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Isabel de Bélgica, una nueva manera de prepararse para ser reina

La heredera al trono realiza su formación militar tras haber estudiado en el UWC Atlantic College de Gales donde acudirá Leonor de Borbón

Isabel de Bélgica, en la academia militar de Elsenborn, en Butgenbach, el 10 de septiembre de 2020.
Isabel de Bélgica, en la academia militar de Elsenborn, en Butgenbach, el 10 de septiembre de 2020.BELGIAN ROYAL PALACE (Reuters)
Lluís Pellicer

No solo su país observa los pasos que da su próxima reina. Isabel de Bélgica, de 19 años, es la mayor de un grupo de princesas que están llamadas a reinar en Holanda, Noruega o España. La duquesa de Brabante, cuya preparación se ha acelerado desde que alcanzó la mayoría de edad, está inmersa en su formación militar, que durará un año, tras haber cursado su bachillerato en el UWC Atlantic College de Gales, donde también se formará la princesa Leonor. Los estudios y las prácticas para asumir en un futuro la jefatura de las Fuerzas Armadas han sido un paréntesis antes de su carrera universitaria, que la prensa belga da por hecho que será también en el extranjero.

Bélgica ve a la princesa Isabel, hija de Felipe y Matilde, como un soplo de aire fresco en una familia real perseguida por los escándalos, desde los abusos de la colonización del Congo que el actual rey tuvo que condenar hasta su triste papel durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue trasladada a Alemania. Los papeles que apuntan a un romance secreto del rey Balduino con su madrastra y la batalla judicial de ocho años emprendida por de Delphine Boël hasta ser reconocida como hija legítima del rey emérito, Alberto, no ha dado tregua a las generaciones posteriores. El ascenso de la primera mujer al trono gracias a la derogación de la ley sálica en 1991 es vista como un revulsivo para la Corona.

La princesa Isabel posa con su padre, Felipe de Bélgica, en una de las fotos oficiales distribuidas por su 18 cumpleaños.
La princesa Isabel posa con su padre, Felipe de Bélgica, en una de las fotos oficiales distribuidas por su 18 cumpleaños. GTRES

Isabel, nacida ya en el actual milenio, creció en el castillo de Laeken junto a sus hermanos Emmanuel, Gabriel y Éléonore. La heredera al trono fue escolarizada en Saint-Jan Berchmans, un colegio católico y neerlandés ubicado en el centro de Bruselas, cerca de la iglesia de Notre-Dame de la Chapelle. Fue la misma escuela elegida para su hermano Gabriel y a la que ya habían ido las princesas Luisa María y María Laura. No fue hasta los 11 años cuando asistió a su primer acto oficial en la inauguración del hospital universitario de Gante que lleva su nombre. En 2013 dio su primer discurso, con motivo de la conmemoración de la Gran Guerra, en francés, flamenco y alemán.

Su gran acto público, sin embargo, se produjo en su 18º aniversario. En esos momentos, Isabel estaba estudiando ya su bachillerato internacional en el Castillo de St Donat, situado a unos 26 kilómetros de Cardiff (Gales) y construido en el siglo XII. “No existe una escuela para futuras reinas. No hay educación ni un curso específico. Pero esa escuela se aproxima a eso”, explica el periodista especializado en realeza del diario Het Nieuwsblad, Wim Dehandschutter, quien imagina que Felipe VI llamó al monarca belga para pedirle referencias sobre ese centro de cara a la escolarización de la princesa Leonor.

La familia real belga eligió esa escuela por su diversidad –acoge a 350 alumnos de 119 países— y por basarse en el método educativo del profesor alemán Kurt Hahn, que ha hallado una gran aceptación entre la realeza europea. Allí Isabel obtuvo conocimientos sobre cambio climático, religiones o geopolítica y tuvo que realizar trabajos sociales. Pero los regios muros del castillo brindaban también a la familia real la posibilidad de que su heredera pudiera seguir siendo Lizzie durante un tiempo más, preservando su adolescencia y alejándola de los focos de palacio. Dehandschutter señala que ello tiene que ver con que Felipe quisiera preservar esa etapa de la vida de su hija después de que él tuviera una juventud infeliz a causa de las turbulencias que atravesaba el matrimonio de Alberto y Paola. Y pensó que una “aventura internacional” podía ser una buena experiencia para la joven.

Isabel acabó a distancia su educación en Gales a causa de la pandemia. Y, una vez finalizada, empezó su formación militar en la Escuela Militar, en Bruselas. Esa nueva etapa sí ha generado un cierto debate, puesto que parte de la sociedad belga se cuestiona si es necesario que un monarca pase por un campamento militar. La heredera belga, sin embargo, redujo ese capítulo de su educación de los tradicionales cuatro años a solo uno, durante el cual se ha sometido a una férrea disciplina física y ha aprendido técnicas del ejército.

Bélgica se pregunta ahora cuál es el próximo paso para la princesa. Se da por hecho que Isabel irá a la universidad, y probablemente de nuevo la familia real optará por enviarla al extranjero. Eso evitará el debate de si debe ir a una universidad francófona o neerlandesa, o a un centro libre o católico. Y aunque su formación universitaria llegará, tampoco tiene por qué hacerlo de inmediato y, como recuerda Dehandschutter, podría decidir quedarse un tiempo más al ejército o bien cumplir con una idea que barrunta hace tiempo: tomarse un año sabático para descubrir el mundo antes de reinar su país.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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