Tony Bennett encuentra en la música su aliada para luchar contra el alzhéimer
La familia del legendario cantante desvela la enfermedad con la que convive desde hace cinco años y cómo sus canciones y actuaciones le han mantenido activo
El legendario cantante estadounidense Tony Bennett padece alzhéimer. Así lo ha revelado su familia a la revista AARP, donde ha desvelado que el artista recibió su diagnóstico en 2016, aunque fue dos años después cuando empezó a mostrar los primeros signos de su declive mientras preparaba un nuevo álbum con Lady Gaga. A sus 94 años, su estado cada vez es más avanzado pero, según su esposa Susan, es precisamente la música su mayor aliada para batallar en contra esta enfermedad degenerativa. “Ya no es el viejo Tony…aunque cuando canta sigue siendo el viejo Tony”, ha asegurado la esposa del músico a la publicación.
Bennett expresó por primera vez su preocupación por su estado de salud en 2015, cuando comenzó a notar problemas para recordar los nombres de sus compañeros músicos. Entonces, Susan, casada con el intérprete de Way You Look Tonight desde 2007, hizo una lista de los nombres para que él los guardara en su piano, algo que no gustó al músico. Sin embargo, sí aceptó someterse a las pruebas del neurólogo Gayatri Devi, quien confirmó su diagnóstico en 2016. “Él está haciendo tantas cosas, a los 94 años, que muchas personas sin demencia no pueden hacer”, dijo a la revista el doctor Devi. “Realmente es el símbolo de esperanza para alguien con un trastorno cognitivo”.
Susan, que es la tercera esposa de Bennett, es la principal cuidadora del cantante. Lo acompaña día y noche, supervisa su dieta mediterránea y su régimen de ejercicios físicos, los cuales han demostrado ayudar a retrasar la pérdida de memoria. También es quien ha animado a Bennett a continuar con la música, su gran pasión, ya que según cuenta su esposa el artista ha dejado aparcada la pintura, otra de sus aficiones. “Ojalá siguiera pintando, pero eso no le ha enganchado como lo ha hecho el canto. Cantar lo es todo para él. Todo. Le ha salvado la vida muchas veces”.
Lo dice con conocimiento de causa. Tras el fracaso de su primer matrimonio, con Patricia Beech, que le dejó dos hijos Danny y Deagal, Tony Bennett se casó de nuevo con la aspirante a actriz Sandra Grant en 1971. Junto a sus dos hijas, Joanna y Antonia, la familia se mudó a Los Ángeles, donde el músico adoptó el estilo de vida de las celebridades de fiestas interminables y cocaína que “fluía tan libremente como el champán” como expresó en su autobiografía de 2007, La buena vida. En plena vorágine de dinero, fama y éxito, aturdido por el alcohol y las drogas y acorralado por la Hacienda estadounidense, Bennett cayó inconsciente en una bañera debido a una sobredosis. Su entonces esposa lo rescató, auneu fue el principio del fin de su segundo matrimonio. Bennett parecía haber tocado fondo pero conoció a la que hoy es su actual esposa: Susan Crow, una profesora y gran admiradora del músico cuyo primer encuentro surgió tras un concierto y desde que se casaron en 2007, no se han separado.
Bennett siempre ha sido conocido en el mundillo artístico como un perfeccionista meticuloso y empedernido en el estudio. Algo que fue deteriorándose con el avance de su enfermedad. Según la misma publicación, aunque el artista “se ha librado de la desorientación que puede llevar a los pacientes a salir de casa, así como de los episodios de terror, rabia o depresión”, comenzó a mostrar signos claros de su enfermedad cuando él y Gaga comenzaron a grabar el nuevo LP en Nueva York dos años después de su diagnóstico y cuatro años después de haber alcanzado el éxito con un álbum juntos. De hecho, Susan no estaba del todo segura de que Tony estuviera a la altura de esta nueva tarea. “Lo intentaremos”, le dijo a Danny, hijo y representante del cantante. “Eso es todo lo que puedo decirte. Lo intentaremos”.
En este tiempo, Bennett ha continuado cantando y ensayando, algo que ha mantenido su cerebro estimulado. El intérprete continúa ensayando dos veces por semana. Su última actuación pública fue en marzo de 2020, cuando la covid, y no el alzhéimer, concluyó con toda su actividad. “Tony puede parecer completamente desconcertado sobre su paradero. Pero en el momento en que escucha la voz del locutor que lo presenta, se transforma, se convierte en el centro de atención, sonriendo y reconociendo los aplausos del público. Y empieza a cantar”, admite su familia.
Bennett, un adorado intérprete de los clásicos del cancionero estadounidense, saltó a la fama en la década de 1950 y disfrutó de un resurgimiento en los noventa, adquiriendo popularidad entre el público joven en parte por una aparición en el festival MTV Unplugged. A lo largo de su exitosa carrera, que abarca siete décadas, no ha dejado de grabar canciones y realizar giras. Su colaboración de 2014 con Lady Gaga, Tony Bennett & Lady Gaga: Cheek to Cheek, debutó en la primera posición de las listas de éxito de Billboard y ahora, será su próximo trabajo con la diva del pop quien demuestre que este crooner de referencia mundial sigue todavía muy presente.
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