Alanis Morisette: “El rock and roll es grosería, sudor y agresividad”
La cantante canadinese, que lanza un nuevo disco en el que habla de la depresión que sufrió, admite que es “cuestión de tiempo” que se conozcan los casos de acoso
Alanis Morisette está de vuelta. Cuando se cumplen 25 años de su trabajo más exitoso, Jagged Little Pill, la cantante canadiense está a punto de lanzar un nuevo álbum, el noveno de su trayectoria, cuyo estreno estaba previsto para el 1 de mayo pero se ha pospuesto a causa de la pandemia del coronavirus. Sin embargo la artista, que ya está de promoción, no deja pasar la oportunidad de hablar alto y claro sobre la situación que se vive en la industria de la música, donde denuncia los constantes casos de abusos, de los que ella ha sido testigo a lo largo de todos estos años. “Casi todas las mujeres en la industria de la música han sido agredidas, abusadas o violadas. Es omnipresente. Incluso más que en el mundo del cine”, asegura Morisette sin dar nombres al diario británico The Sunday Times.
“¿Qué, sexo drogas y rock and roll? Por definición es más bien “grosería, sudor y agresividad”, dice la cantante sobre el legendario lema que acompaña a los artistas rockeros y su particular visión cuando a mujeres de ese mismo campo se refiere. La cantante, de 45 años, alaba el trabajo de muchas mujeres que han conseguido que Hollywood despertara de su letargo y comenzara a denunciar y a hacer públicos los casos de abusos —a raíz del caso Harvey Weinstein— y anuncia la llegada de un #MeToo musical: “Es solo cuestión de tiempo que empiecen a conocerse todas estas historias”.
La ganadora de siete premios Grammy que un día se convirtió en superestrella en pleno apogeo del grunge y la música alternativa defiende también los tiempos que cada mujer se toma para denunciar esa situación y que tan criticado es a menudo. “En primer lugar, ellos nunca esperan. En segundo lugar, las víctimas se enfrentan a la amenaza de perder su trabajo, su reputación o de que no se las crea. En el mejor de los casos, su testimonio se barre y se deja debajo de la alfombra. En el peor, es amonestada o despedida”, admite quien en los años noventa vio cómo ciertas emisoras musicales se negaban a pinchar sus temas aduciendo que ya ponían a Tori Amos y Sinead O’Connor. Solo unos meses después de ese rechazo, su primer disco llegó a vender 33 millones de copias convirtiéndose en el trabajo de una artista femenina más vendido hasta el momento.
Desde sus inicios, Alanis Morisette ha sido sinónimo de libertad, feminismo y desde hace apenas unos años también de reinvención. En 2014, reveló a Oprah Winfrey el trauma que le supuso la excesiva fama que alcanzó con solo 21 años que le llevó a estar dos años sin apenas sonreír y le acabaron diagnosticando estrés postraumático. Dos años antes contó a The Guardian, el mismo diario en el que en 2016 tuvo una columna de autoayuda, también rememoró cómo volvió a recaer en la anorexia y la bulimia que había sufrido de adolescente. Una recaída que ocurrió después de que un ejecutivo de su primera discográfica le dijera que estaba cogiendo unos kilos de más.
Después de arrancarse las pesadas cadenas de la fama, también en lo sentimental tras sus romances sonados con celebridades como el actor Ryan Reynolds, Morisette supo reorientar su carrera haca otras actividades, principalmente relacionadas con la espiritualidad y la salud. En 2010 se casó con el rapero Mario Treadway, más conocido com Souleye, con quien tiene tres hijos y con quienes disfruta durante el confinamiento. Permanecer en su segundo plano artístico le había llegado a lograr superar por completo ese estrés postraumático, sin embargo, en 2017 hizo saber a sus fans un nuevo problema que venía arrastrando desde que se estrenó en la maternidad: la depresión postparto. “Yo solía ser como una roca que daba protección y seguridad a los demás, pero ahora penas puedo decidir qué preparar de cena”, revelaba la cantante y también actriz a la revista People. Como siempre encontró en la música su mayor refugio, la misma en la que nunca ha dejado de confiar y en la que ahora intenta plasmar todos esos estigmas en su noveno trabajo, Such Pretty Forks In The Road, cuyo primer tema, Diagnosis, ya ha visto la luz en diferentes plataformas digitales. No hay duda de que Alanis Morisette ha vuelto.
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