Jon y Miguel (y, en cierto modo, también la de Daniel), pero sobre todo pretende reivindicar la importancia cultural de figuras como ellos. Si el olimpismo cala en la sociedad porque representa la máxima expresión del espíritu de superación, ¿por qué los atletas con diversidad funcional no son héroes nacionales con mayor presencia mediática? “Mucha gente prefiere ver y admirar a personas que sean como ellos, y es una lástima porque los eventos deportivos paralímpicos son una experiencia extraordinaria. Creo que nos estamos perdiendo algo como espectadores y como humanidad”.

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