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Samantha Hudson: “No sé peinarme, quizá no sepa bailar. Pero no hace falta talento para merecer respeto”

A punto de cumplir cinco años (un cuarto de su vida) como travesti anárquica, la cantante y actriz vuelve con un especial navideño en televisión, saca disco y piensa qué hará cuando todo esto acabe

Samantha Hudson.Foto: ÁNGELA SUÁREZ
Tom C. Avendaño

Iván González (León, 22 años), arrolladoramente más conocido como Samantha Hudson, famoso desde que, a los 17, su himno Maricón se viralizase en YouTube; disidente de género (ni hombre ni mujer) de referencia para medios y marcas en España; cantante, actriz, performer e izquierdista viral clave en la generación Z española, pide un café con leche vegetal. No es frecuente verlo así, sin peluca ni maquillaje apenas, sin armadura, pero así está hoy en esta terraza de Madrid. Se le viene encima un diciembre antológico: tras dos años interpretando por toda España canciones de su álbum Los grandes éxitos de Samantha, saca nuevo disco, Liquidación Total. Estrena, el día 19 y en Atresplayer Premium, un especial de Navidad, producido por Javier Ambrossi y Javier Calvo, donde seguirá el Cuento de Navidad de Dickens, pero con su personaje habitual, una rubia hiperconsumista. “Es mi proyecto más ambicioso”, anuncia. “Soy por primera vez protagonista, estaría bueno que no fuese protagonista en Una Navidad con Samantha Hudson, aunque sería un puntazo”. Le pone también la voz a un personaje del audiolibro de Sandman 2, de Neil Gaiman (Audible). La travesti de España va a tener un año como nunca en su vida

¿Cómo equilibra el tener discurso propio y agitar el de los demás? Mi discurso es fruto del de los demás. Mucha gente se piensa que soy transgresora por voluntad propia y es mentira. No vivo en los márgenes por gusto, no soy disidente de género porque me apetezca. Hay unas normas muy restrictivas, y una violencia correctiva, del género que yo no estoy dispuesta a asumir. Eso me convierte en una persona imagino que no binaria y disidente, pero no es por voluntad propia. Soy maricón porque me dicen que si no soy heterosexual y tengo pluma soy un maricón.

Sí consigue atención, incluso de heterosexuales. La mayor mentira del mundo es que las cuestiones LGTBI solo atañen a colectivo LGTBI. Cualquier persona puede sentirse fracasada en la tarea de cumplir su género. Ni siquiera la gente cisheterosexual está 100% segura de encajar en los estándares que dictaminan las normas del género. No mostrar tus sentimientos, impostar una masculinidad, ser homófobo, misógino, repudiar la feminidad… Son códigos que configuran lo masculino y lo femenino, y la gente los reproduce. En el fondo, soy como los demás. Hago una performance para poner en evidencia todos los fallos que nos hacen asimilar como naturales y orgánicos.

Samantha Hudson, con un vestido SPORTMAX.
Samantha Hudson, con un vestido SPORTMAX.Ángela Suárez

Hudson intenta ahora reconocer al entrevistador, asistente de varios de sus shows. No lo logra, pero, al regresar mentalmente al escenario, a su armadura, hay un cambio en sus formas, más relajado, más personal. “No me acuerdo de casi nadie de las personas que veo. Desde los 13 años”, desiste. “Veo mucha gente y la veo borracha, cómo me voy a acordar. No me acuerdo ni de mi madre”.

¿No va mucho a casa? No tanto como me gustaría.

¿Cuánto le gustaría? Si pudiera vivir con mis padres viviría con mis padres.

¿Sí? Sería raro, pero sí.

¿Cada cuánto los ve? Dos veces al año. Tres.

¿Por agenda? Estoy hasta el cuello. Debo ser la travesti más trabajada de España. Que tampoco es muy difícil, están todas precarias.

¿Siente miedo de que si no va a casa lo suficiente el personaje se coma a la persona? Creo que todo el mundo es personaje. Yo estoy muy convencida del mío en concreto.

¿Hace división Iván/Samantha? No y me parece lo natural. ¿Tú eras la misma persona de pequeño y ahora?

Espere que llamo a mi terapeuta. Nadie es igual en ningún punto de su vida. No sabría decirte dónde acaba Iván y empieza Samantha.

Samantha es una marca comercial. Todo el mundo es una marca. Como soy tan histriónica da la sensación de que es imposible que haya una persona real detrás.

¿En qué punto está su vida? En la cresta de la ola.

Eso es su carrera, no su vida. Mi carrera es mi vida. En redes, entrevistas, canciones… Siempre soy yo.

Muchos famosos del streaming tienen problemas encajando esa identidad-marca en los medios tradicionales. ¿Usted? No creo que tenga que encajar para que funcione. Si funciona es porque no encajo. Que encajen ellos conmigo y si no, que no me llamen.

¿Y si no la llaman? Me como una mierda.

Vaya. Ahora estoy muy bien, sobre todo en lo económico. Ya no soy pobre, pero mi familia sí, y yo sigo siendo una asalariada. En dos años si nadie me llama me vuelvo a comer un colín. Además, no es lo bien que me vaya a mí sino lo mal que vaya a los demás.

¿Cómo? Que soy una travesti y se suple el cupo conmigo. Hay gente que eso lo ve como negativo, que me llamen a mí para todo, pero el problema es que no haya más espacios.

¿Eso le dicen? Es una cosa que he visto yo. En el Orgullo me llamaron para todo, estaba saturada. Dije: ‘Mira, llamad a otra gente porque hay 70 travestis en España’.

“No soy ‘queer’ por elección, sino porque me han dejado los restos”. Hudson lleva vestido LOU DE BETOLY y medias WOLFORD.
“No soy ‘queer’ por elección, sino porque me han dejado los restos”. Hudson lleva vestido LOU DE BETOLY y medias WOLFORD.Ángela Suárez

Habla mucho de conciencia de clase y política. ¿Siente que tiene responsabilidad de adoctrinar? La que tiene todo el mundo. Me parecería un horror tener las oportunidades que tengo y desaprovecharlas limitándome a comentar cosas frívolas y banales… en exclusiva, porque yo soy frívola y banal. Intento tener los criterios adecuados a los tiempos que vivo.

Sus primeros pendientes fueron de su abuela. La primera vez que me travestí, fue con la ropa de mi abuela. Y el primer personaje que creé en redes, cuando ella acababa de morir, era una señora mayor. Inconscientemente, estaba performándola a ella.

¿Una forma de duelo? Lo hace todo el mundo, no hago nada especial. Todos somos un collage de las personas que queremos. Vamos cogiendo gestos, frases, entonaciones, pensamientos, actitudes de nuestro entorno cercano.

Somos una performance de la gente que amamos. Un compendio de las cosas que nos gustan de los demás.

¿Qué rasgo espera que le copien a usted? Ser un desastre, mediocre, una fracasada. No sé maquillarme, no sé peinarme, quizá no sepa bailar, no soy la mejor voz de España ni la mejor actriz. Y, sin embargo, hago todas esas cosas. No tienes que tener ningún talento para merecer respeto.

¿Qué tal es ser travesti y famosa en España? Una trae lo que evoca y yo tengo suerte de ser una tía majísima. Mi público suele ser monísimo.

A alguien le costará entenderlo. Pues que se esfuercen.

¿Siente que tiene techo, de cristal o el que sea? Una chica tan moderna no tiene que ponerse restricciones.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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