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Hay un Spritz para cada persona: probamos tres versiones del cóctel de moda que gusta a todos

Acudimos a tres templos del buen beber madrileños para desentrañar el éxito de esta bebida y probar diferentes (¡y sorprendentes!) variaciones

St-Germain Spritz se ha alzado por derecho propio como una de las bebidas de moda más sorprendentes.
St-Germain Spritz se ha alzado por derecho propio como una de las bebidas de moda más sorprendentes.

Spritz es una palabra onomatopéyica. Pronunciar este vocablo de origen alemán evoca una sensación chispeante, fresca y alegre. De un tiempo a esta parte, la hemos incorporado a nuestro vocabulario porque da nombre al cóctel más deseado, el que está más de moda y el que todo el mundo quiere beber. Hemos pedido a tres de las coctelerías estrella de Madrid que nos preparen los Spritz con los que han renovado sus cartas y están seduciendo paladares de todos los gustos: en Mauz Madrid probamos el St-Germain Spritz, en el hotel Urban, el Spritz con vodka Grey Goose y en Ella Sky Bar, una versión libre de alcohol con Martini Vibrante. Para probarlos tú también, solo tienes que acercarte.

St-Germain Spritz: el sorpresivo sabor que gusta a todos

“La palabra viene de spritzen, que significa, literalmente, ‘salpicar’ en el sentido de añadir agua al vino. Ese es el origen primero del Spritz, que nació a finales del siglo XIX, como una combinación sencilla”, explica Nico Costantino, director de Mauz Madrid (Echegaray, 13), que lleva un año incorporada a la pujante escena de coctelerías del barrio de Huertas de la capital.

Bacardi Spritz altas

Fue en Italia, en el periodo de entreguerras del siglo XX, cuando el Spritz comenzó a incluir más elementos: al vino y al agua se le fueron añadiendo diferentes bebidas alcohólicas, con el bitter como una de las más icónicas. Pero Costantino acude al origen del cóctel, ese que hablaba únicamente de vino y agua, para dibujar una variable diferente. “Preparamos una versión con St-Germain, licor a partir de flores de saúco recogidas a mano, que resulta aromática y exuberante. Tiene un dulzor natural a partir de las flores que lo convierte en una opción perfecta para crear un Spritz muy amable”, cuenta el coctelero. Su receta suma, además, vino espumoso prosecco y soda.

“Hay tantos Spritz como clientes, pero esta formulación con St-Germain es tremendamente versátil. No es amarga y puede ser una bebida perfecta en una terraza durante el día o aquí, en Mauz, como primera copa cuando abrimos al caer la tarde. Aquí dentro la noche avanza y pasan cosas… pero este Spritz puede seguir funcionando a la perfección”.

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Costantino se detiene mirando la botella de estilo art déco de St-Germain, que no desentonaría en una fiesta del Gran Gatsby de Scott Fitzgerald. Refresca una copa de vino con hielo —”esencial para que el cóctel mantenga su esencia durante más tiempo”—, vierte 40 mililitros de St-Germain en el jigger y de ahí, a la copa. Añade otros 40ml de prosecco y coge el sifón para dar el toque final, los 30ml de soda que aligeran un cóctel, “muy ligero, nada alcohólico y tremendamente elegante”. Perfecto para disfrutarse en la parte delantera del bar, clásica y acogedora, con su envoltorio de madera y espejos; o en el salón trasero, donde las paredes forradas de moqueta azul crean un ambiente distinguido pero también ligeramente extravagante. El entorno perfecto para una noche efervescente, con un Spritz de St-Germain en la mano.

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Ganso Spritz: un chispazo de clase

“Lo hemos tenido en carta todo el verano y ha funcionado a la perfección, así que en otoño lo vamos a mantener”. Óscar Durán, responsable de los bares del hotel Urban (Carrera de San Jerónimo, 34), habla así de su Ganso Spritz, una evolución de la versión tradicional del que considera “el cóctel del momento, sin duda, porque es perfecto para tomar por la tarde en la azotea del hotel ahora que las temperaturas todavía acompañan pero también al inicio de la noche, al abrigo del Glass Bar”.

