El coronavirus ataca a la ‘realeza’ de Bollywood

Bollywood, la principal industria cinematográfica de Asia, vive su propia película intramuros. Tres generaciones de la familia más poderosa del sector, los Bachchan, un híbrido de realeza y semidioses en India, la democracia más grande del mundo, han dado positivo en coronavirus. Su contagio ha conmocionado al país, solo por detrás de Estados Unidos y Brasil en número de casos, que ruega por un final feliz para el emblemático Amitabh Bachchan, protagonista de centenares de las cintas más exitosas de India, y su familia.

El mismo Amitabh Bachchan se encargó de dar la noticia en Twitter a sus más de 40 millones de seguidores: “He dado positivo en la covid-19… Me trasladan al hospital… Mi familia y empleados están siendo examinados… ¡Todos los que han estado en próximo contacto conmigo en los pasados 10 días, por favor, acudan a hacerse un test!”, exhortaba el actor en la red social el pasado 12 de julio.

Su hijo, Abhishek, también un célebre actor, añadía después que ambos tenían “síntomas moderados” y habían sido admitidos en el hospital privado Nanavati de Bombay. “Pido a todo el mundo que mantenga la calma y no entre en pánico”, imploraba. No era el último de la familia en contagiarse: su esposa desde 2007, la superestrella de Bollywood y Miss Mundo en 1994, Aishwarya Ray, y la hija de ocho años de ambos, Aaradhya, daban positivo igualmente, según confirmaban las autoridades indias esta semana.

La salud de Amitabh Bachchan, la mayor estrella del celuloide indio, se ha convertido en un tema de interés nacional. El actor, de 77 años, es considerado una suerte de “patriarca” de la primera industria productora del mundo y la segunda que más factura, después de Hollywood.

En su haber cuenta con 200 películas rodadas durante las pasadas cinco décadas —entre ellas taquillazos como Zanjeer o Sholay—, alzándose como uno de los actores más prolíficos del mundo. Desde que alcanzó la fama en la década de los setenta, ha formado parte del entretenimiento de millones de familias indias. Apodado afectuosamente Big B (“Gran B”), cuando empezó su carrera transgredió las normas y cultura bollywoodienses interpretando a héroes que luchaban contra las injusticias del sistema, añadiendo un componente político a películas que hasta entonces solían centrarse únicamente en inocuos romances.

Bachchan no solo ha hecho cine: tras un periodo menos exitoso, relanzó su fama presentando la versión india del show de televisión ¿Quién quiere ser millonario?, e incluso probó suerte en política en 1984 como diputado en el parlamento. El actor dimitió tres años después, tras un escándalo de corrupción durante el gobierno de Rajiv Gandhi.

En los últimos meses Bachchan ha utilizado su fama para concienciar a la población sobre las medidas y prevenciones necesarias para combatir el coronavirus. Una implicación que no ha impedido que él mismo y su familia caigan enfermos. Su hijo y su nuera, que suele deslumbrar en sus apariciones en el festival de Cannes, son una de las parejas más seguidas del país desde que se casaron en 2007. Abhishek Bachchan, de 44 años, es también un reconocido actor y productor de Bollywood.

Tanto él como su padre están respondiendo bien al tratamiento en el centro médico, según fuentes hospitalarias citadas por medios locales, que aseguran que tendrán que quedarse ingresados durante siete días. Mientras, la actriz y reina de belleza Aishwarya Ray y su hija se han aislado en su vivienda, sin presentar apenas síntomas. El hijo de “Gran B” se mostró muy agradecido por las incontables muestras de apoyo hacia su familia en India. “Me siento desbordado por tanto cariño. No puedo explicar la forma en la que habéis alumbrado la oscuridad de mi aislamiento”, escribió en hindi en Twitter el lunes.

El contagio de la dinastía real del cine indio asesta un nuevo golpe a Bollywood poco después de que se reanudara la producción de filmes tras un parón de meses debido al cierre nacional impuesto por la pandemia en India a finales de marzo. Gulabo Sitabo, la última película del “patriarca”, fue estrenada online ante la clausura de los cines. Su enfermedad, asimismo, pone de manifiesto una de las afecciones más graves del sistema: las desigualdades crónicas del país, entre ellas las diferencias de acceso al sistema sanitario.