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Ana Obregón, dos meses y medio de duelo y el último mensaje de Álex Lequio

La actriz ha decidido dar a conocer la misiva que el joven dejó sin terminar en sus últimos días sobre los verdaderos valores de la vida

Ana Obregón y su hijo Álex Lequio, en una imagen de Instagram.
Ana Obregón y su hijo Álex Lequio, en una imagen de Instagram.
El País

El pasado 13 de mayo murió Álex Lequio, el único hijo de Ana Obregón, a quien tuvo durante su relación con el colaborador de televisión de origen italiano Alessandro Lequio. Un día después, la actriz publicaba en sus redes sociales una fotografía con su hijo con un escueto y dramático mensaje: “Se apagó mi vida”. Álex, el motor de su existencia, acababa de fallecer después de dos intensos años enfrentándose a un cáncer raro que no respondió a los tratamientos que el joven recibió primero en Estados Unidos y después en España. Un tiempo en el que su madre no se separó ni un momento de su hijo, y durante el que la actriz dejó aparcados todos los proyectos profesionales.

Después de pronunciar esa contundente frase, Ana se ha refugiado en su familia, en sus padres, sus hermanos y sobrinos, y desde hace unas semanas pasa junto a ellos unos días en Mallorca, su lugar de vacaciones de verano habitual. Ese en el que tantas veces compartió momentos inolvidables con su hijo y también sus tradicionales posados veraniegos.

Desde entonces, sus redes sociales solo se han actualizado con siete mensajes, todos ellos dedicados a su hijo, todos ellos reflejo del tremendo duelo por el que está pasando. Este fin de semana ha llegado otro no menos desgarrador, en el que ha hecho público la misiva inconclusa que su hijo dejó escrita en su móvil antes de morir. “Hace un mes encontré en tu móvil el último post que escribiste. No tuviste tiempo de terminarlo ni de subirlo. He dudado mucho si hacerlo, pero sé que tú querías hacerlo. Hoy lo comparto con todos vosotros de parte de Áless desde el corazón mutilado de una madre”, comenzaba escribiendo junto a una fotografía en la que madre e hijo aparecen muy sonrientes y divertidos en bañador.

La reflexión que continuaba era la de un joven frente a una enfermedad de incierto final que repasa lo que son las cosas importantes de la vida cuando se ve obligado a enfrentarse a una situación como esa. Unas palabras que Ana Obregón ha decidido compartir porque cree que pueden ayudar a otras personas a pararse a pensar: ”El problema más grande del ser humano –y el mío hasta que me dijeron que tenía cáncer– es la manera de entender la felicidad, de ser feliz”, comenzaba el escrito que Álex Lequio dejó en su móvil. “Me he pasado 27 años de mi vida intentando ser el mejor estudiante, graduarme en la mejor universidad, montar empresas y sentirme un cowboy del capitalismo, siempre anclado en el ‘más es mejor.’ Todo precioso y bonito hasta que un día te dan la noticia y no sabes cuantos meses te quedan de vida. En un abrir y cerrar de ojos, te das cuenta de la importancia del ‘tiempo.’ Mejor aún, te das cuenta cómo y con quien quieres invertirlo. ¿Cuántas veces no he estado con mi novia por quedarme enviando correos hasta las 3 de la mañana? ¿Cuántas veces he ido a jugar con mi hermanita pequeña? ¿Cuántas veces habré ido a ver a mi madre? ¿Cuántas la he colgado? ¿Cuántas invitaciones rechazadas al cine con mi padre? ¿Cuántas? ¿CUÁNTAS?????”, decía.

El mensaje queda en puntos suspensivos porque lo dejó sin terminar, y en él facilita además algunos detalles de cómo se enteró de que tenía cáncer: “No soy nadie para darte un consejo pero quizás, dios no lo quiera, un día recibas una llamada del hospital después de hacerte una tac, una placa o un análisis de sangre, invitándote a cerrar una cita con urgencia. Quizás ese día se sienten siente médicos delante de ti y bum todas esas metas por ser un as se evaporan. Al final solo te llevas el tiempo y el amor que has dedicado a las personas que quieres, a las qué...”

Ana Obregón dejaba así, abierto e inconcluso, el que resulta un desgarrador mensaje para que lea una madre después de perder a su hijo. Pero tenía fuerzas para contestarle y decirle: “Mi Aless, ojalá lo hubiera leído antes de que partieras para decirte que has dado tanto amor en esta vida; a tus amigos, a tu novia, a tu familia y sobre todo a mí, que necesitaría un millón de vidas para agradecértelo. Tu mensaje llegará al corazón de muchas personas. #alessforever”.

Ana Obregón solo ha hablado para recordar a su hijo desde su muerte el pasado día 13 de mayo, y siempre a través de las redes sociales. En uno de sus mensajes agradeció los numerosos gestos de cariño que ha recibido y rindió un emotivo mensaje a su hijo a través de una carta dirigida a él. “Mi querido hijo”, comenzaba el texto. “Sé que nunca te ha gustado que hable de ti públicamente, perdóname, me lo pide el corazón y ahora que tengo un poquito de fuerzas tenía que agradecer los cientos de miles de mensajes de cariño y admiración hacia ti”. Y añadía: “Tus primeras palabras fueron ‘yo solito’ antes que papá y mamá. Y tú solito has querido vivir una vida discreta sin protagonismos a pesar de tus padres famosos. Te has ganado a pulso el cariño de todos los que te conocieron, primero en el colegio, luego en la universidad con la beca que conseguiste para estudiar en Estados Unidos que culminaste en tu regreso a España creando una empresa de éxito con 24 años”.

Obregón proseguía: “Hasta que un día apareció la palabra cáncer en nuestras vidas. Has luchado valientemente dos años contra esa maldita enfermedad con una sonrisa, colaborando con fundaciones, ayudando y animando con tu sentido del humor a todos los que también la padecían. Te convertiste en su ejemplo. Demasiado noble, generoso, solidario, único y grande para caber en este mundo. Mi guerrero de la eterna sonrisa a pesar de los dolores, meses de hospitalización y sufrimiento”. La artista sigue en la carta: “Para mí ha sido un honor estar a tu lado de la mano en esta batalla sin descanso, pero también viéndote sufrir sin una queja ha sido la lección de vida más cruel que una madre puede soportar. Tu viaje ha roto el corazón de toda España porque en vida has brillado TÚ SOLITO como decías de pequeño. Ahora brillas en la eternidad iluminándonos para siempre”.

La emotiva misiva continúa: “Sé que desde ahí arriba quieres agradecer tantos miles de mensajes de amor y admiración inesperados para ti pero que te ayudarán a tu largo viaje. ¿Qué puedo decirte hijo? que eras/eres mi vida y ahora ya no hay nada. Que perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir. Y tú querías vivir, casarte algún día y tener 5 hijos. Muchas noches en el hospital pedimos juntos a Dios que te curara y no nos hizo caso. Ahora solamente le pido que pueda volver a abrazarte muy pronto porque te echo insoportablemente de menos. Mi Álex ha sido y es un verdadero privilegio ser tu madre. Te quiero desde siempre y para siempre. Eternamente, Mamá”.


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