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En el entorno sofisticado y profundamente contemporáneo del Glass Bar del hotel Urban, Durán va desgranando los secretos de su Spritz. El “ganso” del nombre lo da el símbolo del vodka Grey Goose, que suma carisma a la receta. “Aporta un poco más de alcohol a la mezcla, pero sobre todo elegancia. Este es un vodka hecho en Francia a partir de trigo de invierno y un agua de manantial muy especial. Va a equilibrar con delicadeza el habitual amargor del Spritz”.

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Durán, tras refrescar con hielo picado la copa de vino, mezcla en la coctelera 40 mililitros de Grey Goose y 20ml de Martini Ambrato, “un vermut especial que va a darle toques especiados y vínicos al cóctel y que, junto al vodka, supone una chispa especial”. También cuela en el shaker 15ml de sirope de vainilla artesano, que da un punto dulce. La mezcla se desliza por el vaso y el coctelero completa el Spritz con 90ml de cava rosé y 40ml de soda. Como decoración, decide jugar con una piel de naranja y “una fresa cortada en rodajas que aporta color y también sabor. Va impregnándose de todos los elementos del cóctel y está muy rica”: todo el espíritu del Spritz concentrado en un mordisco.

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Free Spritz: cero alcohol, todo el carácter

Las vistas desde el Ella Sky Bar de Madrid (Gran Vía, 42), situado en una décima planta, son de postal. “Aquí el atardecer es precioso y de acuerdo con la paleta de colores que tiñen el cielo, te diría que la mejor bebida con la que disfrutarlo es un Spritz”, comenta Miguel Peñalver, bar manager de este rooftop.

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Peñalver se declara fan del cóctel, al que describe como “pura esencia mediterránea” y lo considera “versátil como pocos”. Para reforzar aún más ese carácter camaleónico del Spritz, este coctelero propone una versión sin alcohol, perfecta también para “aquellos que quieren tomarlo como bebida abrebocas, antes de comer, sin que eso les pese durante el resto del día. También nos sirve para responder a una demanda cada vez mayor de combinados 0,0º″.

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Para crear su Free Spritz, Peñalver recurre a un aliado mágico. “Como bitter elijo Martini Vibrante, un aperitivo sin alcohol tremendamente complejo, en el que vas a poder encontrar matices de naranja sanguina, bergamota… Tiene una boca seca, es aromático y te invita a seguir bebiendo. Es perfecto”. En una copa de vino enfriada con hielo vierte con el jigger 75 mililitros de Martini Vibrante y completa su fórmula libre de alcohol con 20ml de zumo de pomelo y 120ml de soda. “Añado un poco de pomelo deshidratado, con su mezcla de acidez y amargor, para reforzar esos sabores ya presentes en el cóctel. Y una hojita de menta para refrescar”. El resultado, una copa donde no se echa de menos el alcohol y que demuestra que el Spritz se adapta a todo tipo de gustos. Un traje a medida que, eso sí, siempre es elegante.

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A cada Spritz, su maridaje

St-Germain Spritz: Nico Costantino cree que el Spritz es un cóctel perfecto para limpiar sensaciones de grasa en boca, por lo que va perfecto “con un buen plato de jamón ibérico o una tabla de quesos variados”.


Ganso Spritz: La versión del Spritz del Hotel Urban es, para Óscar Durán, elegante pero también refrescante, lo que la hace ideal para acompañar “desde un ceviche de pescado blanco, como la lubina, a un bocadillo de calamares en pan bao”.


Free Spritz: Al no tener alcohol, la versión de Miguel Peñalver y del Ella Sky Bar, es capaz de armonizar con “platos grasos como unos torreznos con guacamole, pero también con el carácter picante y marino de unas zamburiñas flambeadas con mayonesa de kimchi y lima”.

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