Ha nacido otra estrella: Ava Salazar, la hija de Paz Vega
La niña, de solo 11 años, debuta en el cine tras haber trabajado en la serie 'Paquita Salas' y ser modelo del catálogo de Zara Kids
Como ha reconocido en alguna ocasión, a Paz Vega le encantaría que sus tres hijos se dedicaran a la interpretación, y así lo está haciendo la segunda, Ava Salazar, que el pasado mes de julio cumplió 11 años. Madre e hija han terminado de rodar La casa de caracol, su primera película juntas y el debut cinematográfico de la pequeña. No es la primera vez que Salazar actúa frente a una cámara, pues ya lo hizo hace dos años en un capítulo de Paquita Salas, la serie dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi, donde interpretó a la actriz Pilar López de Ayala de niña. “Es lo primero que ha hecho y le encantó, la verdad, se lo pasó muy bien y salió muy contenta”, comentó entonces Vega a la revista ¡Hola!, muy segura del potencial de su hija: “Creo que tiene mucho talento: canta, baila... Es muy artista”. De hecho, fue la intérprete la que sugirió a Salazar para el papel que idearon Los Javis. “Necesitábamos una niña para que hiciese de Pilar López de Ayala y ella nos dijo que creía que Ava podría hacerlo”, contó Calvo a la revista Fotogramas. “El día del rodaje fue muy divertido y Paz estaba muy nerviosa por Ava, mucho más que cuando ella actúa”, recordó el director.
La joven actriz también ha hecho sus pinitos en el mundo de la moda. A principios de año fue imagen de Zara Kids, una marca de Inditex que ha incluido en su catálogo a otros hijos de celebridades, como Roscón y Diego, hijos de Samantha Vallejo-Nágera, jurado de MasterChef, convirtiéndose el primero en el primer modelo con síndrome de Down de la web de Zara. El mundo del modelaje no es ajeno para Paz Vega, acostumbrada a ser portada de diferentes revistas. Cuando estuvo embarazada de Ava Salazar, la actriz posó desnuda para Elle, un reportaje fotográfico a cargo de su marido, el venezolano Orson Salazar, con el que está casada desde 2002. “Orson quería hacerme unas fotos fuertes para romper con la imagen ñoña de la maternidad, porque yo embarazada me siento más poderosa que nunca”, explicó la intérprete, que añadió: “El embarazo es un estado muy pasional y visceral. Pero también místico. Milagroso. Una mezcla de sentimientos única”.
Ahora, Ava Salazar se ha enfrentado a un proyecto de mayor envergadura con La casa de caracol, un largometraje de suspense protagonizado por Javier Rey y dirigido por Macarena Astorga. La película narra el verano del escritor Antonio Prieto en un pueblo de la serranía malagueña. Allí conocerá a nuevas personas e irá descubriendo diferentes secretos. El rodaje en Málaga ha permitido a la familia pasar sus vacaciones en la ciudad andaluza, después de descansar unos días en las playas de Cádiz. Allí se ha visto pasear a Paz Vega junto a su marido, su hija y sus otros dos hijos, Orson y Lenon, de 13 y 11 años respectivamente.
Compaginar la interpretación con la familia no es tarea fácil para la actriz, que el año pasado finalizó un ciclo de diferentes proyectos que le impidieron estar más tiempo en casa. “Ha sido un año bonito, intenso, donde he hecho cosas que me han aportado mucho y en ese sentido estoy muy contenta, pero he tenido que pagar ese peaje, he estado demasiado tiempo sin estar con mi familia, demasiado y lo he pasado un poco mal”, reflexionó. Vivió durante 14 años en Los Ángeles (California, Estados Unidos) porque allí sí tenía trabajos para mantener a su familia, mientras que en España las propuestas prácticamente eran inexistentes. Pero hace un par de años decidió regresar a su país de origen por su familia. “Quiero que mis hijos vivan su adolescencia en Madrid. Quiero que hablen español perfecto. Entre ellos lo hacen en inglés. A mi hijo mayor le encanta el rap y habla con sus hermanos en slang, por lo que hay muchas palabras que no pillo. Me he acostumbrado a que sean ellos los que me corrijan en inglés”, contó a la revista Icon sobre los diferentes motivos que la impulsaron a volver.
El confinamiento le ha permitido pasar más horas con sus hijos, que entre las clases y los deberes también han tenido tiempo para jugar, tocar la guitarra y ver películas, como Lo que el viento se llevó. “Se la puse durante el confinamiento a mis hijos, luego la debatimos en casa, y les encantó”, dijo Vega a EL PAÍS este mes, en una entrevista donde habló de que los rodajes están siguiendo las medidas de seguridad impuestas por la pandemia y son sitios seguros: “Son algo más engorrosos e imagino que más caros, pero seguros. Todo el mundo lleva la mascarilla hasta el momento de rodar, te toman la temperatura y nos hacen pruebas cada dos semanas”.
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