Mónica Naranjo no es la primera: anuncios de comida con músicos
Así que he decidido compartir con vosotros mis favoritos. La mayoría no son especialmente brillantes desde un punto de vista creativo, pero todos tienen su historia y cuentan con el atractivo de ver a mitos de la canción haciendo el ridículo por dinero. Además, es un tema muy de verano, época en la que los niveles de inteligencia y capacidad de esfuerzo de los que escribimos y de los que leéis descienden varios puntos. O eso dicen.
Protagonizar un anuncio supone una pérdida de credibilidad instantánea para cualquier músico que se precie. En la mente de los fans más estrictos, si vendes tu cuerpo a la publicidad es porque a) lo único que te importa es la pasta o b) tu carrera está acabada y no te queda más remedio que humillarte. En la era pre-Internet las estrellas anglosajonas del cine y la canción tenían una forma de esquivar estas cuestiones de orgullo artístico: grabar anuncios en Japón. Les pagaban un pastón y en casa nadie se enteraba. Uno de los japocomerciales más memorables es el de noodles de James Brown, en el que Sex machine se transforma en algo que suena como "mi sopa".
Elton John, del chocolate a la Pepsi
Una de las primeras grandes superstars del rock que se animó a salir en anuncios fue Elton John. Su vis cómica -y su afición desmedida a gastar, pensarán los más críticos- le empujaron en brazos de mamá advertising y sus máximos réditos con mínimo esfuerzo. La reina madre del pop británico ha hecho tantos anuncios que darían para una entrada ellos solitos, pero aquí selecciono dos: uno antiguo muy delirante para Cadbury's y otro para Pepsi que se emitió en el intermedio de la Super Bowl de este año. Este último incluye la presencia de la ganadora de Factor X Melanie Amaro y un cameo final de otro músico con la credibilidad arrasada: Flavour Flav, de Public Enemy.
Michael Jackson, el músico-marca
En sintonía con su espíritu avaricioso y moralmente deshinibido, los ochenta vieron nacer el concepto de artista pop ligado a una gran marca alimentaria. El caso más notorio es el de Michael Jackson, que estuvo casado con Pepsi buena parte de su carrera en anuncios, giras esponsorizadas y demás inventos de márketing. Como en un programa de Anne Germain, la relación se mantiene con Michael muerto: hace meses la compañía de refrescos, de acuerdo con los herederos del músico, lanzó unas latas con su silueta con motivo del 25º aniversario de Bad. Que Jacko sigue teniendo tirón lo demuestra el hecho de que este mítico y muy naïf anuncio de hace 30 años es uno de los más exitosos en YouTube, según la revista AdWeek.
Retrocedemos al cretácico inferior para mostrar cómo en la España de los sesenta ya había artistas que no se cortaban ni media a la hora de promocionar refrescos. La sinpar Marisol nos vende la Coca-cola doble con un mensaje muy de tiempos de escasez: con una botella puedes llenar más de un vaso. Para los jovenzuelos aclaramos que en esa época no existían los litros. Ni los packs. Ni la Zero. Ni nada.
Pastel de Carne busca salsa barbacoa
Los mejores anuncios de famosos son los autoparódicos. La manera más inteligente de salir de la publicidad con la dignidad intacta consiste en reírte de ti mismo. Meat Loaf lo hace en un comercial de A.1. tan cercano al Celebrities de Muchachada Nui que bien podría ser calificado como poshumor. Un diez.
Por desgracia, la historia de la publicidad alimentaria y los músicos también tiene sus momentos tristes. No sé por qué, pero me llena de desazón ver a uno de los genuinos creadores del rock and roll, Little Richard, transformado en una señora vestida de lentejuelas que anuncia una cadena de comida basura. Seré un sentimental, pero oírle diciendo que en Tutti frutti hablaba del pollo asqueroso de Zaxby me parte el corazón.
Más dramas. Uno de los seres con más talento que ha dado el rock, David Bowie, cayó en las redes de Pepsi en los ochenta y apareció junto a su amiga Tina Turner en un anuncio cuyo guión debería haber ganado un óscar. Fue un paso más en el descenso a los infiernos comerciales del británico en esa década, en la que grabó discos horrendos como Never let me down y destrozó el clásico Dancing in the street junto a Mick Jagger en una de las peores versiones de todos los tiempos.
Paris Hilton protagonizó hace siete años un anuncio muy feminista para la cadena de hamburguesas Carl's Jr., en el que salía medio en bolas cimbreándose, sobándose y humedeciéndose sobre un cochazo. No sé si el mensaje llegó bien al público potencial del spot -la garrulada masculina heterosexual-, a la que imagino tan palote al final del mismo que ni verían qué demonios se estaba anunciando. Y no me vengáis con que Paris no es cantante, que publicó un disco con excelentes críticas...
Vas a un Burger King cualquiera y preguntas qué lleva el Crispy Chicken. Entonces aparece Mary J. Blige y te canta una canción en la que explica los ingredientes y la preparación. Este es el argumento del spot que la cantante de r'n'b grabó para la cadena de comida rápida, tan absurdo que mola. Aunque no sé si a Mary J. le compensó el dinero cobrado, porque en su país le pusieron de vuelta y media por perpetuar los estereotipos racistas que retratan a los negros como comedores compulsivos de pollo. Fue tanta la polémica que Burger King decidió retirarlo. La cantante declaró que el anuncio "no era lo que esperaba" y que ella no había autorizado ese montaje. Ya.
Y el número uno es para... ¡John Lydon! El ex cantante de los Sex Pistols y de PIL no tuvo ningún reparo en anunciar mantequilla por la televisión en su país natal, el Reino Unido. El spot de Country Life, que supone un agradable descanso entre tanto refresco y tanta comida basura, lo tiene todo: diversión, factura impecable y la interpretación histriónica que cabía esperar de alguien como Lydon. Se dice que el antiguo Johnny Rotten cobró unos 6,5 millones de euros por el anuncio, todo un corte de mangas punk a los defensores de la integridad punk.
¿Conoces algún anuncio de músicos vendiendo comida o bebida? ¡Deja el enlace en los comentarios!
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