Mary Donaldson, la mujer que hizo llorar al príncipe de Dinamarca
La esposa del heredero al trono danés, que cumple 49 años, representa el nuevo modelo de princesa, una mujer profesional universitaria y comprometida
Mary Donaldson protagonizó una de la historias de superación más celebradas en las casas reales europeas. En 2004 se casaba con Federico de Dinamarca tras una relación que desde su inicio contó con la oposición de la reina Margarita, que consideraba que esta abogada australiana no era la adecuada para su hijo, llamado algún día a ser rey. Hoy, 16 años después, Mary ha conseguido ganarse el favor popular y también el de su suegra, que en octubre de 2019 y como reconocimiento a su trabajo la nombró regente.
De esta manera la monarca premiaba a la nuera que le costó aceptar. Mary Donaldson, a partir de ese momento, puede ejercer las funciones institucionales de su suegra como jefa de Estado. Lejos queda ya aquel mayo de 2004 cuando Federico de Dinamarca lloraba sin parar al ver entrar en la catedral de Copenhague a su novia. Unas lágrimas que sellaban con un final feliz su historia y el logro de una joven que rompía el techo de cristal de una de las familias reales más conservadoras. Hoy Mary cumple 49 años convertida en uno de los miembros de la realeza con mejores índices de popularidad y modelo de una nueva manera de entender la monarquía.
Testigo del inicio de esta relación fue Felipe de Borbón, entonces príncipe de Asturias. El ahora Rey de España formaba parte de la pandilla que salió a dar una vuelta por Sídney, Australia, durante los Juegos Olímpicos que allí se celebraban en el año 2000. En un bar de copas surgió el flechazo entre Federico y Mary. Una relación que comenzó marcada por la distancia y la discreción y más tarde por la oposición de la reina danesa.
En su primer encuentro el futuro rey danés y ella charlaron e intercambiaron sus teléfonos. Mary confesó unos años después, en una entrevista, que al principio no sabía quién era aquel hombre que coqueteaba con ella ni las personas que lo acompañaban: “Una media hora después, uno de mis compañeros vino a mí y me preguntó: ‘¿Sabes que esas personas son príncipes?”.
Al principio mantuvieron contacto a través de correos electrónicos y conversaciones telefónicas. Después, Federico viajó varias veces en secreto para visitar Mary en Sídney y comenzaron una relación secreta durante tres años hasta que en octubre de 2003 se anunció formalmente su compromiso
Federico de Dinamarca fue un joven muy intrépido, simpático y aventurero. Amante de la música rock y el tecnorap, incluso actuó como dj en la radio nacional danesa P3. Su afición a la velocidad, tanto en coches como en motos, le llevó a ser apodado como Príncipe Turbo en esos años de juventud. Se hizo varios tatuajes por todo su cuerpo que, según él, “simbolizan y representan los momentos de mi vida más significativos”. Pero su faceta de joven príncipe rebelde se puso de manifiesto, sobre todo, en sus amoríos de aquellos años. Podría decirse que el príncipe Federico se enamoró de varias mujeres no adecuadas para ser la esposa de un futuro rey.
El heredero danés contó al cumplir los 50 años que tras su boda fue cuando se sintió preparado para asumir su responsabilidad. También confesó cómo se sintió el día que descubrió la responsabilidad que le aguardaba. “Vi mi vida apagarse y, de pronto, tendría que comportarme como un completo adulto. Fue muy incómodo. Sobre todo porque no había mucha gente que pudiera explicarme lo que eso suponía”, confesó el heredero al trono en el documental Min vej (My way/Mi camino) que rodó el canal danés TV2 durante un año y medio con motivo de su aniversario. El título de la cinta tiene que ver con el estado de ánimo de heredero: “Tenía que encontrar mi camino”.
Mary Donaldson supuso todo un cambio para él. Ella ingresó en la Universidad de Tasmania en 1989, donde se graduó en 1994 con una Licenciatura en Derecho y Comercio. Durante su estancia en la universidad escribió un tratado sobre la violencia de género. Después de graduarse, Mary se trasladó a Melbourne, donde trabajó como becaria para la agencia DDB Needham, siendo rápidamente promovida al puesto de ejecutiva de cuentas. En 1996 fue contratada como gerente de cuentas en Mojo Partners, donde trabajó durante dos años. A principios de 1999 fue nombrada directora de cuentas de la agencia internacional de publicidad Young & Rubicam en Sídney.
En junio del año 2000, Mary se trasladó a una pequeña agencia de publicidad australiana, Love Branding, empresa en la que trabajaba cuando conoció a Federico, como primera directora de ventas de la compañía. En primavera de ese mismo año y hasta diciembre se convirtió en directora de ventas y miembro del equipo directivo de Belle Property, una empresa especializada en propiedades de lujo. Luego lo dejó todo para iniciar su nueva vida como princesa. Como esposa del heredero danés es patrona de 25 organizaciones internacionales. Sus patrocinios están relacionados con la cultura, ayuda humanitaria, apoyo a la investigación y cuestiones relacionadas con la salud y el deporte. Mary participa en programas de apoyo contra la obesidad y la vacunación para los niños en la Unión Europea a través de la Oficina para Europa de la Organización Mundial de la Salud. También ha jugado un papel activo en la promoción de un programa de lucha contra el bullying con Save the Children. Y, además, está comprometida con varias causas medioambientales, en especial, trabaja a favor de la moda sostenible.
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