El consejo práctico de un psicólogo para cuidar tus amistades: 10 minutos pueden suponer un cambio

La amistad “es un deporte de equipo practicado, sobre todo, por adolescentes y jóvenes adultos”. Lo recoge el periodista Miquel Echarri en un artículo con consejos prácticos de expertos en el que compara estas relaciones con el fútbol: “Rebasados los 40, tanto la amistad como el deporte se convierten en parte del pasado, terreno abonado para la nostalgia”. Parte de la fluidez se pierde cuando se empiezan a asumir responsabilidades laborales, familiares y afectivas. Y, sin duda, el tiempo es un factor importante. Para Jeffrey Hall, profesor de Comunicación de la Universidad de Kansas, hacen falta alrededor de 90 horas de interacción más o menos estrecha para que un simple conocido se convierta en un amigo.

En este sentido, el psicólogo y consultor Tomás Santa Cecilia aconseja cómo se puede actuar para cuidar una amistad:

• Esfuérzate en identificar a tus verdaderos amigos y en dedicarles tiempo de calidad. Una hora es mejor que 10 minutos, pero 10 minutos son mucho mejor que nada.
• Cuando estés con ellos, ve al grano. No pierdas el tiempo con trivialidades, prioriza la comunicación emocional.
• Pregúntales como están, escúchales de manera activa, comunícate con la sinceridad, la intensidad y la falta de reservas que caracterizan a un verdadero amigo.

El psicólogo señala que “suena muy solemne, pero es algo que puede hacerse de manera natural, sin renunciar a la complicidad y al sentido del humor”.

El tiempo, para Santa Cecilia, “es un dato de la experiencia, pero también una actitud: depende de cómo queramos emplearlo y qué sentido seamos capaces de darle”. De ahí que diez minutos dedicados a restablecer el contacto emocional con un amigo “nunca son tiempo perdido”. Para el experto, “la amistad es un arte”. Y, también, “un músculo que se atrofia si no se ejercita, tanto a los 30 como, con mayor motivo, a los 40 o lo 60″.

Lee aquí el artículo completo sobre por qué es difícil entablar relaciones de amistad a partir de la mediana edad y descubre que aunque el paso del tiempo y las responsabilidades nos hacen menos sociables, esto se puede entrenar.