Christy Turlington y su contundente rechazo a la cirugía estética: “Me encanta ver caras reales”
La icónica supermodelo de los noventa nombra a Jane Birkin como uno de sus iconos de belleza y enfatiza que la belleza es más “una sensación de bienestar” que un atributo físico
A sus 54 años, Christy Turlington no siente ninguna vergüenza a la hora de admitir su edad y mucho menos tiene intención alguna de ocultarla. Pese haber vivido sometida, con toda probabilidad, a algunos de los estándares de belleza más estrictos como una de las supermodelos más exitosas del mundo en la década de los noventa, rechaza contundentemente usar bótox o acudir a un cirujano estético, según ha revelado en una entrevista reciente con Marie Claire.
En la conversación con el magacín, Turlington ha divulgado sus rutinas de cuidado de la piel, bienestar y también los iconos de belleza que más le han inspirado a lo largo de su vida. “Las mujeres que se han mantenido alejadas de las operaciones estéticas, esas son las mujeres que realmente admiro. Me encanta ver una cara real. Una cara de alguien que ha vivido la vida”. Un rostro que muestra los efectos de la gravedad, el paso del tiempo, las arrugas o las manchas de piel. Turlington lamenta que ya no suelen verse. Nombra a la difunta Jane Birkin como alguien que, en ese sentido, se convirtió en un icono de belleza para ella. “Jane envejeció como tocaba. Ella era tan hermosa al final de su vida como lo era al principio”.
Igual que Birkin, quien falleció el pasado 16 de junio a los 76 años, Turlington acepta, e incluso abraza, el proceso natural del envejecimiento. “Yo seré una de estas caras. Ya lo soy”. Para ella, la belleza y sobre todo, nuestra relación con ella, es algo que cambia con el tiempo: “La belleza es este ideal ilimitado que puedes encontrar en todas partes. Es algo que sí evoluciona, pero no tanto la idea de la belleza, sino tu propia apreciación de la misma”, confesó a Marie Claire. “La gente mira fuera de sí misma para definirla, pero he aprendido con el tiempo que la belleza es un sentimiento, una sensación de bienestar, e incluso de aceptación de alguna manera”.
La exmodelo, cuya rutina de maquillaje consiste en un poco de corrector y de vez en cuando una capa finita de máscara de pestañas, lleva hablando en contra de la cirugía estética desde hace mucho tiempo. En 2016, al ser preguntada en una entrevista en Town & Country Magazine si contemplaría inyectarse bótox o someterse a alguna operación, su respuesta no pudo haber sido más clara. “Jamás. Durante años estas cosas ni siquiera existían: colágeno, células de grasa, las cosas locas que la gente hace que no puedo imaginar. En primer lugar, no tengo tiempo. En segundo lugar, no creo que se vea bien. Tal vez pensaría diferente si pensase que se vería bien y que no dolería o que no estaría enviando mensajes negativos a los jóvenes. Pero nunca he visto a alguien que me haya hecho decir: ‘Qué buena idea’. Me parece extraño”.
Turlington ha visto de primer mano las consecuencias cuando una operación estética sale mal. En 2021, su íntima amiga, la también supermodelo Linda Evangelista, se sinceró sobre las complicaciones que había sufrido tras someterse a una operación de lipoescultura que le había dejado “brutalmente desfigurada”. La que es la cara de Calvin Klein comentó en aquel momento: “Es desafortunado”, añadiendo que su amiga es, seguramente, “una voz de tantas de las que han sufrido”.
Junto con Linda Evangelista, Naomi Campbell y Cindy Crawford, Turlington selló el poder de los supermodelos en 1991, cuando Gianni Versace cerró su desfile de otoño-invierno al ritmo del Freedom de George Michael. Jamás un grupo de modelos había logrado situarse en lo más alto del relato de una década. Inició su carrera con tan solo 14 años, pero pronto dejó de desfilar, apostando por centrarse más en editoriales de moda y publicidad. Ha sido una de las pocas voces de la industria que ha hablado alto y claro en contra de la cirugía plástica, y una gran fuente de inspiración para esta decisión ha sido su madre. “Mi madre tiene más de 80 años y se ve muy bien. Creo que se ve tan bien porque se ha permitido parecer que tiene más de 80 años”, explicó en declaraciones recogidas por el medio Beauty Heaven hace unos meses.
Pese a lo que uno pueda pensar, Turlington admitió en esta misma conversación que nunca se ha preocupado mucho por cómo se ve. “La verdad es que otras personas siempre estaban preocupadas por mi aspecto, así que no tuve que preocuparme por eso”. Espera poder inspirar de la misma manera a su propia hija, Grace, de 19 años, quien acaba de hacer su debut en el mundo del modelaje.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.