Demi Lovato, un maratón de drogas, tres ataques cerebrales, ceguera y una agresión sexual
Un nuevo documental sobre la cantante desvela cómo fue la sobredosis que sufrió en verano de 2018 y que casi acaba con su vida
Bailando con el diablo (Dancing with the Devil, en su original en inglés) es el título del nuevo documental, estrenado este martes, acerca de la cantante Demi Lovato, de 28 años. Y, dado su contenido, parece evidente que su título da de lleno en la cuestión. La carrera musical de quien fue chica Disney se ve desdibujada por su descenso a los infiernos, porque en él se habla de drogas —llegando al límite de la sobredosis—, agresiones sexuales e incluso sobre cómo la cantante llegó a perder visión y está legalmente ciega.
El metraje se podrá ver a partir del 23 de marzo en YouTube, pero antes se estrenó el martes 16 de marzo en la primera jornada del festival cinematográfico South by Southwest (SXSW), que este año se celebra de forma virtual, y fue el plato fuerte del día. Aunque mucho se había conocido ya sobre la adicción de Lovato al alcohol, del que logró estar sobria desde 2012 a 2018, y también a las drogas, en las que volvió a caer y que le causaron una sobredosis en julio de 2018, las revelaciones del documental han generado conmoción.
Aquella sobredosis de Lovato, que se conoció nada más tener suceder en Los Ángeles, California, fue más grave de lo que muchos creyeron entonces. Como se explica en el documental y cuenta The New York Times, que ha tenido acceso a él, la cantante sufrió tres ataques cerebrales que le dejaron daños cognitivos, entre ellos ceguera, además de un ataque al corazón, un fallo multiorgánico y una neumonía provocada porque estuvo a punto de ahogarse en su propio vómito. Además, el camello que aquella fatídica noche le suministró la heroína la atacó sexualmente, llegando a dejarla al borde de la muerte. No era la primera vez que sufría una agresión similar, puesto que como ha contado en el documental, cuando solo tenía 15 años y todavía era virgen también fue violada por quien entonces era su novio.
Aquella ceguera ha evolucionado hasta convertirse en problemas de visión; hay ciertos puntos que la cantante no ve, por lo que entre otras cosas no puede conducir y de hecho está considerada legalmente ciega. “Es interesante lo rápido que me adapté”, explica ella sobre la nueva visión con la que se levantó aquel mes de julio tras la sobredosis. “No me permití darme tiempo para sentirme triste sobre ello. Simplemente pensé: ‘¿Cómo vamos a arreglarlo?”.
La sobredosis de julio de 2018 fue la culminación de unos meses previos en los que la cantante había vivido una maratón de sustancias, experimentando con algunas que no había probado y tomando desde MDMA a marihuana, alcohol, oxicodona (un analgésico opioide) o cocaína. De hecho, ella misma cuenta que pasó una noche “de compras frenéticas” de drogas poco antes de aquel último golpe. “Solo eso podría haberme matado”, relata.
Fue dos semanas después cuando un camello le proporcionó heroína y crack, y de hecho en el documental se la ve consumiendo esas sustancias, que fueron las que, junto al fentanilo, le causaron la sobredosis. Ella creía que controlaba la situación, pero fue en un viaje a Bali en mayo de 2018 cuando se dio cuenta de que era una adicta a la heroína. “La empecé a tomar de forma recreativa, pero obviamente no puedes hacer eso con la heroína, pasas a ser un adicto”, relata. Finalmente, acabó ingresando en una clínica de desintoxicación.
Tras esa dura experiencia, Lovato confiesa que no está sobria por completo desde verano de 2019 y que fuma marihuana y toma alcohol “con moderación”. “He aprendido que no me funciona lo de decir que nunca volveré a hacerlo”, reconoce, aunque le pesa consumir todavía algunas sustancias. “Sé que he acabado de una vez por todas con lo que puede matarme. Pero diciéndome a mí misma que nunca podré beber nada con alcohol o fumar marihuana me siento como si fallara, porque para mí es blanco o negro. Durante muchos años tuve grabado en mi cabeza que una copa era igual que fumar una pipa de crack”, explica. “Pero no quiero que la gente piense que pueden salir y tomarse algo o fumarse un porro, porque no es lo mismo para todo el mundo”, justifica Lovato. “La recuperación no es estándar para todos. No pueden obligarte a estar sobrio si no estás preparado. No deberías estar sobrio por los demás. Tienes que hacerlo por ti misma”.
Sin embargo, el entorno de la cantante no está del todo de acuerdo. Personas como su manager, el polémico Scooter Braun, o como el cantante Elton John, expresaban en el diario neoyorquino su preocupación por ese punto intermedio entre las drogas más duras y las más socialmente aceptadas. “La moderación no funciona”, afirmaba Elton John. “O lo haces o no lo haces”.
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