Menú semanal de El Comidista (21 al 27 de noviembre)

Esta crema de castañas y piñones está hecha con leche de cabra. Te proponemos dos versiones: la más dulzona y la más salada. 

Un taco de bacalao jugoso y al punto sobre un lecho de verduras especiadas y doradas, con una salsa verde que le aporta un toque fresco al conjunto.

¿Icono viejuno por excelencia o clásico contemporáneo? Dale a la tarta de galletas y chocolate, antaño estrella en las fiestas de cumpleaños infantiles. 

La salsa con cacahuetes y anacardos le da un toque oriental a esta ensalada mediterránea. Tómala recién hecha, para que la lombarda no pierda fuerza.

Las alubias son una de las mayores exquisiteces de la gastronomía de Euskadi. El chef de El Frontón de Tolosa te explica cómo se preparan.

Aparte de comértelo tal cual, una vez le oí a Ferran Adrià que proponía tomarlo como el tomate, con sal y aceite de oliva, y confirmo que está buenísimo.

Leche de coco en vez de nata, un poco de chile, jengibre fresco, comino y lima. Es súperligera porque no lleva ni patata ni cremaza.

Poner café entre los condimentos de una carne a la plancha puede parecer un disparate, pero os demostramos que puede ser una gran idea.

El licor saca lo mejor de esta fruta de temporada, y el yogur aromatizado con vainilla fresca hace que el conjunto se venga arriba. 

Arropamos la calabaza con pasta, bechamel, bien de queso y a gratinar: gochez y satisfacción aseguradas.

Abrimos el baúl de los recuerdos para desempolvar una receta salada y desfasada que también merece nuestro respeto y homenaje. ¡Viva el empanado!

Sí, las pepitillas son un fastidio. Y sí, la piel a veces es tan dura que te podrías hacer una chupa con ella. Pero pocas frutas son tan dulces y frescas.

El muhammara es una pasta/crema para untar que proviene de la ciudad de Alepo, bastante popular en todo Oriente Próximo.

Boniato, calabaza, setas, quinoa y arroz son la base de unas albóndigas veganas tiernas como los mofletes de un bebé. Mójalas en all i oli de manzana.

Fáciles de hacer y más fáciles aún de comer, seguramente son el postre más popular y extendido por España durante los meses de otoño. 

Como primer plato se puede comer tal cual, e incluso se le puede dar un poco más de enjundia y convertirla en una comida/cena ligerita con pan de centeno. 

Los calamares son gente de extremos: o los cocinas muy poco con calor intenso, o mucho con suave, porque en un punto intermedio son puro chicle.

No es que sea el proceso más rápido del mundo, pero tampoco requiere la precisión de cálculo con el líquido de un arroz seco.

El puré serbio de pimientos y berenjenas reúne casi todo lo que nos gusta en una receta: verdurismo, preparación sencilla, técnica inteligente y originalidad.

Existe una regla de oro básica si tu anfitrión tiene procedencia gallega, y es no vilipendiar al chupito después de comer.