Una lección de historia para llevar en la muñeca: Bulova cumple 150 años

Joseph Bulova nació en 1851 en lo que sería la actual República Checa. Aprendiz de joyero, emigró a EE UU, consiguió trabajo en Tiffany’s y cinco años más tarde, en 1875, abrió su propia tienda de relojes en Manhattan. El resto es una historia apasionante. Las invenciones de Bulova, la marca que fundó, participaron en 46 misiones espaciales y en una plétora de trayectos en avión.

Entre sus proezas, destaca un auténtico mito de la relojería: el Accutron (1960), un reloj electrónico que utilizaba un diapasón a modo de oscilador de muy alta frecuencia y generaba un zumbido incesante, como el de un metrónomo. Tanta era su precisión que en la CIA se convirtió en, digamos, reloj ‘oficial’.

En 2025 se cumplen 150 años desde que Joseph Bulova inauguró su local. Es una cifra nada desdeñable, así que las celebraciones adoptan diferentes derroteros. Uno de los más vistosos es el lanzamiento del nuevo Racer Chronograph Shelby, una edición limitada a 7.500 ejemplares, inspirado en el Ford Mustang GT500 de 1967, otro mito, en este caso del automovilismo, concebido por Carroll Shelby. En los sesenta, Ford quería un auto competitivo y ganador, así que pidió ayuda a Shelby y el resultado fue un muscle car potente y rabioso.

Ahora, su carrocería azul con franjas blancas se traslada al nuevo Racer Chronograph de Bulova, en el que el aerodinamismo del bólido de carreras se refleja en la caja angular tipo ‘bullhead’ de 43 mm, delineada por un bisel taquímetro negro, corona a las 12 h, tres subesferas (contadores), ventana de fecha y el logo de Shelby (una cobra). La energía la alimenta el movimiento de cuarzo de alta precisión Precisionist (patentado por Bulova), que desarrolla una frecuencia de 262khz: fuel más que suficiente para alcanzar un cronometraje de hasta 1/1000 de segundo.

La celebración del aniversario no se limita a novedades relojeras. El 20 de octubre, Bulova organizó un encuentro especial en la Asociación de la Prensa de Madrid donde quedó patente que la historia de esta marca relojera no se puede desligar de la del siglo XX. A través de una selección de portadas históricas de periódicos de todo el mundo, procedentes de la colección de Josep Bosch, la exposición subrayó el papel de la prensa a la hora de dar testimonio de los cambios sociales y los grandes acontecimientos.