Amalia de Orange rompe la tradición y no se apuntará a la asociación de estudiantes de la Universidad de Ámsterdam acusada de sexismo
La heredera del trono de Países Bajos toma la decisión “personal” de distanciarse de una agrupación criticada a escala nacional por su misoginia
La princesa Amalia de Orange, de 18 años, ha decidido no apuntarse de momento a la asociación de estudiantes de la Universidad de Ámsterdam (ASC/AVSV, en sus siglas neerlandesas), rompiendo así una tradición familiar con este tipo de hermandades que se remonta a su bisabuela, la reina Juliana. La heredera al trono de los Países Bajos estudiará en la capital holandesa a partir del próximo mes de septiembre y esta es la agrupación que le correspondería. Sin embargo, ha tomado la decisión después de que los discursos sexistas efectuados durante una fiesta celebrada el pasado julio por sus miembros generaran una oleada de críticas a escala nacional. El servicio de información de la casa real (RVD) ha confirmado la decisión de la princesa Amalia a la televisión pública, y la ha calificado de “personal”.
La asociación ASC/AVSV, a la que además de los alumnos de la Universidad de Ámsterdam se pueden apuntar los de la Universidad Libre (VU) —también en la capital holandesa— y los de la politécnica (Hogeschool), ya perdió el año pasado el subsidio que recibe del rectorado para llevar a cabo sus actividades. Entonces, se debió a la violencia de las novatadas a las que son sometidos los nuevos socios. Este curso, los rituales de iniciación han sido suspendidos. Los escándalos por culpa de tratos vejatorios en un centro educativo son un problema también en otros países y para otras realezas europeas. Es el caso de los príncipes herederos de Dinamarca, Federico y Mary, que el pasado mes de junio anunciaron que han decidido cambiar de escuela a su primogénito, Christian, de 16 años. El joven príncipe no seguirá estudiando en el internado Herlufsholm, y tampoco se matriculará allí su hermana, Isabella, de 15 años, después de que un informe oficial destapara casos de intimidación y acoso. Situado a unos 90 kilómetros de Copenhague, y con buena reputación hasta la fecha, ambos hermanos acudirán ahora a otros colegios.
En la biografía sobre la princesa holandesa Amalia, aparecida en 2021, su autora, Claudia de Breij, señalaba que la joven esperaba disfrutar de la experiencia completa de la etapa universitaria. Quería “pertenecer a una asociación estudiantil y vivir en una casa con otras alumnas”, según decía. Su actual renuncia muestra, sin embargo, que está atenta a lo que ocurre en la sociedad neerlandesa, ya que hacerse socio de estas agrupaciones no es obligatorio. En el caso de ASD/AVSV, tanto la presidenta de la junta como tres de sus miembros varones dimitieron en cuanto salieron a la luz los comentarios misóginos hechos durante la fiesta celebrada el 24 de julio. Ese día, los tres estudiantes ahora apartados dijeron, entre otras cosas, que “las mujeres son cubos de semen”. También se propuso “romperles el cuello para penetrarlas”, y se las llamó “putas”, a coro, durante una comida. La filtración de un vídeo de la celebración generó una oleada de críticas, y 270 alumnas publicaron una carta de repulsa.
Amalia de Orange es aplicada y aprobó la Secundaria con una nota media de 8. Técnicamente, obtuvo un diploma cum laude. En la universidad de Ámsterdam seguirá un grado de tres años de duración (Bachelor) en Política, Economía, Derecho y Psicología, que requiere un proceso de selección. En su familia, la pertenencia a las asociaciones de estudiantes se remonta a su bisabuela, la reina Juliana, seguida luego por su abuela, la reina Beatriz. Su padre, el rey Guillermo, hoy en el trono, también lo hizo, aunque no era su intención. Según Peter Rehwinkel, experto en derecho constitucional, cuando Guillermo de Holanda era príncipe heredero, “hubiera preferido no sumarse a una hermandad universitaria”. “Tampoco quería estudiar en la universidad de Leiden, donde solían hacerlo los futuros soberanos, pero acabó haciendo ambas cosas”, ha declarado Rehwinkel a la televisión holandesa.
En cuanto al lugar elegido para vivir, Amalia deseaba residir con otras compañeras universitarias, aunque sabiendo que en su caso hay que tener en cuenta las medidas de seguridad. En estos momentos, la escasez de habitaciones para estudiantes en todo el país es notoria y los propios centros educativos aconsejan a los inscritos que pospongan sus estudios, o incluso anulen la matrícula, si no encuentran acomodo antes del inicio del curso. Amalia de Orange no tendrá estos problemas. Según indica en su cuenta de Twitter Rick Evers, experto en información de la casa real holandesa, la princesa vivirá en una casa junto a los canales de Ámsterdam que es propiedad de unos amigos de sus padres, los reyes Guillermo y Máxima. A finales de mayo, portavoces del RVD afirmaron que el espacio escogido durante esta etapa sería alquilado a sus dueños.
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