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El gran productor de Hollywood David Geffen, criticado por refugiarse en su yate en tiempos de coronavirus

El magnate, fundador de la productora DreamWorks y con una fortuna de 7.100 millones, presume de su confinamiento en el Caribe

David Geffen, en una ceremonia en Los Ángeles en 2014
David Geffen, en una ceremonia en Los Ángeles en 2014Mario Anzuoni (Reuters)
El País

Los tiempos de pandemia son también tiempos de austeridad y confinamiento casero, al menos para la mayoría. Sin embargo, si eres un multimillonario con un yate en el Caribe, ese puede convertirse en tu refugio inesperado... a la par que criticado.

Eso le ha ocurrido a David Geffen, uno de los grandes nombres de Hollywood. A sus 77 años, el creador de los estudios de cine DreamWorks ha decidido recurrir a un aislamiento diferente y se ha encerrado en su megayate Rising Sun, que compró en el año 2010 y en el que a menudo pasea por el Caribe a famosos como Paul McCartney, Tom Hanks, Bruce Springsteen, Oprah Winfrey o los Obama.

Sin embargo, esa vida que en tiempos pasados podría resultar simplemente llamativa, cosa de ricos, ahora es para muchos indignante. Mientras el mundo sufre por un virus imposible de controlar, Geffen muestra imágenes de su barco en su cuenta de Instagram. “La puesta de sol anoche. Aislado en las islas Granadinas, evitando el virus. Espero que todos estéis bien", escribía, junto a una imagen del barco de lejos y desde arriba; es decir, probablemente tomada por un dron o un aparato similar. La embarcación, construida en 2004, es uno de los barcos privados más grandes del mundo. Construido en 2004, tiene 138 metros de eslora, cinco pisos con 82 habitaciones y en su interior hay un gimnasio, una sauna, una gran bodega de vinos, una sala privada de cine con pantalla gigante y una cancha de baloncesto.

No es la única foto que ha publicado y que ha causado indignación: imágenes del barco por el mar o de sus cubiertas han levantado las críticas de muchos que acusan al magnate, con una fortuna estimada por Forbes de más de 7.100 millones de euros, de su falta de consideración con la situación. Las críticas han sido tales que Geffen ha cerrado su hasta ahora público perfil de Instagram.

Además, el aislamiento a bordo de un yate puede convertirse en algo peligroso, más en este caso, cuando para completar su tripulación se requiere a 45 personas. El cierre no es total, hay que parar en distintos puertos para abastecerse y eso puede implicar una infección. Si alguien de la tripulación enferma, es fácil que otras personas a bordo se contagien y que la situación se complique. O, si ya está enfermo pero asintomático, puede trasladar la enfermedad a la isla en la que paren. De hecho, por ello muchos puertos han cerrado sus atraques a los barcos.

Son muchos quienes han señalado la desidia de Geffen. Es el caso del escritor Ian Bremmer o de Meghan McCain, columnista e hija del fallecido senador estadounidense John McCain. “David Geffen tiene un patrimonio de 8.000 millones de dólares. ¡Por Dios santo, ayuda al país a conseguir respiradores, mascarillas para nuestros trabajadores sanitarios y el material sanitario que necesitan! O no, nada, quédate en tu maldito barco subiendo fotos a Instagram. Esto es vergonzoso y grotesco”.

Geffen es uno de los magnates más conocidos y conectados de Hollywood. Además de los estudios DreamWorks, es el fundador de las discográficas Geffen y Asylum. Habitualmente vive en Malibú, en la costa de California, pero entre sus propiedades también destacan dos importantes apartamentos en Manhattan, así como una casa en los cercanos Hamptons. Además, posee la finca Jack L. Warner en Beverly Hills, la casa que mandó construir el fundador del estudio de Warner Bros.

Nacido en la neoyorquina Brooklyn de una familia de inmigrantes judíos, comenzó trabajando como agente de talentos y fue creciendo hasta llegar a hacerse un nombre en Hollywood y alcanzar una fortuna que le coloca entre los 200 hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes, que lo sitúa en el puesto 187 de los milmillonarios más ricos del mundo con una fortuna valorada en unos 8.000 millones de euros, repartida en participaciones empresariales, inversiones inmobiliarias y una valiosa colección de arte, que incluye obras de Jasper Johns, De Kooning y Jackson Pollock. De hecho, hace un par de años donó 150 millones al Museo de Arte del Condado de Los Ángeles para su renovación. Pero parece que, por ahora, la filantropía se ha quedado solo en lo artístico.

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