Aló Comidista: "¿Los tomates nos roban minerales?"
Aló, Comidista vuelve como un clavo a su cita mensual. En este consultorio vale todo: dudas culinarias, enigmas gastronómicos, problemas psicológicos, cuestiones metafísicas y dramas de la vida contemporánea. Sólo tenéis que enviarme un mail a elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras chorradas preocupaciones el primer viernes de cada mes, salvo festivos, puentes, enfermedad grave o muerte natural.
Luis: ¿Realmente es necesario quitar las hebritas de los lados de las judías verdes frescas? Me da tanta pereza hacerlo siempre...
Querido Luis, te entiendo perfectamente porque a mí también me da un perezón que me descangallo sólo de pensarlo, pero sí, es necesario. Sólo te pueden salvar de esta esclavitud dos circunstancias: tener una frutera / camello de judías de confianza que te garantice que no tienen "hilos", o cultivarlas tú mismo y cogerlas bien tiernas. Si no, a pringar. No hay nada más desagradable en el mundo que estar comiendo unas vainas -así se llaman en mi tierra- y encontrarte unas correas que ni el hilo dental de un tanga brasileño.
Guillermo: ¿Podrías resolver la duda que adjunto? Me llegó hace poco por Whatsapp y la verdad es que a mí también me interesaría saberlo, porque si bien no soy celíaco, me gusta cuidarme cuando salgo de fiesta y no hacer cosas loquísimas como meterme gluten en el cuerpo.
Querido Guillermo, veo que no eres la persona más moderna y 2.0 del mundo, porque esto lleva circulando por internet desde marzo. Pero bueno, quizá ha llegado el momento de confesar que, cuando la vi por primera vez, sentí mucha envidia de Yahoo Respuestas. ¿Por qué? Pues porque es la pregunta idónea para Aló Comidista, un símbolo del tipo de cuestiones para las que nació este consultorio. Me da igual que sea una duda real o una coña: es tan perfecta que habría matado por recibirla, y creo que le habría dedicado un post entero. Respondiendo a tu pregunta, la cocaína que circula por ahí puede llevar gluten, harina, tiza, speed, aspirina, el gotelé raspado de las paredes de casa del camello, rata albina muerta deshidratada y todas las mierdas que se te puedan ocurrir. Así que si no quieres dañarte la salud mejor fuma metanfetamina casera, vete a Afganistán a inyectarte heroína pura o métete unas cuantas botellas de orujo, que ninguna de las tres cosas lleva gluten.
Mamen: Mikel, ayúdame. ¿Dónde irías tú a cenar en fin de año en Málaga capital?
Querida Mamen, no soy de Málaga. No vivo en Málaga. Sólo he estado en Málaga dos veces en mi vida. No tengo por qué saber dónde cenar en fin de año en Málaga. No soy una foquin guía de foquin restaurantes de toda la foquin España. Os lo aviso, y va muy en serio: una pregunta más de este tipo, y me rapo el pelo, compro un fusil en el mercado negro y me voy a un centro comercial a sembrar el pánico.
Er Kuka: Cómo congelar setas con garantía.
Querido Er Kuka, veo que hoy toca que me escriban homínidos que están todavía en los tiempos del unga-unga y desconocen los saludos, las despedidas y las gracias. Confío en que después del frigorífico descubráis la buena educación. La manera más práctica de congelar las setas es cocinarlas y envasarlas al vacío (si en tu choza cuentas también con este moderno equipamiento). Ocupan menos y aguantan más.
Zumito3: Toma deposición.
Querido Zumito3, gracias por esta bella imagen. Veo que tu intento de hacer polos de chocolate se ha transformado en un cementerio de caca. Felicidades.
Daniel: ¡Oh Mikel, adonis de la cocina, profeta de lo sacridelicioso, invoco tu presencia y tu sabio consejo! La duda que me trae ante tu deslumbrante presencia es la siguiente: este año como celebración navideña nos vamos 20 amigos a una casa rural unos días, y la logística supondrá un problema. ¿Alguna sugerencia de platos o menús que se puedan cocinar para un regimiento?
