Seis destilados premium para regalar (y sorprender) a los amantes de la artesanía

Hacer un buen regalo en Navidad puede ser una misión imposible. Sobre todo si queremos huir de convencionalismos y decantarnos por algo inesperado, un objeto con mensaje y en el que desde el continente al contenido nos cuenten una historia. Por eso, elegir una botella de destilado premium que sea sinónimo de tradición, artesanía y saber hacer, puede ser la apuesta ideal. Aunque estas especialidades de whisky, vodka o ron, entre otros, pueden haber nacido en lugares tan dispares como las tierras altas de Escocia, las montañas volcánicas de Guatemala, los campos de agave de México o los viñedos del sur de Francia, todas hablan de historias de personas que tuvieron un sueño que transmitir a sus generaciones. Un regalo de los que no se olvidan.

Johnnie Walker Blue Label: un whisky que es pura Escocia

Johnnie Walker Blue Label es uno de los whiskies más exclusivos del mundo. ¿El motivo? Solo una de cada diez mil barricas de la marca consigue ser parte de esta etiqueta azul. En su interior podemos encontrar una mezcla exquisita hecha con algunos de los más excepcionales de Escocia y un inconfundible sabor especiado con notas de vainilla y miel. A pesar de haber nacido en 1992, Blue Label sigue conservando la histórica esencia de la marca que fundó en 1819 en Escocia Johnie Walker: al igual que en su origen, la mezcla se fermenta dos veces en un alambique de cobre, dando así un sabor único, y adopta la botella en formato cuadrado y la etiqueta inclinada que hicieron de este un whisky icónico.

Cîroc: el vodka más sofisticado del mundo

También llamado el champán de los vodkas, Cîroc nació en 2003 de la mano del maestro destilador Jean-Sebastien Robicquet. Inspirándose en el mundo del vino se elabora con finas uvas francesas y su líquido se destila hasta cinco veces dando como un resultado un vodka ultra premium de sabor inconfundible. Toda esa tradición procedente de la región vinícola del sur de Francia queda plasmada además en su botella con un elegante gallo grabado. Imprescindible en los mejores night clubs del mundo y el regalo perfecto para todo un sibarita.

Don Julio: artesanía mexicana en botella

Don Julio es un tequila hecho en Jalisco, en pleno corazón de México, que refleja la pasión por la artesanía de su creador Julio González. Se elabora con el mejor agave del mundo, el Weber azul, que tarda entre 7 y 10 años en completar su cosecha y, tras la recolección, solo las piezas más perfectas pasan el filtro para cocinarse al vapor en hornos de barro durante días. Finalmente, su sabor se añeja en barriles de roble blanco. ¿Su verdadera alma? Los Jimadores, sabios artesanos muy respetados en esa zona de México que se dedican a cortar el agave para aumentar la calidad del jugo.

Tanqueray No Ten: para amantes de la ginebra premium

Llamado así porque se destila en pequeños lotes hasta cuatro veces y la última se hace en un pequeño alambique llamado Tiny Ten que sobrevivió a la segunda guerra mundial, Tanqueray No TEN es el regalo perfecto para los fans de la ginebra más auténtica. Además de ser la primera ginebra premium del mundo, sigue cuidadosamente el legado de la receta original ideada por Charles Tanqueray en 1830 y su botella, inspirada en la coctelería de los años veinte, se ha convertido en todo un icono.

En su composición es la única ginebra que contiene cítricos frescos enteros como pomelos de Israel, naranjas de Florida o limas de México. ¿El resto de los ingredientes? Son secretos: igual que en todas las ginebras de Tanqueray la receta original solo la conocen cuatro personas y se guarda en un libro conocido como La Biblia bajo tres cerraduras.

Zacapa 23: un regalo de los dioses Mayas

En su exterior el ron Zacapa 23 no puede ser más impactante. Como una bella pieza de artesanía, la botella se cubre con cinta de hojas de palma trenzadas a mano por diferentes comunidades de mujeres indígenas basándose en un arte antiguo destinado a la realeza maya. Pero, además, en su interior, este ron sigue a la misma altura y se elabora con la miel virgen de la caña de azúcar a 2.300 metros sobre el nivel del mar en la zona al este de Guatemala.

Su fórmula se compone de rones de entre 6 a 23 años y se añeja en cuatro barricas: la última ha contenido en su interior un jerez de Pedro Ximénez que le aporta notas especiadas. El resultado es un ron artesanal que cautiva a los paladares (y los ojos) más exigentes.

Singleton: un whisky con una historia épica

Cuenta la leyenda, que el sabor del whisky Singleton se lo debían a una hechicera que embrujaba el agua cuando pasaba por la fuente de la destilería The Singleton of Glen Ord. Historias como esta dejan claro que, algunas marcas como esta, forman parte de la cultura y la tradición de un lugar, igual que sus mitos y sus leyendas.

Hecho en Glen Ord, la destilería más antigua de Escocia fundada por Thomas Mackenzie, Singleton cuenta además con una elaboración magistral dejándose más de ocho años en barricas de vino. El resultado es un whisky hecho con el agua pura de un antiguo manantial de las Tierras Altas de sabor suave, delicado y apto para todos los paladares. Un regalo perfecto para los que aman las buenas historias (y el buen whisky).

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