Sofía de Wessex, la discreta e influyente nuera de Isabel II
La esposa de Eduardo de Inglaterra se ha convertido en una de las voces autorizadas en el duelo por Felipe de Edimburgo a la vez que en una pacificadora familiar
“Fue una muerte dulce, como si alguien lo hubiera tomado de la mano y se lo hubiera llevado”. Así ha contado Sofía de Wessex el fallecimiento el pasado viernes de Felipe de Edimburgo en el castillo de Windsor a los 99 años. “No sufrió, pero el final fue un golpe terrible al que estamos tratando de acostumbrarnos”, añadió la esposa de Eduardo de Inglaterra con los ojos llenos de lágrimas. La condesa de Wessex se ha convertido en una de las voces autorizadas de los Windsor en estos días de luto a la vez que en una pacificadora familiar. Ella es la nuera más discreta e influyente de Isabel II y en la que más confía.
También fue Sofía la primera en rendir homenaje a la reina, su suegra, y a la forma en que afrontó la muerte del hombre que durante 73 años estuvo a su lado. “Es extraordinaria”, señaló después de visitarla. La esposa de Eduardo está en el círculo muy pequeño de personas en las que Isabel confía. De personalidad muy diferente a Diana Spencer y Sarah Ferguson, la condesa de Wessex se encuentra entre los miembros de la realeza que trabajan duro sin llamar la atención: es patrona de 70 organizaciones benéficas a la vez que intenta mantener un perfil mediático bajo pese a que en círculos palaciegos todos conocen la influencia que tiene sobre la reina y el papel que juega en la familia.
Pero no siempre fue así. Los inicios de su vida en la familia real fueron complicados. Llegó a palacio en tiempos convulsos cuando los matrimonios de los hijos mayores de la reina Isabel se rompían. El príncipe Carlos y Diana de Gales se divorciaron en 1996, a los 15 años de su boda celebrada apenas medio año después de comenzar su noviazgo. Ese mismo año anunciaron también su divorcio el príncipe Andrés y Sarah Ferguson una década después de su boda –se casaron un año después de conocerse–. Antes, en 1992 se había divorciado también la princesa Ana de Mark Phillips. La Casa Real no estaba dispuesta a un nuevo escándalo y por eso, el príncipe Eduardo y Sofía de Wessex fueron obligados a tener un largo noviazgo de seis años antes de casarse. Este 19 de junio, Sofía de Wessex y el príncipe Eduardo celebrarán el 22 aniversario de su enlace que tuvo lugar en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, la misma en la que el sábado se oficiará el funeral por Felipe de Edimburgo. La pareja tenía entonces 34 y 35 años, respectivamente. Son padres de dos hijos que se han criado cerca de su abuela. Eduardo, además, está llamado según la tradición a heredar el título de duque de Edimburgo.
Sofia Helen Rhys-Jones nació en Oxford en 1965, es la hija del matrimonio formado por el vendedor retirado Christopher Bournes Rhys-Johnes y la secretaria Mary Rhys-Jones. Creció en Kent y estudió en la escuela de la localidad para luego matricularse en el West End College en donde hizo secretariado antes de iniciar su formación como relaciones públicas. Trabajó como empleada en el departamento de prensa de Radio Capital, en la Organización Quentin Bell y MacLaurin Communications and Media. Se fue a Suiza como representante de esquí y pasó un año trabajando y viajando por Australia antes de volver al Reino Unido en 1991. Dos años después, cuando colaboraba en un evento solidario conoció a su organizador, el futuro conde de Wessex. Poco después comenzaron a salir.
Sophie Rhys-Jones desarrolló su carrera profesional en el campo de las Relaciones Públicas, trabajando para una variedad de firmas, incluyendo cuatro años en la emisora de radio Capital London donde fue asignada al departamento de prensa y promociones, así como a las empresas de relaciones públicas The Quentin Bell Organization y MacLaurin Communications & Media.
Pero hubo un momento en que su vida tuvo que dar un cambio radical. La experta en relaciones públicas, Sofía de Wessex tenía su propia agencia, un próspero negocio que se vio obligada a cerrar en 2000 para evitar polémicas. Una vez más ser miembro de una familia real y tener un trabajo se convertía en incompatible y, en ocasiones, en fuente de sospechas de tráfico de influencias. Desde entonces trabaja a tiempo completo para la reina. Lo hace en tareas de representación y también en asuntos más domésticos. Sofía junto a Kate Middleton conforman uno de los binomios en los que más confía Isabel II, a quienes recurre cuando hay temas de familia que afrontar. Ahora cuando la soledad de la reina es mayor su influencia crecerá.
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