Lady Gaga y su desconocida y ardua batalla hacia la sobriedad
“He coqueteado con la idea de abrazar un estilo de vida sobrio, pero aún no estoy en ese punto”, revela la cantante sobre los pensamientos que ha tenido mientras trabajaba en su nuevo álbum, por el que sí ha dejado de fumar
Chromatica, el nuevo álbum de Lady Gaga, ha servido para devolver a la estrella al terreno musical, pues llega cuatro años después desde que publicara su último disco, Joanne, y también para liberarse de sus propios demonios internos. Así lo ha reconocido la propia cantante durante una entrevista con la emisora Apple Music, en la que ha asegurado que a lo largo de este último trabajo se ha planteado dejar el alcohol, una adicción hasta ahora desconocida por muchos de los seguidores de la artista. “He estado coqueteando con la idea de abrazar un estilo de vida sobrio. Todavía no estoy en ese punto, pero lo pensé en varios momentos mientras grababa el álbum”, ha contado.
“Es una opción que surgió mientras intentaba encontrar la forma de seguir trabajando a pesar del dolor físico que experimento constantemente”, explicó la artista e insistió: “No tomo ningún analgésico, porque no es saludable para mí”. Gaga, de 34 años, dijo que sus pensamientos sobre renunciar al alcohol llegaron mientras grababa concretamente una canción, 911, centrada en sus experiencias con los antipsicóticos, medicación que la cantante ha tomado durante un tiempo. “Parte de mi proceso de recuperación se basa en pensar: ‘Bueno, puedo ser muy dura conmigo misma cada día por el hecho de que sigo bebiendo o puedo optar por ser feliz y apreciar que sigo viva y trabajando, y sentir que lo estoy haciendo bastante bien. Estoy lo suficientemente bien. Soy imperfecta de una manera perfecta”, resumió la también actriz y ganadora de un Oscar a la mejor canción por Shallow, de la película que protagonizó en 2018 Ha nacido una estrella.
Aunque renunciar a la bebida no está ahora mismo entre sus prioridades porque sabe que de no conseguirlo podría hacerle caer de nuevo en la dinámica de empezar a odiarse a sí misma, la intérprete de Born this way sí se siente orgullosa por haber logrado quitarse otra adicción: el tabaco. “Dejé de fumar. Fumaba todo el día mientras trabajaba en el disco. Cuando acabamos, simplemente, lo dejé. Fue lo más extraño y bonito que pudo haber pasado, esta música de verdad me curó”, aseguró la artista.
Y es que si algo entiende Lady Gaga es de superarse cada día y adaptarse a los palos que le ha ido dando la vida. A sus 34 años, ha sufrido bullying cuando iba a la escuela, su primer contrato musical se rompió antes de lanzar ningún trabajo, padece una fibromialgia que le obligó a bajarse de los escenarios en 2017 y a los 19 años sufrió una violación a la que le siguió el consecuente síndrome postraumático y depresión. “Creo que me llevó un tiempo llorar por las cosas que me sucedieron. No podía estar enfadada conmigo misma más tiempo, no importa cuánto he tardado en darme cuenta”, dijo a la revista InStyle hace unas semanas.
Ahora, con el inminente lanzamiento de su sexto álbum que estaba previsto para el 10 de abril pero debido a la crisis del coronavirus se ha pospuesto para el próximo 29 de mayo, Gaga parece haberse liberado de todos sus traumas que, aunque ha admitido en varias ocasiones que le acompañarán toda su vida, al menos ya sabe cómo enfrentarse a ellos y cómo gestionar sus emociones. Según ha reconocido la artista, durante la grabación de Chromatica —que incluye los éxitos ya publicados Stupid Love y Rain On Me, un tema en el que colabora con Ariana Grande— se ha sentido “triste, deprimida y lloraba constantemente”, pero ha sido capaz de convertirlo en algo positivo y optimista. “Definitivamente, estamos bailando”, admitió en otra entrevista. Y los expertos lo avalan: Lady Gaga está de regreso.
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