Eva Sannum: “Estoy muy contenta de no haberme convertido en reina”
La que fuera novia de Felipe de Borbón habla de su relación con el entonces príncipe y asegura entender a Meghan Markle
Una fría tarde del 21 diciembre de 2001, Felipe de Borbón se asomaba por sorpresa a un pequeño salón del palacio de La Zarzuela donde un grupo de periodistas, entre los que estaba una representante de este periódico, celebraba la Navidad para hablar de Eva Sannum. Era un secreto a voces que el entonces príncipe de Asturias salía con la modelo noruega, una relación que no era aceptada en algunos de los círculos más conservadores de la sociedad. “Sabía que estabais aquí y he venido a saludaros y a contaros que Eva y yo hemos decidido acabar con nuestra relación, seguiremos siendo amigos”. De esta manera el ahora Rey de España confirmaba la existencia de un noviazgo nunca reconocido y a la vez la ruptura. Eva Sannum desde ese instante ha guardado silencio, solo roto en alguna contada ocasión para quejarse del acoso de la prensa. Ahora, sin embargo, se ha decidido a conceder una entrevista al diario noruego Aftenposten en la que por primera vez habla abiertamente de Felipe de Borbón y de aquellos años en que soñó con ser la reina de España.
La que fuera modelo ahora trabaja para que la gente entienda cómo funciona la prensa. Lo hace en la agencia Sannum & Bergestuen, que se ocupa de la comunicación y el conocimiento de los medios. Además junto con su socio Svein Tore Bergestuen y el consultor Christian Lyder Marstrander también dirige el podcast Tut & mediekjør. Es por ello que se decide a hablar de su historia de amor y a opinar sobre la entrevista realizada por Oprah Winfrey a los duques de Sussex. “Me identifico con Meghan Markle, con venir de algo completamente diferente, con formar parte de una familia tan especial. Como muchos han señalado, tal vez Enrique debería haberle informado sobre eso”, reflexiona Sannum. Luego, a la pregunta de si recibió algún entrenamiento en el tiempo en que se relacionó con la realeza, responde con un rotundo “no”.
Eva Sannum pudo haber rentabilizado su vida contando cómo fue ser la novia del príncipe Felipe durante cinco años. Dice que tuvo muchas ofertas, pero las rechazó: “Llevo muchos años evitando usar esta vieja historia mía de España. Puede parecer un poco arrogante, pero no quiero que nadie piense que hablo de mi pasado con la prensa y del príncipe, o que doy una entrevista porque echo de menos ser el centro de atención”
Sannum vive la actualidad en Oslo con su pareja, Torgeir Vierdal. Juntos tienen dos niños de 10 y 13 años. Para el recuerdo queda ya esa imagen de la boda de Mette-Marit y el príncipe heredero Haakon de Noruega en 2001, una de las pocas en las que Eva Sannum aparece con el ahora Rey de España. El vestido azul con generoso escote, que tanto revuelo organizó, cuelga ahora en un armario de una amiga que lo tomó prestado para una fiesta en Estambul. Sannum cuenta que ha leído muchas falsedades sobre ella, como que Haakon jugó un papel central en su relación y que fue la persona que les presentó en 1997 en una fiesta: “Cuando eliges no comentar nunca algo, como hice yo, muchas veces se establecen en la prensa algunas verdades que no corresponden a la realidad. Que una declaración se repita con frecuencia no significa que sea cierta”. Y a continuación explica: “Felipe y yo nos conocimos completamente por casualidad cuando yo vivía en Madrid. Y sucedió en 1996″. Por entonces Sannum tenía 21 años y estaba establecida en la capital española por su trabajo como modelo.
En 2000, se publicó una foto del príncipe y su novia noruega frente al Taj Mahal en la India. Algunos medios pensaron que la imagen se había filtrado a propósito para preparar a los españoles para un compromiso real. “La verdad es que las fotos fueron robadas de un álbum de fotos privado. Se sospechaba que muchos, incluida yo, las habían filtrado. La persona que las robó me escribió una carta muchos años después para aliviar su mala conciencia”, dice Sannum.
Después de las imágenes del Taj Mahal, se intensificó la búsqueda de la que muchos pensaban que sería la próxima reina de España. Periodistas noruegos y extranjeros se turnaron fuera del bloque de St. Hanshaugen en Oslo, donde alquiló una habitación del apartamento de un amigo situado en el tercer piso. “Teníamos una rutina todas las mañanas en la que mi amigo escaneaba cuántas personas estaban allí. Coches al ralentí, gente caminando. Rápidamente aprendimos quién era qué”, recuerda. Hay innumerables fotos de esos años. Muchas son de Sannum quien, con el pelo recogido en una coleta, corre camino a la escuela. Nunca sonríe, la mirada a menudo está fijada en el suelo. “Decidí desde el principio no mirar nunca a la cámara de los paparazis. No quería que nadie pensara que me gustaba que me fotografiaran. Durante un tiempo, consideré usar la misma ropa todos los días”.
De esa animadversión hacia la prensa pasó a trabajar con los medios de comunicación. “En muchos sentidos fue un proceso de limpieza”, reflexiona. “Comprendí mejor que tienen un trabajo que hacer, que no son necesariamente personas estúpidas. Era la oportunidad de poder contribuir después de haber experimentado la influencia de la prensa como pocos”. Ahora se ve como una voz crítica en el debate sobre cómo los medios definen a los “personajes públicos”.
Como redactora publicitaria en la agencia de publicidad Try ganó varios premios, antes de convertirse en directora creativa y socia de la agencia de comunicación Geelmuyden Kiese. Ahora tiene su propio negocio. Cuando terminó con el entonces príncipe pensó que no era correcto comentar nada sobre la ruptura de una relación de la que nunca había hablado: “Tal vez fui un poco terca, quizá debería haber hecho una declaración. La gente probablemente piensa que me perdí una vida con yates y champán. Pero no se dan cuenta de que es agotador. Es una vida llena de limitaciones”.
Después de aquellos años con Felipe de Borbón ha viajado en alguna ocasión a España. “Cuando trabajé en Try fuimos a grabar un anuncio a Mallorca, hubo muchas precauciones para que mi nombre no estuviera en ninguna lista de producción. Pero luego llegamos a un apartamento donde íbamos a rodar y estaba lleno de fotos de la familia real. La dueña del apartamento me reconoció y volvieron los paparazis en las motos”. Cuenta que su pareja no da importancia a su pasado con la realeza y ella parece que tampoco: “Estoy muy contenta de no haberme convertido en reina”.
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