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La boda sin fin de la princesa Mako de Japón

La sobrina del emperador vuelve a aplazar sus esponsales previstos inicialmente para 2017 pero insiste en que se casará con su prometido, el plebeyo Kei Komuro

La princesa Mako, en su visita a Lima (Perú) en julio de 2019.
La princesa Mako, en su visita a Lima (Perú) en julio de 2019.Carlos Garcia Granthon (Cordon Press)
Macarena Vidal Liy

La historia de la boda de la princesa Mako de Japón empieza a parecerse a aquellas leyendas medievales en las que los prometidos debían sortear numerosas pruebas antes de recibir, por fin, el permiso de la familia real para casarse. La sobrina mayor del emperador Naruhito debía haberse desposado hace ya dos años con su prometido, el plebeyo Kei Komuro, pero ha vuelto a anunciar un nuevo aplazamiento, sin fecha en el horizonte. Pese a todo, insiste, el enlace se acabará celebrando: “Somos insustituibles el uno para el otro”, ha asegurado la princesa.

Los dos jóvenes, de 29 años, se conocieron en 2012 durante su primer año de universidad, en la Universidad Internacional Cristiana de Tokio. Después continuaron sus carreras por separado, ella en Edimburgo y él en California. Pero, pese a la distancia, su relación continuó, y Komuro le propuso matrimonio a la princesa en 2013. Anunciaron, sonrientes y formales, su compromiso en una comparecencia ante los medios de comunicación en 2017. La idea inicial era haberse casado en noviembre de 2018. Con la boda, como estipulan las normas japonesas, Mako hubiera dejado de pertenecer a la familia real.

Pero en febrero de 2018 la Casa Imperial japonesa anunció el aplazamiento hasta 2020. Aunque no proporcionó entonces una razón clara, los medios nipones atribuyeron la decisión a una disputa económica en la familia del novio. Concretamente, su madre y su expadrastro se peleaban por los costes de la educación del joven, que el expadrastro había pagado. Entonces, la princesa declaró que se había “dado cuenta de que faltaba tiempo para completar todos los preparativos necesarios para la boda”.

Dos años más tarde, mediante un comunicado, Mako, hija del príncipe Akishino, ha confirmado que la ceremonia continúa aplazada de momento, aunque no abandonada. Esta vez, la pandemia de coronavirus se ha sumado a las dificultades para anunciar una fecha precisa.

“Aún es difícil anunciar algo específico en estos momentos, pero consultaremos con nuestras familias para seguir adelante con la boda”, ha indicado la princesa en un comunicado distribuido por la Casa Imperial, en el que deja saber que su intención sigue siendo la de contraer matrimonio con Komura.

“Cada uno somos para el otro alguien en quien apoyarnos, en los momentos felices y en los momentos duros. Por tanto, el matrimonio es una elección que consideramos necesaria para vivir alimentando y protegiendo nuestros sentimientos”, explica el comunicado imperial.

El anuncio de la princesa llega días después de que el príncipe Akishino fuera proclamado formalmente heredero del trono que ocupa su hermano mayor, Naruhito, en una solemne ceremonia en el palacio imperial en Tokio. El año pasado, Akishino había instado a su hija, en unas declaraciones públicas, a “anunciar algo” sobre los planes de boda. Los Komuros, ya había dicho, debían resolver sus problemas antes de celebrar la posible ceremonia, puesto que “una boda es algo que mucha gente debe festejar”.

El comunicado subraya que los padres de la joven, Akishino y la princesa Kiko, respetan el deseo de su hija de contraer matrimonio. También expresa el agradecimiento de Mako al emperador y su esposa, la princesa Masako, así como a sus abuelos, los emperadores eméritos Akihito y Michiko, por “respetar mis sentimientos y observar discretamente” la situación.

Pero asimismo reconoce que no todo el mundo está de acuerdo con que la boda se lleve adelante. “Los sentimientos de alguna gente son contrarios a nuestros esponsales”, admite la joven.

Su novio cursa estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad Fordham en Nueva York desde 2018. Sus planes, en principio, incluían presentarse a los exámenes para poder ejercer como abogado en Estados Unidos una vez que acabase sus estudios el año próximo. Quizá entonces pueda acabar la larga espera de Mako y esa boda tanto tiempo aplazada pueda, finalmente, tener fecha.


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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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