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Tala Alamuddin, la hermana díscola de Amal Clooney que vende mascarillas de lujo para el Covid-19

La cuñada de George Clooney ha sido duramente criticada por intentar hacer negocio con su línea de “protección cómoda y chic” en plena pandemia global

Tala Alamuddin, en abril de 2015 en Nueva York.
Tala Alamuddin, en abril de 2015 en Nueva York.RGK, PacificCoastNews (RGK, PacificCoastNews / Cordon Press)
El País

“Totalmente divertido. Totalmente salvaje. Totalmente Tala”. Ese es el encabezamiento de la web de Tala Alamuddin LeTallec, conocida por su negocio de moda pero, sobre todo, por ser la hermana de la abogada de Derechos Humanos Amal Clooney, esposa a su vez del actor George Clooney. Una mujer controvertida, “enfant terrible”, como ella misma se define. Tan terrible que su último paso empresarial le ha generado un aluvión de críticas.

A través de su firma TALA, en la que vende bolsos que van de los 700 a los 1.800 euros, así como pendientes y collares de cuero que van de los 70 a los 200, la emprendedora de 47 años ha decidido vender ahora otro tipo de controvertidos accesorios: mascarillas faciales, esas que están agotadas en medio mundo a causa de la crisis generada por el Covid-19. Sin embargo, Alamuddin las ha querido dotar de más glamur y las vende con estampados militar, de animal o de tela vaquera. El precio de cada una de esas máscaras también es glamuroso: 29 euros. Además, también vende pequeños bolsos para llevar el gel en alcohol para la limpieza de manos que cuestan 31 euros.

“En nuestro impredecible mundo, en el que batallar contra los elementos es una preocupación diaria, puedes cubrirte con La Masque, la mascarilla especialmente diseñada para ofrecer comodidad con estilo”, se puede leer en su web y también en sus redes sociales acerca de su nuevo producto, al que ha decidido bautizar con un nombre en francés para darle un grado más chic. Después, Alamuddin aclara que “todos los ingresos de Le Masque serán donados a la Cruz Roja de Singapur para dar apoyo directo a los afectados por el coronavirus”.

Sin embargo, el daño ya está hecho. Las críticas han sido incesantes con la cuñada de George Clooney, y -muchos usuarios la han atacado a través de las redes sociales. “Insensible”, “no tienes vergüenza”, “qué decepción”. “¿Está certificada, protege contra el virus? ¿O es solo algo de moda?”, se planteaban algunos. Efectivamente, la propia Alamuddin ha explicado que este nuevo accesorio debe considerarse “una barrera física para estornudos y resfriados, pero no están aprobadas por los médicos, no tienen la certificación N95”.

Alamuddin ha explicado que en Asia, donde ella ha vivido durante dos décadas, las mascarillas son algo muy habitual debido a la polución. “He sido una expatriada en Asia durante veinte años. Parte de la misión de TALA como marca es hacer ver la diferencia en cómo se puede ayudar a aquellos que lo necesitan a través de la moda”, relata, como recoge Hello!

Tala Alamuddin lleva más de una década dedicada a la moda y lanzó su marca en Dubái en 2017. A caballo entre Singapur, donde vive con su actual marido y sus cuatro hijos, Nueva York, Londres, donde estudió y en cuya Universidad Americana se graduó en 1995, y Líbano, su país natal, tiene cuatro hijos. Para su marca, intenta usar materiales reutilizados y reciclables. Alamuddin se mudó a Singapur para casarse con Nagi Hamiyeh, un hombre de negocios del que ya está divorciada. Su hija mayor, Mia, ha cumplido 18 años y fue quien acompañó a su tía Amal al altar en su boda con el actor George Clooney en 2014.

Esta no es la primera polémica a la que se enfrenta la hermana de Amal Clooney. El pasado octubre, Tala fue condenada por conducir un automóvil de lujo, a las dos y media de la madrugada del 13 de mayo, bajo los efectos del alcohol y sin seguro. Alamuddin fue sentenciada a tres semanas de cárcel en Singapur, donde reside. Ella misma se declaró culpable de diversos cargos, como recogieron entonces medios locales. Además, tuvo que pagar una multa de algo más de 4.000 euros y no podrá conducir en cuatro años. La envergadura de la multa no sólo viene por lo ocurrido en mayo, sino porque en 2013 ya fue parada por la policía por un incidente similar, algo que seguía a otros dos problemas de conducción ocurridos en 2010 y 2003.

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