Querido Daniel, no iba a contestar a tu pregunta, pero los halagos que me haces al principio me han hecho sentirme como una sacerdotisa griega en el oráculo de Delfos, y sólo por eso voy a hacer el esfuerzo. Siendo 20 lo más sensato sería que comprárais unas lasañas congeladas y os diérais directamente al alcohol, pero como veo cierta inquietud culinaria en ti, te recomiendo que apostéis por las carnes asadas, que se pueden hacer en cantidades industriales sin grandes esfuerzos. Un rosbif curado con mostaza y romero, un lomo con calabaza y almendras o unos picantones con frutas secas son apuestas seguras, lo mismo que un guisote como las carrilleras con salsa de vino y ciruelas. De primero, lo más práctico para las multitudes son las sopas y cremas, que pueden estar hechas con antelación y sólo exigen un recalentado de último momento: la de castañas con setas y la vichyssoise con pera y gorgonzola no defraudan. Como las casas rurales españolas no se caracterizan por su gran equipamiento culinario, y muchas veces cuentan sólo con una cazuela vieja, una sartén abollada de tres euros de Ikea y un escurridor de plástico (¿por qué siempre hay un escurridor de plástico?), yo no me liaría con los postres, y acudiría a la pastelería más cercana a pillar una tartaca.
Marta: Hola Mikel, mundial el artículo sobre los crímenes culinarios. Un reto: receta con col rizada, esa verdura tan saludable como repugnante.
Querida Marta, gracias por alabarme. Supongo que te refieres a la kale, esa verdura milagrosa que arrasa en Estados Unidos y que está empezando a coger fuerza en España entre los fudis más ecojipitrusquis. Mi experiencia con ella es limitada. Una vez me la comí tal cual en ensalada y comprendí lo que era ser una cabra mordisqueando arbustos en el Sáhara. Después aprendí que para tomarla cruda había que quitarle la nervadura principal a la hoja, y entonces la experiencia fue algo más grata. Con parmesano, limón y piñones tostados está razonablemente buena.
Fernando: Tengo un amigo que me preocupa. Le ha dado por subir fotos a Instagram de sus experimentos culinarios con la thermomix pensando que es alta cocina e incluyendo el hashtag #thermomix, creyendo que así le da valor añadido a sus platos. Algunos de sus preparados son dignas del museo de los horrores. ¿Crees que es conveniente sentarse con él y hacerle entender que nadie querría comerse sus mierdas especialidades? PS. Estuve en la presentación de tu libro en la Fnac de Callao. Ese cuerpo que te gastas no le tiene nada que envidiar al quesito de Tom C. Avendaño, al que adoro, pero me quedo contigo.
Querido Fernando, yo que tú me sentaría con tu amigo y le diría tres cosas. 1) Si echas cuatro litros de salsa con nataza al pollo, el plato parece la diarrea de un toxicómano. 2) Si posteas una foto de comida en Instagram y pones unas patatas congeladas, quedas como un payaso. 3) Si usas esa vajilla con florecitas de Alcampo, pierdes toda tu credibilidad estética en la comunidad gaylor, aunque ganas puntos como posible candidato en las listas de Podemos. PS: Gracias por preferirme a Quesito, menos mal que aún hay personas en el mundo que no se dejan deslumbrar por las Arianas Grande que quieren empezar a madurar y aún valoran a las Bettes Midler que queremos dejar de hacerlo.
Francisco: Hace unas semanas tomé en un restaurante un guiso que era una sopa de tomate y ajo con garbanzos y morcilla que me pareció increíble. Nos dijeron que la receta simplemente era freír los ajos y pan, luego echarle el tomate y también freírlo, tomillo y pimentón, añadir agua y dejarlo una hora. Y luego los garbanzos y la morcilla de arroz. La he hecho en casa ya tres veces y me queda buena pero sabe mucho menos a ajo que la que comimos aquel día, y eso que cada vez frío más dientes de ajo pero nada, el sabor a ajo de la del restaurante no me aparece por ningún sitio. ¿Qué puedo hacer?
Querido Francisco, te imagino friendo 24 cabezas de ajo para ponérselas a los garbanzos y me siento como Drácula enfrentándose al sol de Los Monegros en agosto a las 2 de la tarde. Si quieres subir a la estratosfera el sabor del guiso, maja un par de dientes en crudo y añádelos a la salsa un par de minutos antes de terminarla. Usar unos buenos ajos locales, y no las variedades más suaves que vienen de China, también ayuda.
Xermansito: En el 'catálogo' una empresa de catering he encontrado la catarsis de la comida viejuna.
Querido Xermansito, más que la catarsis, yo diría que esto es EL APOTEOSIS del viejunismo. No tengo palabras para esta abominable mezcla de salmón, langostinos en formación, fresas y gelatina picada. Sólo rezo porque ese cuello, esos ojitos y esa sonrisa de nata montada no aparezcan en mis pesadillas esta noche.
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