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El diseñador Kim Jones, editor del nuevo número de ‘Vogue Italia’

La edición italiana de la ‘biblia’ de la moda ha elegido al actual director creativo de Fendi para volcar su creatividad en una publicación en la que ha apostado por el arte y el coleccionismo

Kim Jones
Tres de las portadas diseñadas por Kim Jones para 'Vogue Italia'.Vogue Italia

La biblia de la moda editada por uno de los diseñadores internacionales más en boga de la industria actual. Es el experimento que la edición italiana de la revista Vogue ha llevado a su número de abril con una colaboración con el diseñador Kim Jones, actual director creativo de las colecciones femeninas de Fendi y que también está al frente de la línea masculina de Dior. El inglés se ha convertido en el primer diseñador que ejerce como editor invitado para la popular publicación.

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El equipo interno de la revista, reconocida internacionalmente y que habitualmente colabora con grandes nombres del estilismo, la fotografía o la escritura de moda, ha unido su talento a la capacidad de Jones de atraer y colaborar con otras marcas icónicas y con personalidades destacadas del mundo del arte. “Lo hemos elegido porque es un diseñador que tiene a su alrededor un mundo muy rico y un grupo de trabajo muy interesante. Por eso hemos querido unir fuerzas para producir algo especial”, señala a EL PAÍS Emanuele Farneti, director de Vogue Italia. Y agrega: “El hecho de que desde hace poco [su primera colección se presentó en enero de 2021] esté al frente de una casa italiana tan importante como Fendi ha sido también una razón importante para esta colaboración, para celebrar que un gran diseñador internacional sustituya a otro grandísimo diseñador internacional como Karl Lagerfeld al timón de una gran maison italiana”.

El número de Vogue, que lleva en la tapa la frase “Many friends have helped us in writing this book” (Muchos amigos nos han ayudado a escribir este libro), extraída de los agradecimientos de Virginia Woolf en su novela Orlando de 1928, es una oda a las comunidades creativas del mundo de la moda. La actriz Demi Moore protagoniza la primera portada, cargada de simbolismo, de las seis que componen el número especial.

Jones, de 47 años, que a los 23 lanzó su propia marca y que ha pasado, entre otros, por Dunhill y por Louis Vuitton, eligió a Moore para abordar el tema de la belleza, y la comodidad que nos dan las cosas que elegimos amar. En la fotografía, tomada por Brett Lloyd, la intérprete estadounidense sostiene en su mano una primera edición firmada de Orlando, de Woolf. Es una preciada pieza de la colección personal del diseñador y que ya la propia Moore tuvo entre sus manos en la pasarela, durante el desfile de Fendi Couture del pasado enero, el primero de Jones al frente de la casa de moda. “Esta portada cristaliza el cruce entre todos los elementos creativos: Kim, Demi, el comienzo en Fendi, la pasión por los objetos, una actriz de culto, que lleva detrás tanto significado… De ahí salió la idea de la frase de la portada”, apunta Farneti. Y resalta el trabajo “de orquesta y no de solistas” que hay detrás de cada número de la revista.

El hilo conductor que une el contenido de la publicación es un tema particularmente apreciado por el diseñador: el coleccionismo, en particular, y las obsesiones creativas, en general. “Queríamos que fuera un tema que él sintiera suyo y personal y que a la vez fuera interesante para el público. La relación con las cosas, incluso más que el coleccionismo, es algo muy cercano a todos nosotros en un momento especial como este. En este caso se trata de coleccionismo de obras de arte, o primeras ediciones raras de libros, pero en otros casos habrá otras pasiones, tal vez de cosas menos costosas pero no por ello menos potentes”, explica el director de Vogue sobre el número que comenzó a prepararse el pasado septiembre y en el que han trabajado decenas de personas durante estos meses y sobre todo a distancia.

El resto de las portadas las protagonizan, entre otras, Natalia Vodianova, fotografiada por Paolo Roversi; la modelo Malika Louback, captada por Malick Bodian o Binx Walton y Selena Forrest, retratadas por Miranda Barnes. Cada una de ellas están vestidas por distintos diseñadores. “Era importante que no hubiera una sola portada con un estilismo de Fendi y basta, esto no hubiera sido coherente con la idea de comunidad que guía el proyecto”, indica Farneti.

Emanuele Farneti llegó al timón de la publicación en 2017. Desde entonces ha destacado por la marcada impronta experimental que ha aportado a la revista. “Cuando uno llega a un proyecto nuevo tiene que entender cuál es el ADN de la publicación que debe guiar y no traicionar eso, saber qué tiene que mantener y qué puede cambiar. El ADN de Vogue en Italia se basa en tratar de ampliar las fronteras un poco más, el punto es hacer cosas sorprendentes, pero que tengan un significado”, dice.

Durante la pandemia, han despuntado en particular dos de sus números: el de abril del pasado año, cuando medio mundo estaba confinado y salió con la portada totalmente en blanco, una imagen sin precedentes en la historia de la publicación, “como una señal de esperanza”, según explica Farneti. Y otro número dos meses después con ocho portadas dibujadas íntegramente por niños de diferentes países. “Las víctimas más olvidadas de la pandemia”, como se resaltó en el editorial. “Hemos tratado de no permanecer indiferentes a lo que nos rodea. Podíamos elegir hacer una hermosa publicación de moda que significara evasión, diversión, una especie de legítimo escapismo, pero en cambio optamos por hacer una revista que a través de la moda tratara de decir algo del mundo que nos rodea”, puntualiza el director de la publicación.

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