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Lorenzo de Bélgica quiere empezar una nueva vida centrada en sus proyectos profesionales

El hermano pequeño del rey Felipe espera poner en marcha planes de energía renovable en Turquía, por los que estaría dispuesto a renunciar a su asignación anual de 307.000 euros, y desea reducir su presencia pública

Lorenzo de Bélgica
Lorenzo de Bélgica atiende a un concierto antes del día de fiesta nacional del país, el 20 de julio de 2023.Patrick van Katwijk (Getty Images)
Isabel Ferrer

El príncipe Lorenzo de Bélgica, hermano pequeño del rey Felipe, se propone empezar una nueva vida. A sus 60 años, desea “lograr algo de lo que mis hijos se sientan orgullosos”, según ha declarado a la prensa de su país, y tiene ya un proyecto entre manos. Se trata de un sistema para tecnologías renovables y espera desarrollarlo en colaboración con la Universidad de Estambul. El hijo de los reyes Alberto II y Paola de Bélgica quiere contribuir a la reducción de las emisiones de CO2, y ganar así su independencia, aunque no tiene previsto mudarse a Turquía. Si algún día cambia de país, dice, le gustaría vivir en Italia, patria natal de su madre.

En la entrevista, publicada por el diario belga Het Laatse Nieuws, el príncipe indica que ha firmado un acuerdo con la universidad turca y que ha inventado “un sistema de eficiencia energética para tecnologías renovables”. Según explica, “puede decirse que soy un pionero”. A pesar de que el proyecto se desarrollaría en Turquía, y que él desea desempeñar menos funciones públicas en Bélgica para poder atenderlo, no hará falta que se traslade. Sabe bien, asegura, “que con los ordenadores se puede hablar con cualquiera y en todas partes”. Sí estaría dispuesto a renunciar a la asignación anual que recibe del Estado: 307.000 euros, según indica el portal oficial de la casa real belga, De Belgische Monarchie. Es un estipendio incompatible con la percepción de otros ingresos derivados de una actividad profesional. Una cantidad que, según recalca al rotativo, no necesita: “Estoy convencido de que podré prosperar mejor en esa nueva vida que en la que llevo ahora”.

Como sucede en otras monarquías europeas, ser el segundo o tercer hermano del titular de la corona tampoco es fácil para Lorenzo de Bélgica. En la entrevista asegura que quiere “realizarse mejor” que en su papel actual, pero su trayectoria no ha estado exenta de polémica. Es capitán del ejército y preside la Fundación Príncipe Lorenzo, creada en 1995 para promover el bienestar de los animales domésticos y salvajes. También es presidente del Grupo Europeo de Investigación sobre Alternativas en las Pruebas de Toxicidad. Su compromiso con ambas causas le han ganado simpatías. El problema estriba en su afición a moverse por su cuenta en asuntos políticos para los que precisa el visto bueno del Gobierno belga. Así, en 2011 mantuvo un encuentro informal con el entonces presidente de la República Democrática de Congo, Joseph Kabila, a pesar de que tanto el Ejecutivo como la casa real belga le aconsejaron que no lo hiciese. Según el diario La Libre Belgique, ese mismo año protagonizó otra cita similar con un diplomático libio opositor al régimen de Muamar el Gadafi. El dictador libio murió en octubre de 2011 a manos de los rebeldes después de haber sido herido en un ataque aéreo de la OTAN.

El príncipe Lorenzo de Bélgica, durante un desfile miliar frente al Palacio Real, en Bruselas en julio de 2022.
El príncipe Lorenzo de Bélgica, durante un desfile miliar frente al Palacio Real, en Bruselas en julio de 2022.PPE/SIPA (PPE/SIPA / Cordon Press)

Las salidas del príncipe no quedaron ahí. En 2017, una visita a la embajada de China para conmemorar el 90º aniversario de su ejército le valió una sanción oficial. Sin embargo, el escándalo por el que acabó ante los tribunales belgas como testigo fue por un caso de fraude con dinero de la marina belga. Se hizo público en 2006 y, según la Fiscalía, un grupo de 12 acusados utilizaron, presuntamente, en los años noventa dinero oficial para fines privados falsificando facturas. Una parte se gastó en la renovación del domicilio del príncipe Lorenzo. Él declaró que sabía que la suma procedía de la marina, pero que no tuvo razones para sospechar un posible fraude. Seis personas fueron condenadas. Poco después del juicio se supo que el rey Alberto II, padre de Lorenzo, había transferido a Defensa el equivalente a la cantidad gastada en las obras de la casa de su hijo “por obligación moral”.

Casado con Clara Coombs, que es topógrafa de profesión, tienen tres hijos: Luisa, Nicolás y Emerico. Su última reivindicación hasta la fecha es conseguir acceso a la seguridad social para su familia. Otro diario belga, L´Avenir, revelaba este viernes 17 de mayo que el príncipe ha acudido a los tribunales porque con su asignación no podría acogerse al régimen de invalidez y tampoco se les reembolsan los gastos médicos, algo a lo que cree que tiene derecho. El caso será revisado en noviembre.

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