Mel B revela que fue víctima de racismo durante su época en las Spice Girls
La cantante se siente “increíblemente orgullosa” de la reacción popular al asesinato de George Floyd a manos de la Policía de Minneapolis
Victoria Beckham, Geri Halliwell, Emma Bunton, Melanie Chisholm y Melanie Brown. Cinco jóvenes que revolucionaron la industria musical en los noventa con el grupo Spice Girls. Todas ellas admiradas y queridas en todo el mundo. No siempre fue así para Mel B, la única integrante negra de la banda. De madre blanca y padre caribeño, la discriminación que ha sufrido por su color de piel no ha cesado ni siendo famosa.
A raíz de las protestas en Estados Unidos y otros países por el asesinato de George Floyd a manos de la Policía de Minneapolis el pasado 25 de mayo, la ex Spice Girl ha decidido compartir en una carta publicada en la revista OK! Magazine una incómoda experiencia que tuvo que vivir cuando el grupo era un éxito más allá del Reino Unido. Los hechos se produjeron en 1997, cuando el grupo viajó a Sudáfrica para actuar frente al príncipe Carlos de Inglaterra y Nelson Mandela, entonces presidente del país. Las cinco acudieron a una tienda donde una empleada le pidió a Mel B que saliera del establecimiento, algo que le hizo sentirse “humillada, pero no sorprendida”. “Las otras chicas se indignaron y empezaron a chillar a la dependienta”, recuerda la artista, asombrada de que tras finalizar el apartheid todavía hubiese personas que no aceptaran a los negros: “Estaba enfadada y muy triste porque mucha gente en la Sudáfrica de después de Mandela siguiera siendo racista”.
Este desagradable episodio no fue el único que vivió Brown dentro de las Spice Girls. “Recuerdo cuando hicimos el vídeo de Wannabe, teníamos un equipo de estilistas enormes y una de las primeras cosas que me dijeron fue: ‘Vale, necesitamos alisarte el pelo’. Ella se negó porque su pelo era su seña de identidad y quería diferenciarse del resto de sus compañeras: “De eso se trataban las Spice Girls, de celebrar nuestras diferencias”. Hizo bien en no aceptar esas condiciones, pues en aquella época solía recibir cartas de niñas o madres que agradecían su presencia en el grupo porque se sentían más orgullosas de su cabello.
Se convirtió en un referente para mujeres que tenían que soportar ser discriminadas por el color de su piel. El racismo era un comportamiento al que Mel B estaba acostumbrada desde pequeña. La intérprete ha aprovechado también su escrito para revelar que su familia vivía con miedo en Leeds, ciudad británica donde se crió. Cuando tan solo era un bebé, su madre, Andrea Brown, obligaba a su padre a sostener a la niña en brazos cuando se cruzaban con determinadas personas en el parque porque pensaba que así no le atacarían. Ya una vez en el colegio, la cantante fue consciente de a lo que se tendría que enfrentar toda su vida: “Fue entonces cuando entendí el efecto que tenía mi piel en los otros niños. De repente, empecé a recibir insultos que no entendía”. De hecho, su padre, Martin Brown, y su hermana, Danielle Brown, no solían pasear por la ciudad cuando había partidos del equipo de fútbol Leeds United. “No era seguro si te parecías a nosotros”, explica.
Siempre se ha sentido diferente y por ello se muestra “increíblemente orgullosa” de la reacción a la muerte de Floyd. Sus hijas son, y han sido, siempre su mayor apoyo. Son tres: Madison, de ocho años e hija de Stephen Belafonte; Angel Iris, de 13, fruto de una relación esporádica con Eddie Murphy; y Phoenix Chi, que nació de su relación con su entonces marido, el exbailarín de las Spice Girls Jimmy Gulzar, hace 21 años.
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